Capítulo 3

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Estaba despierta, simplemente miraba el techo. No durmió bien por estar protegiendo a sus hijos y a ella misma.

Esta casa no era segura para ellos.

Tiene que despertar a sus cachorros para empezar arreglarse e ir con su madre al lago. Ella le dijo que actuara de esa manera con su alfa... bueno, un poco más dulce, sin embargo, no puede. Ya no lo puede mirar o tratar de la misma manera después de lo sucedido. Así que le dijo que llevaría a los niños para que no le dé una excusa al querer ir sola.

Empieza a darle besitos en todo su rostro a Cameron, su pequeño bebé. Es el más consentido, sin embargo, siempre les da su amor por igual a todos. Hace menos de un mes que empezó a poder transformarse por sí solo en lobo. Sus hermanos lo habían dominado en su primer año, pero con Cameron el proceso había sido más difícil, ya que era un poco miedoso.

Sonríe viendo como este abre sus ojitos. —Vamos bebé, es hora de despertar. Tenemos que ir con la abuela.

—Mami... —Bosteza—. ¿Comeremos ya?

Sonríe tiernamente. —Cam, aún no es hora. Tenemos que levantar a tus hermanos y alistarnos para ir a lago, ¿No estabas emocionado por eso ayer? —Pregunta haciéndose la confundida—. Aparte, comeremos ahí, la abuela preparara cosas deliciosas.

Sonrió emocionado, con ojos brillantes. Se puso de pie en la cama empezando a saltar y gritar, causando que sus hermanos se despertaran alarmados. —¡Jake, arriba! ¡Bet, arriba! ¡Es hora de jugar! —Los chicos lo miraron con expresión de enfado, suavizándola cuando vieron la sonrisa de su madre al ver a Cameron hacer de las suyas.

—Ya estamos despiertos pulgoso —Empieza diciendo Jake.

—Si Cam, deja de brincar —Suspira Albert, tallándose sus ojos para liberarse del sueño.

Se sintió tan llena de alegría al ver a sus tres cachorros adormilados, despertando en su cama. Hace mucho que no tenía esa hermosa vista, la mayoría del tiempo ellos dormían en su habitación y solo iban por un beso de buenas noches.

Otras veces ni eso, el cansancio del embarazo a veces era demasiado por lo que su pasatiempo era dormir.

Espera que cuando termine todo eso pueda disfrutar más de sus bebés, a veces sentía que no los disfrutaba del todo.

Carraspea, haciendo que el nudo de su garganta disminuya. —Bien, ahora que están todos despiertos empezaremos a vestirnos cómodos e irem–

La puerta de la habitación se abre de repente, interrumpiendo su hablar, por esta entra su alfa. Los pequeños revolotean de alegría al ver a su padre, este se acerca a la cama y acaricia sus cabezas dándoles un beso en la frente.

Se acerca a ella, dándole un pequeño beso en los labios.

Frío. Eso sintió.

Se sienta en la orilla de la cama y sonríe. —Qué bueno que ya están despiertos —Empieza a hablar—. Le he dicho a Karla que prepare una canasta con muchas cosas deliciosas para que coman mientras están en el lago.

Los chiquillos se alegran al oír eso, sin embargo, Cameron habla recordando lo que su madre le dijo al despertarlo. —Pero papi, la abuela nos preparará la comida.

Jay al escucharlo sonríe. —Eso es cierto bebé, creo que no será necesaria la canasta que preparará Karla —Trata de hablar calmada—. Mi madre dijo que llevaría muchas cosas ricas para los niños y para mí —Dice mirando a los ojos a Martín—. Aun así, gracias por preocuparte por nosotros.

La sonrisa de Martín flaquea un poco, sin embargo, trata de que pase desapercibido. —Entonces no hay problema, le diré que ya no lo haga. No queremos que lleven demás y las cosas se echen a perder.

"Tightrope" L.S♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora