Capítulo 5

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"Hande"

Cassia, Teresa y yo fuimos por nuestras cosas a la cocina mientras Cansu, al no poder caminar, nos esperaba ya lista en la sala.
Saliendo de la cocina vi a la señora Rowan hablando con Cansu, se la notaba nerviosa.

—¡Hande!—gritó apenas me vió, haciendo sobresaltar a Cansu que hasta ese momento no habia notado mi presencia—Necesito que te quedes hoy, hubo un cambio de planes y los invitados vendrán a casa.

—Señora Rowan—la miré algo arrepentida—No creo poder, mi hermana se torció el tobillo y debo llevarla al hospital, y luego llevarlas a todas al orfanato...

—Pueden quedarse hasta que termines—interrumpe— también puedo llamar al medico de la familia para que te revise—miró a Cansu al decir eso.

—No es mala idea—apoya Cansu—además, también podríamos ayudarte

—Tu lo dices porque no vas a poder—le dice Cassia algo molesta, posiblemente por tener que quedarse más rato en esa casa.

—¡Por favor!—suplicó la señora Rowan.

—¡Está bien!—me rendí.

—Llamaré enseguida al médico, tu no te preocupes—subió las escaleras apresurada y mis hermanas, Teresa y yo volvimos a la cocina, este iba a ser un largo día.

(...)

—¿Me traes otra?—una chica de cabello rubio me estampó la copa de champagne en la casa ya que nisiquiera estaba mirandome cuando lo pidió.

—¡Enseguida!—respondí a regaña dientes y caminé hasta la cocina a llenar de vuelta las copas. Al entrar me encontré a Cassia y a Teresa peleando porque mi querida hermana adoptiva no quería salir asi vestida.

—¡Sal ya de una vez Cass!— gritó Cansu —nadie se va a reír, te lo prometo—al mismo tiempo que terminaba de decirlo pudimos ver a una Cass con mala cara salir del baño de empleados.

Una pequeña risa escapó de mis labios y Cansu me fulminó con la mirada.

—No seas escandalosa Cass, te ves genial—animé

—No es cierto, se me ve horrible—se cruzó de brazos haciendo puchero, las tres la miramos raro.

—¿Te sientes bien? Desde cuando te importa tu apariencia?—Teresa puso la mano en su frente y esta la quitó de un manotazo— ¿O será que estás buscando verte bien para alguien?

—Si, para mi mejor amiga—abrazó a Cansu por el espaldar de la silla en la que esta estaba sentada—trato animarla con mi belleza

—Pues no te está funcionando—Cansu golpeó una de las manos que rodeaba su cuello en forma juguetona.

La puerta de la cocina se abrió dejando ver a los tres muchachos de la casa con una sonrisa y unos hermosos trajes.

—El médico ya está aquí—Chris no despegaba sus ojos de Cansu y veceversa.

—¡Genial!—ella le sonrió.

—Cassia, Teresa—ambas me miraron—lleven las copas que faltan y preparen la mesa, me quedaré con Cansu en lo que el médico la revisa.

—Hande, mi madre quiere que vayas a la sala ahora— avisó Nathan y yo me dí un facepalm mental, se me habia olvidado que debía atender la otra barra de bebidas y esa no era una tarea que Cassia o Teresa pudieran realizar.

—Yo me quedaré con ella— se ofreció Chris.

—Ni en tus sueños humedos, ricitos de oro—replicó Cassia y todos menos Cansu y Chris soltaron una risotada por el mote tan gracioso.

—Cass—regañó Cansu—tienes que trabajar, Chris puede quedarse conmigo, tu ve tranquila—muy a su pesar, terminó cediendo.

—Bien, pero cuidadito ricitos—hizo un gesto como que lo estaría vigilando y se fue.

Los demás la seguimos en lo que el médico ingresaba a la cocina.

—Cualquier cosa me avisan, estoy en la sala—informé.—Menciona mi nombre y vendré.

—Que te mejores, ojos verdes—Leo estrechó su mano.

