|Cheryl Blossom - Imagina|

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Caí totalmente cansada al costado de la pelirroja, mientras ambas tratábamos de regular nuestras respiraciones.

—¿Que somos? - pregunté después de unos minutos en silencio y me gire para mirarla.

—Simplemente conocidas. - rió y se levantó de la cama cubriendo su cuerpo desnudo con la sábana y fruncí en ceño.

—¿Conocidas? - pregunté indignada - Cheryl, llevamos como cuatro meses saliendo ¿y dices que somos solo conocidas? - cuestione sentándome.

—No estamos saliendo, solo de vez de en cuando nos vemos para saciar nuestros placeres carnales. - respondió y bufé, dejo caer la sábana, dejándome apreciar una vez más su anatomía.

—Perfecto, sí dices que lo nuestro es solo sexo, no te sientas con el derecho de ir y hacerme tus escenitas de celos cuando hablo con alguna chica como acostumbras. - me puse de pie y caminé hasta donde estaba mi ropa para empezar a ponermela.

—No son escenas de celos, solo te protejo de esas arpías. - rodó los ojos y reí sin gracia.

—Como tu digas. - acabe de cambiarme y la mire, notando que aún seguía desnuda. - Ya me voy. - anuncie y no espere respuesta de su parte, dejándola con la palabra en la boca y un tanto confundida ya que no le di un beso en la frente como siempre hacía antes de irme.

Al siguiente día no me sentia tan de buen humor, pero aún así me levanté para ir a la escuela.

No había visto a Cheryl en todo el día y creo que así estaba bien, ayer me había herido, pero tenía que entregarle su cuaderno a Betty y sabiendo que estaba en los ensayos de las Vixens, decidí ir.

Cuando llegue, noté que todas las chicas estaban sentadas en el suelo charlando, ¿Donde estaba la pelirroja?

—Hola - saludé con una sonrisa ladeada e inmediatamente todas se acercaron a saludarme y de fondo pude escuchar las carcajadas de mi amiga rubia y Veronica.

—¿Estás haciendo más ejercicio? - pregunto una chica, la cual desconocía si nombre.

—De hecho, no. - reí porque sabía que solo buscaban excusas para tener contacto físico y verbal conmigo.

—Las traes loquitas. - susurro la azabache a mi lado y negué.

Le entregué su cuaderno a Betty y ya quería retirarme, pero las Vixens no me lo permitían, estaba acorralada con estas chicas, hasta que una voz autoritaria se escucho y mis piernas flaquearon.

—¿Qué está pasando aquí? - pregunto  y la mayoría de chicas se dispersaron e inevitablemente reí. Cheryl empezó a caminar en mi dirección y deje de prestar a lo que pasaba al rededor, como a las Vixens que aún seguían tocando mis brazos. - Largo, perras. - les dijo y las chicas salieron corrieron a formarse con las demás.

—Buen día, Cheryl. - saludé recobrando mi compostura.

—Anoche saliste sin despedirte de mí. - dijo con notable molestia. - Y ahora solo vienes a hacer alboroto con mis Vixens, sabiendo que van detrás de ti. - rió irónicamente - No te convienen. - aseguró.

—¿Entonces quién me conviene? - pregunté y para molestarla, mire por sobre su hombro, a las chicas que nos observaban susurrando cosas.

Cheryl me tomo de la mano y me jalo está ponerme al centro y a la vista de todas las animadoras.

—¿Ven a esta chica de aquí? - pregunto señalándome y escuché un "Sí" de parte de todas - Pues si se le acercan, estarán fuera de las prácticas, ¿Entendieron? - pregunto y asintieron.

—¿Ven a esta chica de aquí? - pregunto señalándome y escuché un "Sí" de parte de todas - Pues si se le acercan, estarán fuera de las prácticas, ¿Entendieron? - pregunto y asintieron

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La mire mal y me puse a su lado.

—No puedes hacer eso, Blossom. - gruñi.

—Ya lo hice. - sonrió falsamente.

—¿Por qué no mejor aceptas de una buena vez que sientes algo por mi, en vez de hacer estas ridículas escenas? - pregunté y escuche jadeos y sorpresa, Cheryl miro a las Vixens y negó.

—Querida _____, no siento Absolutamente nada por ti. - me miro de pies a cabeza y reí.

—Bien, si no sientes nada por mi, no te afectará que haga esto. - camine entre las porristas hasta que encontré a Verónica. La tomé la cintura y la atraje hacia mi, para luego besarla.

Se sorprendió al principio pero segundos después me correspondió, sentí una de sus manos en mi mejilla y como el beso se intensificaba un poco.

Cuando nos separamos, abrí los ojos y la azabache rió alejándose. Mire a donde estaba Cheryl, y ella solo me asesinaba con la mirada.

IMAGINAS | Chicas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora