Capítulo 5: Dieciocho

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Casi sentí que el que nos cantaran “Cumpleaños Feliz” era demasiado exagerado. Resultó que mamá había comprado un pastel antes de recogernos en el concierto y que todo había sido planeado desde antes de que su tour siquiera iniciara, la casa de la familia Jonas también había estado en renta durante un tiempo y eran mis padres quienes se encargaban de todo el trámite, jamás habían perdido el contacto; la única razón de que ésta casa estuviera vacía era el hecho de que los inquilinos se habían mudado hacía tres meses.

Frankie, a quien yo recordaba como solo un bebé (porque eso era cuando lo había visto la última vez) pasaba su mirada de uno a otro, quizá tratando de comprender qué era lo que acababa de suceder y qué demonios estábamos haciendo nosotros ahí. Sus padres les explicaron quiénes éramos nosotros, pero eso no fue suficiente para que el niño confiara en nosotros, supuse que habría tiempo de sobra para convencerlo de que éramos buenas personas.

Joe, Derek y yo soplamos las velas del pastel al mismo tiempo y nos dejaron evitar la parte de la embarrada solo porque era muy poco pastel para tres caras. Me senté justo en medio de mi hermano y de Joe, quien ahora parecía mucho más radiante de lo que lo había visto en el escenario o en cualquier fotografía. El primer tema que salió a relucir fue Denver, cuando casi nos habíamos encontrado por azares del destino, ni siquiera mis padres tenían idea de lo que había sucedido aquella noche.

-¡No puedo creer que te estrellaras con ella y no la reconocieras! –le dijo Kevin a Nick mientras comíamos pastel.

-¿Ya la viste bien? ¡Está irreconocible! –se defendió el muchacho mirándome con una sonrisa-. Pero yo sabía que había algo en esa mirada que era demasiado familiar.

-¡Estaba totalmente aterrada cuando te reconocí! –admití, mis amigos se rieron.

-Debieron verla, quería salir corriendo del restaurante en cuanto terminamos de cenar –se burló Derek.

-¿Por eso estabas tan ansiosa? –me preguntó mi padre con una sonrisa traviesa, asentí casi avergonzada.

-¡Pero no es mi culpa! ¿Cómo se suponía que yo supiera si nos recordaban o no?

-En su defensa diré que yo habría hecho lo mismo –dijo Derek, mis amigos se rieron con ganas.

-¡Los buscamos por años! –dijo Joe.

-Creo que revisamos todas y cada una de las cuentas en MySpace –admitió Kevin, fue nuestro turno de reírnos.

-No es gracioso, se nos estaban acabando las opciones y papá dijo que habían perdido el contacto con ustedes –explicó Joe.

-Y nosotros supusimos que nos habían dejado ir –le dije-, tampoco sabíamos nada.

-El concierto fue increíble, por cierto –dijo Derek con la boca llena, le di un codazo.

-¿Estuvieron ahí? –preguntaron los Jonas al mismo tiempo, los adultos se rieron.

-Asientos de primera fila, literalmente –mi hermano le mostró los boletos que aún llevaba en su chamarra.

-¿Qué?

-No pudimos colocar una fecha en Washington –explicó el señor Jonas con una sonrisa, todos lo miramos-, así que cuando dijeron Nueva Jersey lo hicimos sin dudarlo. Llamé a Jeff y a Amanda y les expliqué lo que estaba sucediendo, fueron los primeros boletos en ser entregados.

-Creímos que les encantaría volver a casa por un día –dijo mi mamá encogiéndose de hombros-. Era la oportunidad perfecta para reunirlos.

-No dejan de sorprenderme –dije cruzándome de brazos-, son unos genios guardando secretos. Pero fue injusto que no nos dijeran que siempre supieron dónde encontrarlos.

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