Capítulo 10

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El extremo oeste de Ceres.

Guy subió con su aerobike por la avenida, esquivando los árboles a lo largo de la carretera.

Era como si estuviera en una batalla de carreras. Pero esto era diferente a luchar con otros aerobikes en una carrera de la muerte. Si se hubiera tratado de un vehículo aéreo, Guy podría haber sobrepasado fácilmente el nivel de las copas de los arboles. Pero un aerobike no tenía ese poder impulsor.

Este había sido una vez el lugar donde los revolucionarios de Dana-Burn celebraron su independencia, su victoria.

No quedaba nada de eso.

Ceres se convirtió en un barrio pobre. Despoblado, las cepas y árboles del Cinturón Verde se apoderaron de estas calles.

El camino era apenas claro para viajar en un aerobike. El área fue entregada a la naturaleza, ahogándola con árboles. Apenas visibles más allá de los árboles estaban las blancas torres de Guardians. Guy no les hizo caso y siguió avanzando a alta velocidad.

El objetivo de Guy era un edificio abandonado. Había sido alguna vez un almacén de algún tipo, y a pesar de su pequeño tamaño alojaba un generador. El exterior estaba desmoronándose, pero debajo de él se albergaba un búnker fortificado de la época de la independencia prácticamente intacto.

Las cerraduras en la puerta estaban intactas también. Esto era fuera de lo común.

Guy estacionó el aerobike y bajó. Con un toque familiar introdujo la clave y desbloqueo la puerta. Descendió al tercer subterráneo en lo que fue alguna vez un elevador de carga.

Al final, había una puerta. Guy entró.

Estaba algo limpio, pero sólo tenía los elementos esenciales para la vivienda. Una cama, mesa, silla y un refrigerador.

En la cama, Riki dormía. Guy puso su mochila sobre la mesa y camino hacia Riki. Confirmo que todo estaba en orden, Guy soltó un tranquilo suspiro de alivio y le dio un suave beso en la mejilla.

Volviendo a la mesa, Guy tomó un datalink de la mochila y lo encendió, activando una holopantalla.

Era el modelo de Dana-Burn. Guy lo miró por un largo tiempo, buscando.

Suspiros contenidos.

Gritos de placer.

Un mar sin fin de luz artificial.

Esta noche en Midas no era diferente de cualquier otra.

El vehículo aéreo de Iason descendió sobre el techo e hizo un alto.

El ascensor privado se detuvo en el piso 53. Iason salió, el rostro enmarcado por el cabello plateado y el visor de datos. Estaba con la misma ropa que siempre usaba cuando venía de Apatia.

Una semana desde la desaparición de Riki. Las formas de Iason indicaron un débil indicio de humillación. Entró en el cuarto de Riki.

La habitación en sí era un desastre. Así era Riki, pero su ausencia era aún más incoherente, como si su desaparición estuviera fuera de su control.

No había nada en la habitación que indicara por qué había desaparecido o cómo. Ningún informe de accidentes en la superficie de Midas.

La red de seguridad del propio Midas dibujó una ruta tratando de rastrear a Riki. La vigilancia tenía puntos ciegos y límites. La función de búsqueda del anillo de control de Iason indicaba que Riki fue el último a las 1923 horas en el distrito de Tilma. Según Katze, el teléfono de pulsera de Riki también fue encontrado allí.

Ai No Kusabi - Vol. 6Donde viven las historias. Descúbrelo ahora