Capítulo 19: 19

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La red estalló con la noticia del compromiso de Kevin Jonas y Danielle Deleasa, las notas incluían una foto de la feliz pareja en la sala de la casa de Danielle aunque solo podíamos verlos a ellos, cuando Kevin regresó con nosotros a Edmonton fue el blanco de gritos, abrazos, aplausos y buenos deseos y los preparativos para la boda comenzaron a toda velocidad. Denise y Frankie volvieron a Nueva Jersey con la familia Deleasa para comenzar con el trabajo.

-Estoy muy feliz por ti –le dije cuando estuvimos reunidos de nuevo, estábamos ensayando en el escenario-. Se lo dije a Dani y ahora te lo diré a ti: son la pareja perfecta.

-Gracias, Annie –dijo él con una brillante sonrisa-. Aun no puedo creer que me dijera que sí.

-Bueno, creo que algo vio en ti, una gracia has de tener –me burlé y él sonrió-. ¿Ya has pensado en quiénes serán tus padrinos?

-Mis hermanos, claro. No puedo elegir solo a uno –asentí-. Y tienes que estar ahí.

-Será un honor acompañarte a tu boda –le dije y las palabras sonaron raras en mis labios, se avecinaba una boda, la primera boda en nuestro grupo y yo simplemente no podía creerlo.

-Escuché que mi hermano se ha conseguido una nueva pareja –me miró expectativo.

-No sé nada al respecto –Nick se había acercado sigilosamente a nosotros y dijo:

-Oh, vamos, todos sabemos sobre eso. Frankie los vio y tomó una fotografía, nos la envió a todos antes de irse –sentí mis mejillas encenderse-. Me sorprende que Derek se lo esté tomando tan bien.

-No es así –dijo Ness desde su posición en el escenario-, está histérico.

-Es mi hermanita, Joseph, mas te vale cuidar bien de ella –Joe estaba de pie sobre el escenario central y miró a todos con algo cercano al bochorno.

-Lo prometo.

-Buenos días, Nueva Orleans –dijo el locutor de la radio, abrí los ojos preguntándome en qué momento se había encendido el radio-. Tenemos una hermosa y despejada mañana, la temperatura es de veinte grados y no se esperan lluvias. En este momento son las diez con treinta minutos.

-¡Maldición! –exclamé lanzando las cobijas a un lado.

Me vestí a toda prisa con lo primero que encontré a la mano, me amarré torpemente el cabello y lavé mis dientes. Salí a toda velocidad en dirección a la arena apenas deteniéndome por un café en el camino y cuando por fin llegué al escenario, todos estaban ahí mirándome.

-Lo siento, yo… -suspiré agitada, Ness me tomó de la mano y me acercó al escenario donde Derek ya estaba ocupando un asiento-. ¿Qué pasa?

-Sssh –dijo ella ocupando un asiento a mi lado y mirando sonriente el escenario vacío. De repente la banda de los hermanos salió y ocupó su lugar como cualquier otro día y nos saludaron con la mano y una amable sonrisa.

-No me preguntes qué está sucediendo porque no tengo idea –me dijo mi hermano cuando lo miré, no pude evitar sonreír. Los acordes de “feliz cumpleaños” comenzaron a sonar y entonces caí en la cuenta de que era quince de agosto, diecinueve años cumplidos.

-No hay mejor forma de celebrar un cumpleaños –dijo la voz de Joe-, que en compañía de las personas que quieres y en este caso, estamos casi completos.

Escuché el zumbido del escenario central al subir y no pude evitar soltar una carcajada cuando Joe apareció, iba vestido de pastel de cumpleaños. El ridículo disfraz era de un pastel blanco de tres pisos y sobre su cabeza llevaba un sombrero que simulaba la tapa del pastel con una velita encendida, sus hermanos tampoco podían controlar la risa aunque lo estaban intentando de verdad.

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