—Cuidate Su—Nate fue el ultimo en despedirse de Cansu.

Ya en la sala fuí directo a la barra de bebidas y comencé a preparar los tragos que me pedían. Nate se acercó a la barra y me sonrió.

—Una cerveza—pidió.

—¿Vaso o botella?

—¡botella!— abrí la botella y se la pasé.

—¿Que estás haciendo?—levanté una ceja en plan "que no es obvio?"— Oh servír bebidas, claro.

-Nathan, se te ofrece algo más- pregunté algo borde.

Hace una semana Nate me caía bien pero ahora ya no tanto y aunque le agradecía el haberme ayudado con Cansu, eso no tapa lo que hizo y como me trató. Y no tenía ganas de tratarlo bien, soy muy mala cuando me lo propongo.

—No, gracias—bajó la mirada y se fue a paso lento.

—¿Por qué lo trataste de esa manera?—Teresa apareció con la bandeja vacía, habia escuchado todo.—Tienes que decirme.—madre mía el interrogatorio que me esperaba.

"Cassia"

No podía creer estar haciendo esto, me veo ridicula y la bandeja no deja de tambalearse. No se en que momento decidí hacer esta mierda, hubiera preferido quedarme en el orfanato o quizás en una sala de hospital esperando a que atendieran a Cansu.

—Hola—Leo apareció de repente frente a mi, pero que tienen estos chicos que se pegan a nosotras como imanes.

—Adiós—iba a caminar hasta la barra de bebidas con Hande pero una mano me tomó del brazo haciendome girar, gracias a Dios que la bandeja estaba ya vacía porque sino eso habria sido un escándalo—¿Que te pasa, idiota?

—¿Que te pasa a ti, Cassia? ¿Por qué sigues enfadad conmigo? Creí que ya lo habiamos arreglado—con fuerza me solté bruscamente de su agarre, empujando a la persona que estaba detrás de mi.

—Lo sien...- iba a terminar la frase pero resultó que la persona detrás de mi era nada más y nada menos que mi querida Lisa, rodé los ojos—ah, eres tu.

—¿Que haces tu aquí?!- se escandalizó hasta que luego reparó en mi atuendo y sonrió como el gato de Alicia en el país de las maravillas—trabajas aquí..Leo—lo llamó y este dirigió su mirada— ¿ahora tu familia hace caridad?

—Tal vez deban donar algo a algún centro de rehabilitacion para idiotas—dije yo—estoy segura de que en la casa de Lisa estarán felices de recibir donativos—no iba a dejar que me pisoteara.

—¿Que dijiste niña?- chilló. De reojo pude ver a Leo aguantando la risa

—Lo que oíste, niña—rocé bajo mi nariz a modo de indirecta como ayer. A Lisa no le dió ni tiempo a contestar ya que Leo me jaló lejos de ella y de todos.

Una vez que salimos a la parte trasera, me fijo en las luces, no había venido ha esta parte ya que me encontraba repartiendo las bebidas a la gente refinadas de aquí. Leo me mira, ahora mismo me siento un poco incómoda y no es por lo que llevo puesto, por un momento se me olvidó que estaba maldiciendo por la ropa.

—¿No me vas a perdonar?—me mira. No se si es que estoy loca, pero su mirada se ve triste.—No quise romper tu collar.

—Oye, no seas dramático...—lo miro.—ese collar era todo lo que tenía de mi madre, pero tampoco es para que odie de por vida a alguien.—me acorde del collar que me dio.—aparte ya me recompensaste. Solo déjalo así, si te trato así es porque....

—¡Cassia!—Hande me interrumpe.—Necesito de tu ayuda, ahora.—sonaba molesta.—Venga, luego hablan.

No me da tiempo a decirle algo a Leo ya que me jala del brazo y me lleva a rastro por el pasillo. La última vez que vi a Hande molesta así fue cuando Cansu y yo le hicimos una broma con su caja de recuerdos, algo debió pasar para que esté así.

Frágil FortalezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora