Unidos Por El Amor

Capítulo 62.

Los ghouls que fueron dispuestos a la gran guerra en esa noche estrellada pero que pronto parecía estar yéndose el brillo de los lejanos astros al ser cubiertos por grandes sábanas de nubes grises, ven con asombro todo lo que les rodea, ven los extraños artefactos, mangueras transparentes, máscaras de oxígeno y sábanas blancas por cada cama en la que la se postra cada Ghoul al que se le ha quitado la oportunidad de ser libre, sus ojos rojos con negro se ven tristes, la furia por un momento se desvanece para encenderse nuevamente de forma más intensa, sus kagunes cambian de colores, se hacen más grandes, mucho más vivos. Los ghouls que están sedados no despiertan, los golpean esperando una reacción pero nada funciona, ninguno tiene la dosis ni siquiera un pequeño frasco de metilfenidato (psicoestimulante común para despertar para acelerar la recuperación de la anestesia general) No tienen más opción que dejarlos ahí y volverlos una principal razón por la que luchan una gran cantidad de personas por cada mundo opuesto entregarán su corazón a esta guerra tan oscura. Los grupos de la CCG ya se encuentran posicionados, autos, helicópteros y un gran alboroto entona sin melodía agradable la tremenda preocupación que está en la atmósfera ahora; Hay investigadores en el suelo dando su última lucha contra un ghoul y hay ghouls dando su último respiro con la gran ilusión de haber aportado algo en esta defensa de su incomprendido mundo.

Kaneki, Touka y Hinami salen de ese pequeño apartamento, corren al aeropuerto con los equipajes livianos, al parecer han cambiado de  planes repentinamente. Se van tal como llegaron, sin nada, pero con una gran ilusión, con una gran esperanza que en su corazón a la vez era un profundo miedo. Al entrar al aeropuerto estos pasan la documentación necesaria, cada persona los interroga una y otra vez, Hinami se siente nerviosa, todos están tensos pero su cansancio es la mejor justificación ante los interrogantes. Logran tomar el vuelo más cercano, si mucho tardaría 5 horas. La verdad es muy tarde para la guerra que se empieza. Pero ahora saben que en el mundo hay más de ellos, que viven ocultos como las sirenas y los fantasmas en este mundo, viven en la oscuridad, viven en la noche, viven en su propia felicidad y viven buscando la libertad. Touka y Kaneki no dejan de darse miradas a ratos y tampoco dejan de evadirse. Dicen que a veces los comportamientos y acciones hablan mejor que las palabras. No hay duda que su lenguaje transmitía la alquimia que sentían en éstos momentos, sentían  como se unían y se reconstruian cada minutos que pasaba, de hecho, los segundos se hacían muy, pero muy, lentos. Hinami ahora solo pensaba en su querido  Ayato, su corazón también se encontraba tenso y preocupado, tal como el de los demás; de solo pensar sentía como sus pequeñas manos se ponían frías de los nervios, por no decir que podían hasta temblar pero era buena controlando ya lo que sentía.

Ayato: -Solo den lo mejor de sí mismos. Para mí, todos somos héroes esta noche. Sé lo que el miedo recorre en cada gota de sangre. Pero a ellos no les ha importado derramar ni siquiera una. Así que, simplemente ¡ATAQUEN!