✾❁Humillación❁✾

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¿Es malo callar por compasión?, ¿Es malo guardarse todo?, ¿Es malo no querer acusar a personas que se lo merecen?, no quiero meterlas a problemas, ese no es mi estilo.

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Han pasado unas semanas desde lo sucedido con Meiko, no quiero decirle a Mikuo, prometí hacerlo pero no puedo. Simplemente las palabras no me salen, por suerte mi querido hermano no notó mis moretones en las piernas que ahora ya se encuentran desapareciendo al pasar los días.

—Bueno, me voy-Me despedí cerrando mi mochila-

-Ok, saluda a Rin de mi parte-Respondió Mikuo sin despegar la vista de su computadora-

-Lo haré en cuanto la vea.

Rin últimamente ha faltado a la escuela y todavía desconozco el motivo o la razón, he querido visitarla pero no se me ha presentado la oportunidad para hacerlo, como mi hermano trabaja hasta muy tarde tengo la responsabilidad de cuidar de la casa, definitivamente un gran impedimento, he tratado de llamarla pero no responde por más que le marque o envié mensajes. Así que hoy decidí ir a visitarla en cuanto terminen las clases.

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Nunca me ha gustado caminar a la escuela sola, me he acostumbrado a siempre hacer todo con Rin desde pequeñas hasta actualmente, claro que no tiene sus beneficios, pues se tiene que aprender a hacer autosuficiente y no depender de nadie, en este caso caminar sola a la escuela. Saco mi teléfono de mi mochila sin hacer tanto esfuerzo para estar al tanto de la hora, lo último que quiero es llegar tarde tengo que dar el ejemplo puesto a mi cargo de Presidenta, dándome cuenta de la hora apresuro el paso, ya es algo tarde.

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Cuando por fin llego a la entrada de la escuela Notre Dame me apresuro aún más en adentrarme en su interior, doy una pequeña ojeadita a los pasillos que no parece haber nadie merodeando sobre ellos, tal parece que las clases ya han comenzado, ante esa aterradora idea de perder la primera hora de clase decido tomar un pequeño atajo sobre la cafetería.

-¡Señorita Miku, llega tarde! -escucho decir a la profesora que se encuentra dando la clase-

-L-lo siento, juro que mi alarm-

-¿Su alarma no sonó?-Me pregunta en tono molesto interrumpiendome-

-Y-yo...

-Por si no se ha dado cuenta señorita, aquí es exigido la puntualidad, usted sabe muy bien la hora de entrada-Enarca una ceja-

-S-si...-respondo cabizbaja-Perdóneme, prometo que no volverá a pasar...

-No acepto sus disculpas señorita Miku, esa excusa de la alarma es poco creíble-Deja el libro que sostenía hace unos minutos sobre el escritorio-Retirese de mi clase por favor-señala la puerta-

-¿Eh?....P-pero...

-Larguese sin hacer tanto berrinche, si le dejó pasar esto, se tomará la libertad de venir cuando se le dé la gana, y no voy a tolerar esto-Se cruza de brazos-Y prácticamente lo volverá hacer.

-Pero es la verdad...-Respondo casi inaudible-

Una vez más me siento humillada, siento ganas de vomitar al saber que me observan mis compañeras de salón, sin darme cuenta tengo la mandíbula apretada al igual que mis manos en forma de puño.

-¡Profesora, con todo respeto no puede echar a Miku de su clase, es la presidenta!-Escucho la voz de Rin-

Mi mirada se posa sobre la rubia a la que tanto me alegra ver, por la expresión en su cara deduzco que esta molesta.

-Que sea presidenta no le da el derecho de venir a la hora que se le antoje, a eso se le llamaría "aprovechamiento", ¿O me equívoco señorita Rin?-Pregunta dirigiendose a la Rubia de pelo corto-

La expresión de Rin a cambiado a una sumisa, supongo que la profesora sabe de algún secreto de esta.

-N-no...no se equivoca...-Responde ahora triste-

Abro los ojos de par en par, ¿Rin que pasa?, ¿Por qué tan de repente haz tomado una actitud sumisa?

Ahora mi mirada se posa sobre cada una de mis compañeras, nadie quiere abrir la boca y lo entiendo, yo tampoco lo haría. Meiko me dedica un sonrisa al parecer lo esta disfrutando.

-Señorita Miku, mi paciencia ha llegado a su límite, le ruego que se retire una vez más-Añade la profesora que ahora se encuentra caminando en dirección hacia mi persona-

Y sin dejar que le explicara, sus pasos me hacen retroceder fuera del Salón.

-Espero que desde ahora aprenda a obedecer las reglas de la escuela-susurra a mi oído y finalmente cierra la puerta en mi cara-

¿Qué acaba de pasar?...estoy confundida y aturdida, ni si quiera me dejó explicarle con claridad, ¿Y ahora que haré?, me llevo mis manos a mi cabeza con frustración; escucho detrás de la puerta risas femeninas, ¿Se burlan de mi?, levanto la cabeza poco a poco.

-¿Esa es nuestra Presidenta?, ¡Dios que vergüenza me da!

-¿Vieron su cara cuando la profesora la sacó de la clase?, ¡Fue tan graciosa!

-¡Rayos!, ojalá alguien lo hubiera grabado.

Las lágrimas comienzan a acumularse y el deseo de gritar con mucha fuerza se hace presente, escuchar sus comentarios hirientes duele mucho.

-¡Vasta de sus burlas, si quieren pueden seguir cuando me haya ido, pero ahora estamos en clase!-Escucho exclamar a la profesora molesta-

Y sin querer escuchar más, mis piernas comienzan a correr por si solas, no quiero parar, quiero que todos dejen de burlarse de mi, quiero que todos me dejen en paz, me estoy cansando de todo esto.

Mi SalvaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora