Narra YoongiCreía que nunca nadie sería capaz de darle la vuelta a mi mundo. Al parecer estaba equivocado.
Rodé por la cama notando las sábanas enrrolladas en mi cuerpo, y cuando abrí los ojos e incliné la cabeza, un pitido se hizo presente en mis oídos. Ahogué un quejido y apreté los dientes, llevándome las manos a la cabeza intentando aguantar la presión que sentía. Hacía mucho tiempo de la última resaca.
Para colmo, noté un pequeño escozor en el pómulo y varias imágenes me vinieron a la cabeza. Recuerdos de anoche.
Flashback
La fiesta de Chaerin no era lo más emocionante del mundo que se diga, pero estaba bien. Ver un ambiente nuevo tampoco está tan mal de vez en cuando, aunque por supuesto eso era algo que no iba a admitir en voz alta.
A unos metros de mí estaba el niño de molesta sonrisa. No es que su sonrisa fuera fea, de hecho era bastante agradable, pero por eso mismo me molestaba. Jimin siempre sonreía, y eso me causaba un poco de impotencia, porque cuando lo hacía no sabía qué hacer, si apartar la mirada de inmediato o si hacerle una foto y ponerla en la mesita de noche.
Y sin embargo ahí estaba yo, apoyado en una pared con Nancy, hablándome de nuevo de sus gilipolleces y de sus vestidos nuevos.
No sé si la chica era masoca o algo por el estilo, porque debía de haberse dado cuenta de que tan sólo asentía con la cabeza a sus palabras sin darle importancia. Mi mirada estaba perdida y de vez en cuando daba cortos sorbos de un vino extraño que tenían por ahí.
La cumpleañera ya había soplado las velas, abierto los regalos y hecho todo lo que se supone que tiene que hacer una cumpleañera rica. Así que no podía hacer nada más que quedarme allí esperando a que acabara. Desde luego, Hoseok me debía una buena fiesta.
Nancy me dio unos toquecitos en el hombro y me giré para mirarla.
-¿Estás bien? -dijo con su voz suave.
En el proceso de girar la cabeza noté que el mundo daba vueltas. En esos momentos maldecí de todas las formas posibles, pues cuando me emborrachaba nunca nada acababa bien. Yo no era el tipo de borracho gracioso como Hoseok, ni tampoco un deprimido como Yunho, era... complicado.
-No.
Caminé dando traspiés e intentando en vano mantener la cordura, para dejar la copa sobre una mesa. No más alcohol.
Apoyé mis manos sobre la superficie de ésta y agaché la cabeza, en estos momentos estaba cegado y sólo quería bronca y acción para desfogarme.
Empecé a acordarme del cabrón que quería drogar al niño de la sonrisa molesta, y mis ojos se iluminaron cuando le encontré con la vista entre la multitud.
Caminé, incapaz de seguir una línea recta, pero llegué a mi destino.
-¡Yoongi! ¿Dónde estab...? Oh, ¿estás borracho? -la impertinente voz de Hoseok me hizo arrugar la expresión.
Pero no hice caso y agarré a Himchan del cuello de la camisa, acercando su rostro al mío en modo amenazante.
Fui consciente de que Jimin agrandó los ojos hasta parecer occidental pero tampocó me importó. Hoseok se abalanzó sobre nosotros y me apartó, juntándome los brazos a los costados con fuerza.
-Has escogido el mejor sitio para beber, tío -dijo irónico- vámonos antes de que hagas una masacre.
Sólo recuerdo que le aparté con fuerza y que di un golpe en falso, pues Hoseok era muy escurridizo. Después de eso sólo recuerdo un fuerte dolor en la parte derecha de la cara y negro. Todo negro. Mucho movimiento. Mucho ruido. Ninguna imagen.
No sé cuanto tiempo pasó después, pudieron ser tres horas o cinco minutos, pero recuerdo estar sentado en la taza de un inodoro, con mucho escozor en el labio y en la cara.
Recuerdo tener los ojos cerrados mientras alguien pasaba un material suave sobre mi piel. También recuerdo abrir los ojos de golpe y ver a Jimin, quien casi se cae de la silla al verme despertar.
-¿Cómo estás? -preguntó apresuradamente con su voz de niña. Entonces decidí que responderle era menos importante que comunicarle que tenía voz de niña.
-Tienes voz de niña -oí mi voz más ronca de lo normal- bueno, yo tengo voz de cavernícola. Estamos en paz.
Me incliné para abrazarle, como sello de nuestra paz.
Su cuerpecillo se removió un poco incómodo así que me aparté.
-Tengo que curarte eso -siguió hablando con su voz dulce y suave, así que reí por su tono.
Me miró turbado, pero no hizo preguntas y siguió con lo suyo.
Me colocó el húmedo algodón en un extremo del labio inferior, y, como no me esperaba que escociera tanto, le di un manotazo en el hombro con mucha fuerza y logré desestabilizarle, por lo que se cayó de la pequeña silla.
-Pero ¿qué coño haces? Has bebido demasiado...
Le miré tirado en el suelo y me entró envidia, así que me tumbé a su lado.
-Esto me resulta familiar -dijo. No sé de qué mierda estaba hablando pero me puse de rodillas a su lado e intenté cogerle en brazos. El suelo era incómodo así que nos iríamos a otra parte.
Pataleó cuando puse un brazo debajo de sus rodillas y otro debajo de su espalda y le levanté del suelo.
-¡Estás borracho! ¿Quieres matarnos?
Me tropecé con mis propios pies, y antes de que acabáramos muy mal parados, se me ocurrió meterle en la bañera, que estaba a menos de un metro de nosotros.
Le dejé dentro e ignoré sus estúpidas protestas. Yo quería dormir y eso es lo que iba a hacer.
Se incorporó para salir, pero le bloqueé todo tipo de escapatoria porque me dejé caer sobre él como si fuese un peso muerto.
-Auch, Yoongi, eres muy bruto borracho, me haces daño, animal. Es la segunda vez que acabo haciendo gilipolleces contigo en una fiesta... la otra vez tirados en un balcón, hoy en una bañera, ¿cuál será la próxima?
Lo último que recuerdo fue que le sujeté muy fuerte con mis brazos para que no se fuera. Y de nuevo todo negro. Pero ya no había mucho ruido, sólo una respiración acompasada a mi lado.
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Sweet Chaos - Yoonmin
FanfictionJimin es un chico de instituto normal y corriente. Hasta ahí no hay ningún problema, ¿no? Bueno, quizás el mayor problema sea que es demasiado corriente. La llegada de una persona a su vida y una simple mirada de ojos felinos bastará para cambiar su...