Capítulo 7

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Ceres

Lo que quedaba de Bison dejó la tienda de Maxie y se fue al lugar de reunión de Kelly. Los repuestos reciclados para carreras de aerobikes fueron descargados en el garaje de Kelly.

―Maldición, Maxie, me cargué un brazo y una pierna para esto.

―Sí.

―Hey Norris, ¿puedes intentar obtener un descuento de tu novio?

―De ninguna manera.

―¿En serio?

La conversación era pesada. Desde que volvieron de Apatia, ninguno tenía corazón. No después de ver... eso. Pero ya que no tenía sentido llevarlo una y otra vez a sus mentes, mantenían sus manos ocupadas.

Entonces Guy recibió una llamada en su teléfono de muñeca.

Todos clavaron sus ojos en él.

Guy leyó el contenido, devolvió un mensaje corto y corto el datalink.

―¿Quién es?

―Un tipo que conocí la otra noche que me pidió salir.‖

La obvia mentira se encontró con el silencio incrédulo.

Desde lo de Apatia, era obvio que algo dentro de Guy había cambiado. Como si la sola mención de Riki lo enloqueciera. Pero la mirada en los ojos de Guy preocupaba a todo el mundo.

―Vamos, Guy‖ dijo Norris.

―¿Qué estás haciendo por las tuyas?‖ frunció el ceño.

―Maldito.

Luke gritó de rabia. ―¡Guy!

El rostro de Guy permaneció inexpresivo. ―¿Recuerdas cuando

Kirie trajo a todas las Fuerzas de Seguridad de Midas a Ceres?‖ El cambio repentino en el tema tomó a todos por sorpresa. ―No puedo decirte lo que no sé. Si lo hiciera e intentara mentir sobre eso me descubrirías en un instante, pero realmente no puedo decirte lo que no sé.‖

El recuerdo en blanco de los golpes y las Fuerzas de Seguridad de Midas aún eran recientes.

Luke habló. ―¿Qué planeas hacer?‖ La tensión se elevó en el aire.

Guy dijo en un tono despreocupado, ―Traer a Riki de vuelta, ¿Qué más?‖

Las palabras cortaban el aire como una navaja. Un escalofrío recorrió a todos los presentes.

―¿Estás demente?‖ grito Sid.

―¡Vas a ir contra un puto Blondie de Tanagura!‖ gritó Norris.

―¿Y?‖ la voz de Guy era inestable.

―Wow, perder a Riki llevó a Guy al abismo‖ dijo Luke.

Guy escupió. ―¿Crees que voy a retroceder después de lo que pasó?‖ Sus ojos eran fríos, furiosos.

No lo hagas. En la mente de todo el mundo estaban esas palabras, pero nadie dijo nada.

Guy continuó: ―Así que no preguntes a dónde voy o que estoy haciendo. No sabes nada. Déjalo así‖

Esto no va a hacer feliz a Riki. Nadie dijo lo obvio. Todo el mundo quería hacer algo. Pero esta era una batalla pérdida.

Iason.

Un Blondie de Tanagura.

Demasiado poderoso.

Imposible.

Cero por ciento de posibilidades de éxito.

No conseguirás una segunda oportunidad. Las palabras de Riki pesaban.

Si hubiera estado claro que estaba involucrado un Blondie allí, no habría puesto los pies en Apatia desde el principio. No habría hecho nada imprudente. Pero lo hizo por ignorancia, e incluso el volver vivo era un milagro. Una locura en sí misma.

Pero el precio era demasiado alto. Todo el mundo lo sentía.

―Voy ahora.‖

Guy rompió el silencio y salió. Los demás sólo podían verlo tranquilamente.

El cielo nocturno estaba lleno de estrellas. Nadie en Ceres habría querido mirarlos.

Guy caminó solo por las calles iluminadas por luces de neón. Llegó a un callejón y se detuvo.

―¿Berne? llamo Guy. La figura en las sombras apagó un cigarrillo en la pared.

―¿Tienes mi pago?‖

Guy sin decir palabra sacó un memstick.

Berne lo encajó en un datalink y confirmó los fondos. Sin otra palabra tomó el bolso a sus pies y se lo entregó a Guy. El peso de eso se sintió en sus manos.

Guy se dio la vuelta sin decir una palabra y se alejó.

En Lupa Yapp, en el lado este de Ceres, el sol salió como siempre.

Norris estaba sentado en el suelo de su cuartel y lentamente sacó un cigarrillo. Una noche sin los otros fue larga.

Pero no sentía ganas de entrar a la cama de Maxie. Sea cual fuere la razón, sólo quería estar solo.

¿Qué veían sus ojos?, ¿en quién estaba pensando? ¿Dónde iba a parar su mirada?

Entre sus dedos, las cenizas del cigarrillo cayeron en el cenicero. Sólo en ese momento el tiempo volvió a la movilidad de nuevo.

En la oscuridad, Luke tropezó.

Borracho, y alto, estaba silbando en la carretera. Nadie lo miró. Porque era una inusual vista. No en Ceres.

Luke tropezó y luego cayó con un fuerte ruido sordo.

Ningún transeúnte se volvió para mirar. Él estaba enterrado profundamente en la basura. Y entonces empezó a reír. ―Asusta esta maldita... no puedo seguir con esta mierda. Riki... no podemos‖ Sus palabras se derritieron en la oscuridad.

El mostrador de un bar, envuelto en humo púrpura.

―¿Tu cita no se presentó?‖ El hombre dijo conciliador, y se levantó del taburete.

Las delgadas cejas recortadas, brillaron en la sombra de sus ojos. Inclino su cuerpo hacia delante, separó su cabello naranja perezosamente.

Sid lo miró de reojo.

―¿No quieres comprarme una copa?‖ dijo el forastero de cabello anaranjado de nuevo.

Sid escupió. ―Piérdete‖

―Es simplemente que eres impotente ¿no?‖ El desconocido resopló.

Y entonces una patada lo envió a él y a su taburete volando.

Sid dejó su bebida en el mostrador y se levantó.

No estaba enojado con el desconocido. Todo lo que quería era una excusa. Una excusa para sacar esa frustración de su pecho. El forastero tuvo mala suerte.

―Dilo de nuevo, hijo de puta‖. Sid empezó a apretar sus nudillos. El bar se quedó inmóvil.

Tragando saliva, el forastero solo escapó. 

Ai No Kusabi - Vol. 6Donde viven las historias. Descúbrelo ahora