Capítulo 1:HE ESTADO EN EL MISMO LUGAR DESDE HACE AÑOS ¡AYUDA!

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He estado durmiendo desde hace horas, pero... ¿que es ese ruido?

- ¡Por favor! No me haga daño, no me lastime, solo quiero regresar con mis padres y hermanos. –

 Dijo aquella chica con demasiadas lágrimas en las mejillas.

Era una chica delgada, con cabellos negros, pintado de rosa -pero se ha empezado a desgastar el color y casi no se nota- tiene una hermosa piel morena.

-Es linda- pensé.

–POR FAVOR DEJEME IR- gritaba la chica desconsolada y suplicantemente.

Señor la está llevando a aquella habitación un poco horrorosa.

- ¡Señor!- He gritado o susurrado, no lo sé.

–Me cambiare por ella- Señor no lo dudó ni un instante más y se ha próximo a abrir la reja que dividía una habitación de otra.

Aventó a la pequeña chica a un lado mío, yo solo me agache y le tome de la mejilla y le sonreí dulcemente para tranquilizarla un poco, lo cual funciono pues ella se tranquilizo un poco.

Me levante y salí tranquilamente de aquella celda.

Señor me tomo del brazo y me llevó a la habitación de antes, cuando entre me jalo de mis cabellos rizados para que lo viera a los ojos.

–Si no me complaces, te golpeare hasta la muerte- me avento hacia la pared lo que hizo que me pegara fuertemente en el hombro izquierdo, me limpie discretamente las pocas lagrimas que se me escaparon y mire hacia señor.

Vi como se me acercaba rápida y bruscamente. Me tomo del mentón y me beso, me beso si ganas, sin pasión, sin amor.

-No tengo otra opción- pensé y le devolví el beso de la misma manera.

No vi nada por las siguientes 2 horas donde me golpeo y violo.

Solo vi obscuridad. 

No sentía nada, me sentía vacía, con ganas de salir corriendo de aquel lugar.

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Hace un rato que él se fue, me dejo sola y desnuda en aquella fria y desolada habitación. 

Se estaba aproximando, escuchaba sus pasos.

Solo escuche el gran golpe que provoco entre la puerta y la pared, pues señor la habia abierto bruscamente. 

El sonido fue fuerte y retumbo por las paredes.

Me tomo de mi desnuda cintura para sacarme de la habitación y meterme a aquella celda que ya conozco desde hace tiempo.

Mire a la chica de antes con una mirada de terror y angustia, quería correr a ayudarme pero no lo hizo pues vio a Señor y le dio mucho miedo, se notaba en su mirada.

Pasaron unos minutos de silencio en el cual me miro aterrada y nerviosa hasta que rompí el silencio.

–Señor- me volteo a ver -¿me puede dar mi ropa? Me da pena que la chica nueva me vea así-

Él se levantó de su silla y regreso unos momentos después con mi ropa. Me vestí rápidamente mientras él no me quitaba la vista de encima.

Escuche de repente la voz de otra chica de la celda de a lado.

-Se fue- 

Ni siquiera me había dado cuenta.

No espere un momento más y me tire al suelo exhausta, la chica preocupada se acercó a mí.

-¿Estás bien?- La mire a los ojos y le sonreí lo mejor que pude.

–Sí- respondí.

Me miro con angustia y solo me limite a sonreírle.

-He estado en el mismo lugar desde hace años, no te preocupes-

Ella al principio no entendió a lo que me refería, pero en cuanto se dio cuenta su expresión cambio por una completamente horrorizada.

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