Eres Adorable

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Viernes.

Dejé de lado el calendario, siempre andaba en las nubes y no sabía ni en qué día vivía. Al día siguiente me esperaba la fiesta de Hoseok, y estaba jodidamente nervioso.

Me senté al borde de la cama y me até las botas con fuerza.
Me mordí el labio inferior con cansancio mientras anudaba los cordones, no tenía ninguna gana de asistir a clases y de ver a gente. Esto se debía a que ya hacía unos días que escuchaba por los pasillos ciertos comentarios que no me agradaban mucho, todos ellos se referían a mí poniéndome de "chulo", "creído", "guaperas", "playboy"... y para colmo la mayoría de chicas se acercaban a mí en exceso, lo cual me incomodaba.
Heejin no parecía opinar al respecto, era como que no la importase que flirtearan conmigo en su cara, así que últimamente he empezado a pensar que es una de ellas, que sólo me quiere por capricho y que sus sentimientos no son de verdad. En resumen, que estoy hecho un lío y no sé qué pensar.

Bajé de casa y me eché el pelo hacia atrás con la mano, fiel a mis manías.
En mis oídos sonaba "The Kids Are Coming" de "Tones And I", y mis pasos aparentaban ser seguros, como siempre. Lástima que tan sólo aparentasen.
Mi exterior no hacía justicia con mi interior, por fuera yo lucía feliz, como si lo tuviese todo en la vida, cuando en realidad por dentro me carcomían los nervios, la timidez y el miedo. Siempre supe que sería un buen actor, pues nada de mi verdadero ser se reflejaba en mi forma de actuar.
O al menos era lo que intentaba ocultar.

Llegué al instituto y todo fue como de costumbre, llegué tarde, recibí un regaño por parte de la señorita Jiwoo y me percaté de la ausencia de Yoongi. No pude evitar preguntarme dónde se encontraría aquel extraño chico.
En el recreo salí al exterior, y cuando crucé la puerta de salida, observé a la gente reunida en grupitos, todos en corro con sus amigos, algunos de pie, otros comiendo y otros tumbados en el césped.
Al verme allí, las chicas del corrillo más cercano me sonrieron e incluso algunas me guiñaron el ojo, yo me quedé un poco estático y las saludé ligeramente con la cabeza, dudoso.

-Veo que te has ganado una buena fama.

Una voz a mi derecha hizo que me sobresaltara.
Sabía quién era, pues ese tono de voz sólo podía ser de alguien en concreto, así que giré mi cabeza y comprobé que estaba en lo cierto. Una cabellera verde se hallaba a mi lado, me miraba con desinterés.

El chico estaba apoyado sobre las puertas, con un pie sobre éstas y entre sus dedos un cigarrillo encendido.
Su mirada afilada penetraba mis ojos, y estuvimos aguantándonos la mirada como si de una competición se tratase.
Observé con detenimiento cómo se llevaba el cigarro a los labios, cómo aspiraba el humo, y cómo lo soltaba lentamente.

Parpadeé, joder, siempre me quedaba pasmado, siempre hacía el ridículo delante de él.

-Lo siento -tragué saliva de golpe, disculpándome por mirarle demasiado, sabía que no le gustaba.

Se rió.

-¿Por qué te disculpas siempre? -hizo una pausa- ¿sabes? No eres como dicen.

-¿Y cómo soy? Tú tampoco me conoces.

-No, no lo hago -dio una calada- pero sé que no eres así. No eres un prepotente, desde luego. Yo diría que eres todo lo contrario.

Suponía que debía sentirme halagado, pero no era así y no sabía por qué. Me asustaba el hecho de que alguien pudiera verme como realmente era.

-N-no me conoces -dije, acto seguido maldije mi tartamudeo.

-¿Ves? -soltó una risita burlona- tartamudeas de vez en cuando, te disculpas demasiado, tampoco hablas mucho y ahora mismo puedo ver cómo te tiemblan las piernas. Eres muy inseguro, Jimin, deberías trabajar en eso.

Sweet Chaos - YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora