Sin embargo, esa misma noche, tras una ducha que me sirvió para despejarme y pensar, me tiré a la cama y no pude parar de sollozar, pensando que todo esto no era justo.
Y así me quedé dormida.
De repente, un golpeteo de nudillos en la puerta me despertó. “¿Quién en su sano juicio llama a las… (miré el reloj) DOS DE LA MAÑANA?!” pensé, y me levanté enfurruñada a abrir la puerta.
-¡BUUUMM!- rápidamente la cerré de un portazo.
-¡Me cago en la leche Lizzy, mi mano mierda!-
- Vete, vete de aquí, no quiero verte, largo- murmuré, más a mi misma que a Christian, el cual estaba detrás de la puerta maldiciendo.
- No, tú me vas a escuchar. No fue lo que piensas, Lizzy cariño, vuelve conmigo, te extraño…
- No me llames más cariño, no soy tu cariño- dije. Estaba borracho.
-Ábreme la puerta, parezco realmente idiota hablando a la madera.
Abrí la puerta de nuevo, y me arrepentí cuando vi a Christian ahí parado, con la ropa empapada de la lluvia y una sonrisa de suficiencia en su rostro.
-Sabía que abrirías.
-¿Qué quieres? Largo, no quiero verte.
- ¡Oh, pero yo sí quiero verte, te amo, te amo, te amooo…!- se iba acercando a mí, su aliento apestaba a cerveza, y al intentar quitármelo de encima agarró mis muñecas y me puso contra la pared.
-Por favor, déjame irme, por favor, lárgate, no quiero nada contigo, déjame en paz, fuera…- dije sollozando, mientras intentaba liberarme de su fuerte agarre.
-Pero te amo, te amo, Sofia…- le callé la boca con un puñetazo.
-¡Te atreves a venir aquí, a decirme que lo sientes, que no era lo que parecía, que me amas y toda esa mierda, y ahora murmuras el nombre de esa guarra!? ¡Vete, te odio, deja de jugar así conmigo imbécil, no soy una muñeca!- le aparté y le miré con repugnancia.
-Tienes razón…-su rostro se transformó; una sonrisa burlona apareció en su rostro.- No te amo, la única es, fue y será Sofía, tú no eres nada para mí, solo un juego, una marioneta que para mí está desgastada y lista para tirar a la basura; ya no me sirves de nada.
-Qué… qué dices… joder no… nada fue… ¿nada fue real?- detuve mis lágrimas y mi rostro cambió a una mirada de absoluto asco y desprecio.- Largo de mi casa imbécil… ¡LARGO JODER!- se fue tambaleándose por la borrachera. Por mí como si se mataba conduciendo.
Mi vida fue una mentira. Una maldita e irreal mentira que había acabado.
Solo tenía clara una cosa; me iría, me iría de aquí, de la ciudad, me iría a otro sitio donde no pudieran hacerme daño.
Si me iba mañana a Miami, me iba para siempre.
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Hola queridas y queridos lectores
Este capítulo era necesario para especificar que Lizzy se va para siempre.
Espero que os parezca entretenida.
Perdón por haber tardado tanto en subir, pero no estaba en casa, pero subiré capitulo cada sábado a partir de ahora.
Un beso enorme.
Por cierto, Christian en multimedia (dejo que os imagineis a Lizzy, así es más divertido)
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Una nueva yo
Teen FictionLizzy Portfield es una chica de 19 años que viaja a otro país huyendo de su pasado. Allí le pasará de todo menos lo que se espera que le pase. Irá con su mejor amiga y, por supuesto, conocerá al prepotente de su vecino de enfrente.