Capítulo 5

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El bar estaba lleno a tal punto que era molesto.

Era un lugar para los encuentros casuales, solo había espacio esa noche en el mostrador y en las pocas mesas. No había atracones, no se bebía en exceso porque el punto no era beber.

Estaban los habituales y los recién llegados.

Había quienes se apresuraban en proponer y quienes se tomaban su tiempo.

Había reglas tácitas aquí.

Aquellos con los que no se podía se les daba la espalda. Los egoístas narcisistas eran ignorados. Los tipos se mezclaban entre brutos, salvajes y atractivos.

En un lugar como este, una vez que eran marcados, estabas perdido.

En el día, la barra estaba dividida por grupos de edad. Por la noche no había una brecha generacional o la necesidad de aplicarlo.

Ya sea que encontraras a alguien que te agradara o no. De cualquier manera tenias suerte si solo era para pasar la noche. El deseo era simple.

Guy desapareció con un joven de gafas con marco cuadrado y pelo oscuro a una habitación privada en el segundo piso. Ni siquiera le dio una segunda mirada.

Pero Guy no estaba aquí para una aventura de una noche. El joven de cabello oscuro lo sabía también. Al entrar en la habitación, él caminó a la derecha más allá de la cama matrimonial y se sentó sobre la mesa cerca de la pared sin preocuparse.

―Y ¿qué es lo que necesitas?‖

Desde su bolso sacó un dataslate. El trabajaba como corredor de datos.

En Ceres, nueve de cada diez residentes eran hombres y en tales casos era fácil ser presa de los fuertes. Hal lo miro con suavidad - eran interminables las historias de borrachos que terminaban con un brazo, o violados de una patada.

La diferencia de tamaño no importaba. La autodefensa era un hecho en los barrios bajos. La violación ocurría porque dejabas que sucediera – eso era lo que todo el mundo sabía. La autodefensa hasta llegar al asesinato era parte del juego. Eso porque las armas estaban por todas partes.

―El diseño de Dana-Burn‖.

―¿Dana-Burn?‖ Hal entrecerró los ojos.

―Uno reciente.‖

―¿Por qué?‖

―¿No se supone que no debes preguntar?‖

La gente puede mentir. El dinero no. Eso era lo que Lavi había dicho. ―Vendo la información por la que pagas. No pregunto por qué‖. Si Lavi tenía una política como esa, sin duda Hal también.

―Bueno sí.‖

―¿Y qué?‖

Hal sacó un cigarrillo y lo encendió. ―Sólo tengo curiosidad del por qué el segundo al mando de Bison pudiera interesarle algo así‖.

Guy se le quedó mirando. ―¿Vas a tomar el trabajo o no?‖.

Hal dio una calada a su cigarrillo. ―Estoy diciéndote que no tengo mucho que hacer para buscar información sobre eso‖

Guy apretó los dientes. ¿Elegiste al tipo equivocado para preguntar?

Lavi era el corredor de datos más grande de los barrios bajos, pero cuando se trataba de Riki tenía un antinatural grado de interés. Pedirle a Lavi este trabajo era arriesgarse y quería alejarlo por completo. Guy quería evitar eso a toda costa.

Entonces eligió a alguien diferente. Aunque fuera un error.

Guy estaba decepcionado definitivamente. Hal mintió. ―Lo siento, no puedo ser de mucha ayuda.‖

Ai No Kusabi - Vol. 6Donde viven las historias. Descúbrelo ahora