Ella

7 0 0
                                    

Heejin no apartaba su mirada embobada de mi cara.

"Assassin" de Au/ra sonaba de fondo en nuestra deseada cita.
Digo deseada porque era la primera vez en mucho tiempo que experimentaba algo fuera de mi rutina habitual, y ya tenía ganas.
Ah, bueno, y porque ella me gusta, claro.

-Tienes unos ojos preciosos Jimin, nunca me cansaré de decírtelo -suspiró cual adolescente enamorada, lo cual me hizo sentir algo de calor en mis mejillas.

-No te avergüences -me cogió suavemente del mentón e hizo que la mirara a la cara- tus ojos son como... como... como el cielo, sí. Tan puros como el mar. Dios, son hipnotizantes.

No era la primera vez que alguien me decía algo así, pero no era por mis ojos en sí, sino por mi mirada, la cual solía ser bastante penetrante y profunda. Y ya si sumamos que hace unos días me teñí de rubio, todo ello contribuyó a constantes halagos hacia mi físico. La gente me halaga, pero yo pienso que soy alguien normal y no merezco atención especial.

-Gracias, supongo, pero no me gusta que me halaguen demasiado -sonreí forzado.

Noté su cara de desilusión, como esperando que la dijera algún cumplido de vuelta.
Lo siento nena, yo no soy así.

Estábamos en un restaurante algo pijo, cenando. Lo típico, vaya.

-Es la verdad -sonrió ella- bueno, ¿quieres ir a dar un paseo? Hace bueno.

-Eh... sí, claro.

Nos levantamos de nuestra mesa y cuando íbamos a pagar, ella decidió invitarme a la cena y pagó.

Salimos de allí y comprobé que hacía bastante buen tiempo afuera a pesar de que era de noche.

-¿Estás bien? ¿No tienes frío, no? -pregunté por si acaso.

-Sólo un poco -y se pegó contra mí.

Rodeé su cintura con el brazo y anduvimos de esta manera por la calle, realmente parecíamos una pareja.

-Oye Jimin, me lo he pasado muy bien. ¿Podremos repetirlo, verdad?

-Claro.

Ella hizo un sonidito de victoria y se apretó más contra mí.

La acompañé hasta su casa, y cuando llegó la hora de despedirnos, ella se subió a la acera para estar a mi altura.

Desde donde estaba, contemplé y admiré por milésima vez su rostro y a toda ella.

Su castaño pelo corto estaba perfectamente alisado, al igual que su flequillo. Su maquillaje era muy fino y elegante, a pesar de eso su redondita cara y sus grandes ojos marrones le daban un toque aniñado.
Yo no me había esforzado mucho en arreglarme, pero ella se había puesto un vestido que la quedaba por la mitad de los muslos con un poco de vuelo el cual tenía un estampado de flores y una chaqueta corta.

Sentí que ella se había esforzado por estar guapa para mí, aunque siempre lo estuviese, además de que llevaba toda la cita esforzándose en acercarse a mí.
La tenía mucho cariño, y no quería decepcionarla, así que posé una de mis manos en su rostro y la di un beso que duró unos tres segundos en su mejilla.

Para mi desconcierto, cuando me separé la vi quizás algo decepcionada, aunque no entendía nada, ¿no había sido suficiente?

Pero de pronto ella sonrió ampliamente y me devolvió el beso en la mejilla.

-Buenas noches Jimin, gracias por traerme -dijo con su dulce voz.

-Nada, buenas noches, descansa Heejin.

La vi desaparecer por la puerta y me dirigí hacia mi casa.

Durante el trayecto no sabía muy bien qué pensar. Heejin no era oficialmente mi pareja, pero habíamos quedado en volver a salir, con lo cual, supongo que estábamos saliendo, pero ¿estar saliendo es lo mismo que ser novios? O sea que ¿tengo novia? Y ¿es Heejin? Dios mío, no lo sé, pero supongo que en un futuro seamos oficialmente una pareja. Pero entonces, ¿cómo sabré cuando sea nuestro aniversario? ¿Será hoy, o cuando sea oficial que somos novios?

Demasiadas incógnitas para tan pocas respuestas.

Llegué a mi casa y no me sorprendió el encontrarme en la mesa de la entrada una lata de cerveza aparentemente vacía.

Puse los ojos en blanco y recé porque mi madre se hubiera dormido.

-¿Qué haces llegando tan tarde a casa? -dijo una voz que en vez de hablar parecía que arrastraba las palabras.

Aquello confirmó mis sospechas y tuve que enfrentar a mi madre cuando giraba la esquina del pasillo mientras apoyaba una mano en la pared.

Bufé observando su deprimente estado.

-Hueles a col...onia de mujer -dijo aproximándose a olerme.

En el intento casi se cae encima de mí pero la agarré de las muñecas y volví a ponerla de pie.

-Mírate, por dios, vete a darte una ducha. Tan sólo he estado con Heejin.

Heejin, al ser una amiga de la infancia, mi madre la conocía bien.

Dicho esto, ella parecía muy concentrada en no perder el equilibrio, así que me metí en mi habitación y cerré la puerta.

No sabía cuánto más duraría esto, llevaba casi toda mi vida así, aguantando las estúpidas borracheras de mi madre, que cada vez eran más frecuentes.
Si seguía así, tenía el presentimiento de que no iba a acabar bien.

Mi madre siempre ha sido madre soltera, no hay nada que justifique sus acciones. No la doy problemas, no la molesto, no tiene un ex marido ni a nadie incordiando por ahí. Entonces ¿por qué aquel incondicional amor hacia el alcohol?

Nunca antes se lo había preguntado y a ella no la gustaba hablar del tema cuando estaba sobria, así que supongo que yo fui un simple accidente quizás también producto del alcochol en alguna noche agitada. Quién sabe.

Me tiré de cara a la cama y respiré hondo. Respecto a la cita de hoy, tenía un pequeño cosquilleo en el pecho y unos sentimientos muy confusos, a la vez que unas ganas tontas de reír cuando lo recordaba.

Me incorporé, me desvestí, me metí debajo de las sábanas y conecté los auriculares al móvil. Esa noche dormiría al son de Billie Eilish, "Bad Guy".

Sweet Chaos - YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora