ᵂʰᵃᵗ ᵃᵇᵒᵘᵗ ᵐᵉˀ 🌻Kookmin🌻 #2 saga Lost Love

[6: Yoυɴɢѕoo/ Jιмιɴ]

Youngsoo

Dormir fue una misión imposible. Cerraba los ojos y al siguiente segundo ya estaba abiertos otra vez.

Hoy espero que todo salga bien. No quiero escuchar que se mudó de casa, que ya no se llama Jimin, se volvió cristiano o voló fuera del país.

Nada.

Me abrigo con un gorro y una chamarra antes de salir del hotel para subir a un taxi.

— Con calma Soonie, recuérdalo. — Me dice la abuela.

No ha dejado de ver el teléfono cada cinco minutos. Está casi o igual de nerviosa que yo, solo que no puedo saber si por lo mismo.

Me están sudando las manos de una manera que no imaginé. Tengo el estómago revuelto y a pesar de que intento distraerme, el tirón de extrañas no desaparece.

Se siente como una eternidad cada kilómetro que el auto avanza, como si el tiempo se detuviera a propósito.

Después de no encontrarlo en Daegu, estoy algo preparado para cualquier cosa, pero una parte de mí se siente indispuesta a volver a repetirlo.

Cuando entramos en un conjunto de casas, todos mis pensamientos se disuelven. Mi corazón golpea con fuerza en mi pecho y me siento sofocado.

El taxi se detiene y no soy capaz de alzar la vista.

— Llegamos. — Avisa lo obvio.

Si, lo noté. Gracias.

Doy un suspiro pesado pero no pierdo tiempo y salgo primero del auto. Hay una casa frente a mí, la observo curioso intentando traer a mi mente algún recuerdo sobre ella, pero no hay nada.

—¿Ésta es la correcta? — Pregunto mientras frunzo las cejas.

— Solo hay una forma de averiguarlo.

Sonriéndome, la abuela me empuja hasta que estamos frente a la puerta.

No puedo respirar.

Tras esa puerta está todo lo que he buscado, por todo lo que he esperado estos años.

Jimin.

Cierro los ojos y con las piernas temblando golpeo la puerta tres veces.

Me tenso cuando escucho a alguien gritar desde adentro. No puedo saber si es él porque jamás he escuchado su voz pero eso no impide que mi estómago se contraiga.

Cuando la perilla gira doy un paso atrás. Estoy viendo al suelo así que lo primero que me saluda son unas pantuflas peludas.

Tengo miedo.

Despacio voy subiendo, de pronto, hay unos pies muy chiquitos, están cubiertos por botas afelpadas, un vestido azul marino y finalmente, unos ojos marrones.

¿Marrones?

A su lado, la persona que la sostiene, se fija en mí, y, oh...

—Jimin. — Estoy diciendo antes de darme cuenta.

Parece igual de confundido que yo. Está mirando de mi abuela y otra vez a mi, como si quisiera entender lo que sucede.

Pero no me importa a quién mire. Él está ahí, incluso más bonito que en las fotos. Sus ojos verdes se sienten familiares, cercanos, correctos.

—¿Jisoo? – Sus ojos vuelven a mí — Y-Youngsoo...

—Hola cielo. — La voz de mi abuela se escucha lejana.

Es difícil saber lo que sucede a mi alrededor. No puedo apartar la vista de la niña que lleva en los brazos, le está tocando el cabello y estoy deteniéndome para decirle que lo deje tranquilo.