Capítulo 31: Sobre anuncios extraños

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Encontré a mi hermano sentado en la barra del bar del hotel, no tenía idea de lo que estaba bebiendo y solo me senté a su lado, acompañándolo. Nos quedamos en silencio mientras terminábamos con nuestras bebidas, la mía una simple cerveza fría, me pareció que él estaba tomando algo más fuerte.

-¿Cómo se supone que voy a explicarles esto a papá y mamá? –me dijo con voz ronca.

-No lo sé.

-Van a estar tan decepcionados...

-No creo que eso pase –le dije, estaba muy segura de que le decía la verdad-. Creo que van a estar confundidos, como tú lo estás en este momento.

-¿Tu no lo estás?

-Estoy sorprendida, no confundida –le dije con una sonrisa.

-Tres meses de embarazo... Dios, la señora Parker va a asesinarme –dijo él enterrando su rostro entre sus manos.

-No creo que haga eso porque secretamente le agradas –le dije recargándome sobre su hombro, lo sentí reírse-. La pregunta más importante ahora es qué vas a hacer.

-¿Con qué?

-Con todo...

-Hablar con Ness es lo primero, pero creo que debo dejarla asimilar las cosas por esta noche –asentí-. Después, debemos hablar con nuestros padres y también con Scott, tiene que saberlo de inmediato.

Nos quedaban dos semanas más para terminar con nuestro recorrido en Sudamérica, después de eso, tendríamos apenas una semana de descanso. En esa semana planeábamos ir de vacaciones al Caribe, pero esos planes claramente fueron anulados dadas las nuevas circunstancias. Así que en lugar de prepararnos para las playas de arena blanca, tuvimos que volar directamente a Nueva York y nuestra primera parada fue la casa de la señora Parker.

La parte baja correspondía a la tienda, en el primer piso trabajaban las diseñadoras y las modelos bajo la supervisión estricta de la señora Parker y el segundo piso era exclusivamente para ella. De esa forma no tenía que transportarse para llegar al trabajo y hacía todo más sencillo. Yo me quedé en la salita de espera del taller, en silencio, mientras mi hermano y Ness le contaban todo en la privacidad de su hogar en la segunda planta. Merodee por entre las mesas de trabajo y me entretuve charlando con una de las modelos.

-No tienes idea de lo mucho que amo tu música en verdad –me dijo con una perfecta sonrisa de dientes blancos-. Siempre que tengo un mal día, solo pongo uno de sus discos y ¡bum! Me siento mejor casi de inmediato.

-Me alegra saber eso, es todo un gusto –le dije con una sonrisa.

-Escuché que habías dejado tu casa en la playa por discusiones con Joe.

-¿Qué?

-¿Es verdad que ahora sales con Nick?

-¡No! –exclamé y después comencé a reírme-. ¿Quién te dijo eso?

-Está todo en el sitio de Perez Hilton, todo el mundo lo sabe –me dijo ella en voz baja, como si eso fuera a evitar que el secreto se esparciera aún más-. Dicen que te encontraron besándote con él y que estuvo a punto de golpear a Joe por entrar sin avisar.

-Eso no es verdad –le dije, ella se apresuró a encontrar la nota en su celular y la leí rápidamente. Solo había una persona más en la habitación aquella tarde y era Maggie.

-Bueno, solo para que lo sepas, creo que Nick es más guapo que Joe –me dijo con una sonrisa cómplice-. No creo que haya algo de malo en que elijas a otro hermano, en tanto no sea Kevin, claro.

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