CHRISTIAN P.O.V.
Ese tal Jason la estaba gritando. Estaba gritando a MI Lizzy por MI culpa. Ya me estaba yendo cuando un golpe sonó en el interior de la casa. Un gemido de dolor se oyó justo después de la boca de mi ex novia. Esto sí que no lo iba a permitir.
Golpeé la puerta hasta que cedió, y entré rápidamente a la casa. Vi a Lizzy tirada en el suelo, con lágrimas cayendo por sus mejillas y uno de sus pómulos con una marca con forma de mano de color rojo. Muy rojo. Al tío ese no se le veía, pero sabía que estaba arriba por los golpes que se oían.
Corrí hacia ella. Lizzy me vio y trató de alejarse de mí, pero no la dejé. La levanté del suelo y le cogí la mano para que me siguiera hasta la puerta.
De pronto, Jason apareció por la puerta de la cocina. Mierda.
-¿Qué te crees que haces chaval? Deja a mi novia en mi casa y vete a la mierda.
-No te atrevas a pegarla más, imbécil.
-Ah, ¿sí? –lanzó un puñetazo en mi dirección. Me dio en la mandíbula y un líquido caliente caía de mi labio.
Intentó de nuevo pegarme, pero rápidamente lo esquivé, cogí a Lizzy de la mano otra vez y anduve hacia la puerta. Jason venía detrás de nosotros cuando abrí la puerta de golpe. Esta le golpeó en la rodilla y, aprovechando que estaba ocupado quejándose del dolor, saqué a Lizzy de esa casa y la subí al coche.
-Suéltame Christian, no pienso ir contigo. Prefiero ir andando que subirme a ese coche.
-Ya, claro, para que ese psicópata te persiga ¿no? Venga Lizzy, entra en el coche, por favor.
Subió al coche a regañadientes, y se colocó en la zona trasera, supongo que para estar lejos de mí.
-Me dejas en casa y te largas ¿vale? –me dijo. No pensaba hacer eso, así que ni la contesté.
Conduje en silencio, ninguno de los dos hablábamos. Aparqué en frente de la casa de Lizzy y salí del coche. Esperé a que Lizzy saliera, pero no salía. Abrí la puerta trasera y vi a Lizzy sentada con las rodillas pegadas al pecho y llorando desconsoladamente.
-¡Ey! Ya Lizzy, tranquila, tranquila –dije abrazándola. Ella se separó bruscamente de mí.
-Mira Christian, te agradezco que me ayudaras antes, pero no cambia nada. No quiero verte, así que lo mejor será que te vayas, porque no puedo soportar mirarte a la cara después de lo que me hiciste.
-¿Cuántas veces tengo que decirte que fue todo un malentendido?
-Da igual cuantas veces lo digas, no va a cambiar nada. Así que, gracias por eso y espero de verdad no verte más Christian.
Y como vino, se fue. No me podía creer que no me quisiera perdonar. Ya no sabía qué hacer para que Lizzy se diera cuenta de que aun la quiero y que quiero que volvamos.
LIZZY P.O.V.
Dios, ¿por qué tenía que pasarme esta mierda a mí? No lo entendía, yo no había hecho nada malo y el maldito karma estaba borracho, porque me devolvía lo bueno con lo malo.
Menuda mierda de vida. Y yo que pensaba que estaba feliz con Jason.
De repente, todo giró a mi alrededor y se volvió negro.
……………………….
-… Lizzy, cariño despierta.
-¿Qué? ¿Dónde estoy? –abrí los ojos y encontré a Jason acostado a mi lado en la cama haciéndome cosquillas en la mejilla.
-¿Jason? ¿Qué coño? ¿Qué haces aquí? –dije alejándome de el bruscamente.
-¿Cómo que qué hago aquí? Lizzy, nos quedamos dormidos hace una hora y media después de lo de… después de que te pidiera perdón por lo que casi te obligo a hacer.
-¿Solo me has pedido perdón hace una hora y media?
-Sí, claro. Me acabo de despertar después de eso. ¿Por qué? ¿Qué te pasa? ¿Estás bien?
-Sí, ahora sí –y le abracé.
Todo había sido un sueño. Bueno, más bien una pesadilla.
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Una nueva yo
Teen FictionLizzy Portfield es una chica de 19 años que viaja a otro país huyendo de su pasado. Allí le pasará de todo menos lo que se espera que le pase. Irá con su mejor amiga y, por supuesto, conocerá al prepotente de su vecino de enfrente.