Capítulo 6 : ALGUIEN, QUIEN SEA, SALVEME

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Ya ha pasado un mes y medio aproximadamente desde que Jeamy llego aquí.}

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He estado dormida durante horas, no se la razón pero me he sentido muy agotada últimamente.



 


No sé si en este momento estoy despierta o no, pero estoy escuchando una voz llamándome.

-¡Carolyne¡... ¡Carolyne! ¡CAROLYNE!- "Desperté" de golpe al escucha este último. 

Visualice a Bea hablándome con una expresión de preocupación y a Señor en frente de mi celda con una expresión de enojo.

-¡SEÑOR!- Me levanté rápidamente y me disculpe.

-Carolyne....- Dijo Señor un poco más calmado-

-¿Sí, Señor?- Dije un poco más tranquila por su cambio de voz.

-Te ha llegado tu mes....- Dijo Señor con una gran sonrisa en su rostro.

Mire hacia abajo y si, estaba en lo cierto me había llegado mi mes.

Mire a Bea y me miro horrorizada.

Le dije con la mirada que estuviera tranquila, la cual entendió a la perfección.

Me acerque a Señor y lo tome de la mano, cerro la reja de mi celda a mis espaldas y me guio a la segunda puerta de la derecha.

Entre y visualice aquella fría y obscura que ya conocía.

-Siéntate- Dijo Señor aun con una sonrisa en su rostro.

Hice lo que me pidió con inseguridad y miedo.

-Señor...- Me arrepentí de llamarle unos momentos después pues me miraba molesto, lo que me causo pavor.

-¿Qué pasa Carolyne?- Dijo Señor.

-Ammm... ¿Por qué necesito estar aquí?-

-No lo necesitas saber linda, solo puedo decir que te vuelves inpura- Me dijo lanzándome dentro de aquella habitación con una sonrisa de satisfacción.

Lo que hizo a continuación fue la rutina de cada mes.

Se recargo en una pared con el único foco que había en la habitación que solo el sabia de donde encendía. 

Me golpeo y escupió varias veces mientras reía a carcajadas al verme tirada en el suelo sin poder más.

-Cierra los ojos Carolyne- Soltó una escandalosa y corta carcajada como si de verdad estuviera disfrutando la imagen de mi siendo torturada.

Estaba por darme otro golpe en el estómago pero, algo estaba mal o... bien no estoy segura.

–Alguien, quien sea, sálvame...- Susurre

Y como si por primera vez alguien me hubiera escuchado, los vi.

Aparecieron muchos hombres con uniforme negros con gris, la mayoría eran altos y robustos.

Uno en específico acabo con mi sufrimiento quitándome de encima a Señor y llevándoselo lejos de mí.

Se quitó su chaqueta y me la puso alrededor de mi pequeña anatomía.

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Por primera vez en mucho tiempo vi... vi una luz, muy brillante, me lastimaba los ojos es eso el ¿sol?

Aquel hombre me tomaba por lo hombros hasta la salida me dio unos pans azules que me quedaron enormes.

Me recargue junto a un... ¿árbol? Así que esto es un árbol, lo toque delicadamente con mis dedos recordando la sensación áspera.

Se me acerco el mismo hombre que me saco de aquel lugar y yo por instinto retrocedí rápidamente para que no se acercara más.

-Hola... eh... ¿Cómo estás? ¿Te sientes mejor?- Pregunto con tono preocupado y con una expresión de la misma manera.

No conteste pues me sentía nerviosa.

Supongo que este hombre es lo suficientemente inteligente como para darse cuenta de que no estaba cómoda con el cerca.

Entendió a la perfección.

-¿Quieres que una mujer este contigo? ¿Eso te haría sentir mejor?- lo pensé por un instante y asentí con la cabeza.

El llamo a otra mujer que se acercó rápidamente, y se presentó.

-Hola, soy la agente Harris un gustó- estiro su mano esperando que yo le devolviera un saludo y eso hice, me sonrió dulcemente y soltó mi mano. -¿Cómo te llamas?- me preguntó.

-Carol...- Lo dude, ya no era propiedad de ese hombre, era libre ahora. –No lo sé- Dije con una expresión triste.

-Pero ibas a decir un nombre hace un momento... ¿no es ese tu nombre?- negué con la cabeza.

-Hace mucho que no me llaman por mi nombre- Solté de repente lo que hizo que los dos agentes se sorprendieran.

-Cuánto...- Dudo la agente Harris- ¿Cuánto tiempo llevabas ahí adentro?- pregunto finalmente.

-15 años, aproximadamente- Los agentes pusieron una expresión de horror al escuchar mi respuesta.

Me hicieron una que otra pregunta que yo respondía no con muchos detalles. 

Decía la típica respuesta de "si y no" o "no lo sé".

-¡JACKYE, SHANELLE, REGRESEN ADRENTO ES PELIGROSOOO, RAPIDO, SUELTENME!- Grito aquella voz que conozco a la perfección, era nada más ni nada menos que Señor. Lo llevaban dos policías uniformados con una especie de anillos gigantes en sus muñecas, lo mire con horror.

-¡Carolyne!- dijo mi nombre dulcemente como si de verdad estuviera preocupado.

Lo mire con tristeza al verlo a los ojos.

Volvió a decir mi nombre mientras lo subieron a una camioneta enorme que se fue justo cuando cerraron las puertas de esta.

-Todo será diferente ahora- Pensé.

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