Capítulo 4

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"Hande"

Luego de que Nathan ayudará a Cansu a sentarse en el sofá busque una funda de hielo para colocárselo en el pie. Lo tenía muy hinchado y eso me estaba preocupando mucho. Teresa y Cassia salieron corriendo hacia ella ya que cuando me llamo la policía ellas estaban ahí.

—¡Dios mío, Su!—Cassia se sienta al lado de ella mientras yo le coloco el hielo.— ¿Que pasó?

—¡Nada!—Dijo desanimada.—No fue lo que esperaba. Mamá no quiso verme, y no sé por qué.

Me quedé en silencio mientras la escuchaba hablar con Cassia. Había pasado un mes desde que fui a visitar a mamá, y fue allí cuando ella y yo discutimos porque no quería que la visitáramos. Cansu y yo siempre hemos tenido presente a nuestra madre, pero de un año para acá ella dio un cambio súper raro. La última vez que la vi, ella me pidió que ninguna de las dos fuéramos a verla, es por eso que nunca quise que Cansu fuera a verla, pero tampoco quería decirle eso tan cruel.

—Quizás sea lo mejor, Su.—Teresa opina ante la plática.—No es muy sano que tú vayas, mira como te trato y es la primera vez que la visitas.

—Te había avisado que no fueras.—me levanté.—Me desobedeciste Su, espero que no vuelva a pasar.

—¡Lo siento!—su voz se escucha arrepentida.—No pensé que esto iba a pasar, fui con mi mejor intención.

—¡Bien!—me limito a decir.— No quiero que vuelvas allí ¿me entiendes? Ella no quiere saber de nosotras, no quiero que la vuelvas a ver.—la miro conteniendo mis lágrimas.

Cansu me mira, sé que su mirada no es de quererme decir que estaba de acuerdo, es más como preparándose para preguntar algo que quizás no quiera contestar. Conocía a mi hermana como la palma de mi mano, es más, creo que la conocía más de lo que me conozco a mi misma.

—¿Sabias que mamá no quería verme?—su pregunta sale tan fría que siento que me congela.

Tardo en responder. No se como decirle sin hacerla sentir más mal de lo que ella misma está. No quiero que él poco amor que queda ahí por nuestra madre muera. Sé que esa mujer no sea comportado bien, pero tampoco quiero que mi hermana la odie.

—Espero por tu respuesta.—su mirada está muy seria.— ¡Hande!

—¡Si!—bajo la mirada.—La última vez que fui pidió que nadie de nosotras la visitara. Dijo que no existíamos para ella.

—Es una bruja.—Teresa habla.—Con todo respeto. A la mierda, ella no merece respeto.

—¿Por que no lo dijiste?—Cansu vuelve atacarme con sus preguntas.— ¿Por que?—su voz se quebranta.

—No quería lastimarte. Quería evitar esto, pero no pude.—la mire.—Lo siento, Su.

Habíamos olvidado por completo que Nathan estaba allí junto con nosotras escuchando toda la conversación. Fue hasta que lo miré, sus ojos se conectaron con los míos y por una extraña razón volví a sentirme roja. No era la primera vez que esto pasaba, cada vez que lo veía tenía esta reacción. Cansu me mira fijamente y luego mira a Nathan, bajo la mirada cuando ella comienza a susurrar algo a Cassia y Teresa, ambas chicas comienza a reírse, lo cual me incomoda.

—Venga, es hora de llevarlas al orfanato.—comienzo a recoger sus cosas.—Mis jefes deben estár por llegar..

La puerta de la entrada se abre dejando ver a Christopher llegar con una bolsa en la mano, detrás de él entraba Leonardo con una bebida en la mano. Ambos chicos no se habían fijado en la chicas, pero yo estaba rogando a Dios que no se desatara una guerra.

—Nathan, hemos traido algo...—Christopher es el primero en hablar y fijarse que estábamos todos en la sala.

Leonardo se choca con él cuando esté se detiene por ver a las chicas.

—Pero que carajos, Chris...—se fija en las chicas.—Oh, hola.—dijo apenando.

—¡Hola!.—Teresa fue la única que respondió.—¿Como están?

—Bien.—Christopher se acerca a Cansu.— ¿Que te paso en el pie?

Cansu se limita a responder hasta que la miro mal, sé que están enojadas, pero si algo le enseñé es a ser respetuosa y cordial.

—Me caí, nada grave.—dijo tan bajo, pero como estaba cerca de ella pudo escuchar.

Leonardo mira a Cassia, él más que nadie sabe que ella está muy enojada. Si algo tenían eso chicos eran que no le gustaba causar tanto daño. Es por eso que Leonardo saco una cajita de su mochila y con toda la vergüenza se la estiró a Cassia, esta se quedó sin entender lo que Leonardo pretendía.

—¿Que es eso?—pregunta ella sin tomar la cajita.

—Traté de arreglarlo, pero fue algo difícil la verdad. Sé que quizás no tenga el mismo valor, pero no fue mi intención romperlo.—Leo abre la caja y saca un colgante con el nombre de Cassia.— No creo que vaya a reemplazar el de tu madre, pero es una forma de disculpa.

—Yo...—Cassia no sabía que decir. Leo se coloca detrás de ella. Cassia se levanta la coleta que lleva para que Leo pueda ponerle el collar.— ¡Gracias!

Leo le sonríe, todos estábamos en shock. Creo que Nathan y Chris eran los que estaban más sorprendidos con la acción de Leo, puesto que Leo era él más travieso y el más desordenado de ellos. Miro a Cansu, pero ella está mirando a Chris, entonces miro a Teresa quien me mira con una sonrisa de diversión.

—¿Necesitas una venda?—Chris le habla a Cansu sacándonos a todos de nuestros trance.— Iré por una que tengo en mi habitación, la usé cuando me caí jugando.

Antes de que Cansu respondiera él salió corriendo en busca de la venda. Leo y Nathan fueron a su habitación pidiendo disculpa, ya que los tres tenían una cena con sus familiares y tenían que salir. Una vez que nosotras nos quedamos solas, un grito salió a flote, miramos a Teresa ya que fue ella quien lo provocó.

—Me huele amor por aquí.—comenta.—Hubieran visto sus caras.

—¡Idiota!—Cassia la mira mal.—Deja de decir estupideces.

—Solo están haciendo cordiales, Teresa.—Cansu intenta sonar tranquila.—Nada más, deja de fantasear.

—Creo que tienen buena química.—Comentó; me miran.—No me malinterpreten, simplemente digo que pueden llegar a ser amigos.

—En tu sueños...—Cassia iba a terminar la frase, pero Chris volvió a la sala con la venda.

Se acercó a Cansu y con delicadeza comenzó a colocársela. Cansu simplemente se limitaba a observa lo que aquel chico de ojos azules hacia. Por otro lado Teresa grababa en su celular y Cassia hacia mueca de asco por lo que estaba pasando. Una vez que él chico termino, le sonrió y se despidió de todas ya que tenía que cambiarse al igual que sus hermanos.

—¿Que decías Cassia?—Teresa le sonríe.

—Nada, creo que hablaré por mi misma desde ahora. Siento que a Cansu la pierdo.

Cansu miraba su pie, el pie que tenía la venda de aquel chico. Y mientras lo miraba sonreía, sin importa que su hermana y sus amigas estuvieran ahí.

Frágil FortalezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora