Capítulo 3: Caminos

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Nick caminó hacia su mesa con tranquilidad y agradecido en el alma con aquella chica por no haberse puesto a gritar como neurótica cuando chocaron, aunque ciertamente le había resultado extraño el comportamiento de aquella muchacha, parecía estar nerviosa, sorprendida y asustada al mismo tiempo; quizá simplemente no lo había reconocido, ‘O le da igual nuestra música’, pensó Nick.

-Nick, deja de divagar –dijo Joe lanzándole una mirada extraña–. Tu cena se enfría.

-Bien, ya que estamos aquí ¿Seguros que ya no necesitan nada antes de volver al hotel? –preguntó su madre, habían rogado por salir a cenar y habían conseguido la mitad de lo que querían pues los habían acomodado en uno de los espacios privados del restaurante, aislados del resto de los clientes para su propia seguridad.

-No, bueno, al menos yo no –dijo Kevin dándole un pequeño sorbo a su vino.

-Yo tampoco –dijo Nick tomando de nuevo sus cubiertos.

-No –respondió Joe muy entretenido con su carne.

-De acuerdo, entonces ahora iremos al hotel y no quiero más reclamos por esta noche –pidió su padre.

-¿Dónde nos quedaremos cuando vayamos a Nueva Jersey? –preguntó Joe, sus padres lo miraron.

-Falta un mes para llegar ahí, cielo –dijo su madre con una sonrisa.

-Sí, pero supongo que todo eso ya está arreglado, ¿no?

-Nos quedaremos en un hotel, como siempre lo hemos hecho –respondió su padre mirándolo con calma.

-¿Hotel? –preguntó Nick.

-Es lo que siempre hacemos, por logística es más sencillo quedarnos cerca de la arena o del aeropuerto.

-Es solo que creímos que podríamos ir a casa a pasar esa noche –dijo Kevin con calma-. Sería agradable volver.

-La casa no es una opción –dijo su madre, tratando de suavizar la noticia-, esa casa ha estado en renta por muchos años, dudo que los inquilinos quieran abandonarla solo porque ustedes quieren volver.

-La casa es nuestra –suspiró Joe en voz baja, sabiendo que habían sido derrotados.

Frankie había observado la escena en silencio, tomó su vaso y le dio un sorbo a su jugo mientras miraba a sus hermanos, la tristeza y la decepción se reflejaba en ellos pero él no podía entender porque, supuso que la decisión de sus padres tenía algo que ver pero él no conocía la historia entera, no había forma de que supiera a qué grado le dolía a sus hermanos el no poder volver a casa y encontrar una manera de buscar a sus amigos. El señor Jonas pidió la cuenta, ya debían ser las once cuando salieron del restaurante, subieron a la camioneta y se dirigieron al hotel, los muchachos no decían nada.

El día siguiente amaneció ligeramente nublado, se pusieron en marcha a mediodía, ya estaban montando el escenario, los chicos de la banda ya estaban ahí afinando los instrumentos. Nick se quedó de pie sobre el escenario pidiendo que el día se nublara un poco o bien, que los asistentes al concierto pensaran en usar bloqueador solar. Era una de las desventajas de tocar en una arena al aire libre, estaban a la merced del clima. Si llovía o estaba soleado, solo los fans se veían afectados y no era muy agradable saberlo.

Joe había amanecido de mal humor, era casi comprensible después de la discusión de la noche anterior. Podía faltar un mes, pero sería un mes lleno de angustias porque los tenían con los ojos vendados. Habían estado tratando de preguntarle a su padre si sabía algo sobre los Williams, pero el hombre parecía estar siempre ocupado y en cuanto estaban a solas, encontraba una excusa para salir de la habitación o del edificio donde estaban sus hijos, era muy frustrante para los muchachos. Kevin y Nick no habían dejado de buscar en las redes sociales, Joe no dejaba de pensar en cómo contactar al señor Williams por teléfono. Era bastante extraño saber que podían hablar con el presidente o con la Reina de Inglaterra si lo quisieran pero no con un político.

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