Capítulo 12: SUPERAR SUS MIEDOS Y VIVIR FELIZ Y TRANQUILAMENTE

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7° mes

Ya ha comenzado el invierno, hace mucho frio, y creo que pasare navidad con mi tía Harris, pero solo unas horas pues hace años que no voy a su casa por su esposo y no quiero que me coma viva con la mirada de odio que tiene hacia mí, así que, pasare navidad sola de nuevo.

En estos últimos 3 meses, Tae ha estado distante, ya casi no me habla ni me saluda, ni siquiera está en el pasillo a la hora muerta.

No sé qué le pasa.

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Caminaba tranquilamente hacia la oficina de mi jefa pues había unas cosas que no estaba bien en algunos papeles y tendría que aclararlo directamente con ella.

No me gustaban estas situaciones pues tenía que salir de mi oficina y caminar por medio de mis compañeros de oficina que me ven con una mirada desafiante y a la vez confundida pues nunca salgo de aquel espacio designado.

Cuando llegue esquivando todos y cada uno de mis compañeros masculinos toque ligeramente la puerta.

-Pasa-Escuche.

-¡Mamáaaaa! ¡Pero no me puedes dejar así!- Grito una voz que aún no podía olvidar y me detuve en seco.

-¿Te pasa algo Montse?- Me pregunto mi jefa.

Levante lentamente la mirada y ahí estaba, esa chica que nunca pude borrarla de mi memoria por completo.

Ella estaba muy sorprendida al igual que yo.

-¿¡CAROLYNE!?- Grito escandalosamente lo que hizo que me sobresaltara.

-¿Carolyne?- pregunto confundida mi jefa.

-Mama, con ella yo... estuve, s-secues-trada...- Se le había roto la voz por completo.

Mi jefa me miro sorprendida y se levantó de inmediato de su escritorio.

-Creo que... las dejare solas...- Dijo para después salir. –Pero antes me llevo esto- Me quito las hojas que llevaba en la mano, del cual ni me percate pues estaba concentrada en los profundos ojos de Jeamy, más bien... . Bea.

-H-hola...- rompió el silencio.

-Hola...-

Nadie dijo nada por unos minutos, fue incómodo.

-¿Cómo has estado?- Preguntó.

-Bien, supongo.

-Veo que trabajas para mi mamá-

-Sí, eso parece-

Ella solo asintió volteando hacia otro lugar.

-¿Tienes novio?- pregunto de nuevo.

-Para nada...- le conteste evitando su mirada.

Me miro por un momento, creo que quiere hacer algo. 

Se acercó a paso rápido y me tomo entre sus brazos en un cálido y fuerte abrazo, sorbió por su nariz para por fin dejar salir esas amargas lágrimas,  yo derrame unas cuantas, pero no como ella.

-¡Ven! Siéntate y cuéntamelo todo- Me dijo mientras se sentaba en el pequeño sofá y regalándome una sonrisa.

-Lo hare si tú haces lo mismo- Le devolví el gesto.

Ella se limitó a asentir y me senté frente a ella.

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