Capitulo 13

16 5 0
                                    

No tengo palabras para describir el manjar que se presentaba frente a mis ojos, comida de todos los tamaños y colores inundaban la sala, parecía imposible creer que en algún momento esta tribu haya sufrido hambruna. Rasul reía desde su trono de piedra mientras unos montañeses actuaban para él.

Todos reímos, hasta que entraron dos personas disfrazadas, pero no eran simples disfraces, eran nuestras ropas, las de la tribu del agua, la sala entera posó sus ojos en nosotros, esperando nuestra reacción. La única risa que resonaba era la del rey, que parecía estar demasiado complacido para mi gusto.

-Rasul.- dijo mi hermano en un tono fuerte y grave, pude notar como unos guardias se miraban nerviosos tanteando sus cuchillos. Patee a Jacú por debajo de la mesa, él guardó silencio ante la mirada penetrante del rey. No hay mejor arma ante una burla que el silencio.

-¿Quieres decir algo Jacú, niño del agua?-

-Actos pequeños para hombres pequeños.- Dijo mi hermano con total seguridad.

-¿Qué estas queriendo decir?-

-Que me ha gustado la actuación.- dijo y una sonrisa falsa apareció en su rostro. Un tambor comenzó a sonar atrás mío y todo empezó a llenarse de música nuevamente. Jacú me miró y dijo.- La burla es el recurso que utilizan las mentes inferiores.- sonreí para mí misma, cuántas veces se ha burlado mi hermano de mí en las prácticas de lucha. – iré a buscar más de esto.- dijo y señaló el vaso con el líquido verde.

Asentí y lo observé perderse entre la gente.

-Niara, ¿Qué te parece el festín?- dijo Mejen y se sentó en el lugar previamente ocupado por mi hermano.

-Hace mucho tiempo que no veía tanta comida junta.- dije y reí.

-Dile a tu hermano que tenga cuidado, aunque tenemos prohibido usar la violencia en los días festivos puede que enfrentarse a Rasul le traiga problemas mas adelante.-

-Lo haré.- dije y pensé: "Tal vez no estaremos aquí como para tener problemas."

-Ya casi es hora.-una sonrisa surcó su rostro.- ¿Estás preparada?- me miró.

-Por supuesto.- sonreí y luego recordé a Jacú, debíamos estar listos para escapar, me levanté de mi asiento pero Mejen tomó mi mano.

-No puedes irte, me dieron órdenes de que debías quedarte junto a mí durante la caída de las piedras.-

-¿En serio?- pregunté indignada.

-¿Por qué te molestaría con eso sino?- miré a mi alrededor aún con la mano de Mejen aferrándome, ¿en dónde estaba mi hermano?-

La tribu del rioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora