Capítulo 16: ME GUSTAS

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12° mes

-¡Me siento horrible!- Grite en mi cama.

Desde la noche anterior me siento horrible.

Tengo dolor de cabeza, gripa, tos y de vez en cuando calentura.

No quiero llamar a mi tía porque ella tiene mucho trabajo.

-Debo de llamar a mi jefa y decirle que no iré porque estoy enferma- Me dije a mi misma.

Tome mi celular que estaba en lo mesita de noche a un lado de mi cama y marque según yo a mi jefa.

-¿Hola? Jefa... no iré a trabajar estoy enferma- Dije sin rodeos.

-¿¡Estas enferma!?-

Espera, esa no es mi jefa.

Separe un poco mi teléfono de mi oído para ver a quien le había llamado.

-¿Tae?- Dije insegura.

-Si... yo no soy la jefa, numero equivocado-

-Lo siento... no se exactamente lo que hago en estos momentos-

-Te escuchas muy mal... ¿Quieres ayuda?- Me dijo con tono de preocupación.

-No, no, no, estoy bien, ya llame a mi tía- Mentí.

-¿Segura?-

-Si...- Volví a mentir

-Mmm... bueno, te creeré- Me dijo inseguro.

-Llamare a la jefa ahora-

-Sí, la oficina será aburrida sin ti-

-Pero si da igual si voy o no... solo estoy encerrada todo el día-

-Yo no hablo por todos Montse, hablo por mi- Me dijo con un tono de voz firme.

Me había hecho sonrojar, lo bueno es que él no puede saberlo.

-Y-yo...- No sabía que contestar.

-Está bien... llama a la jefa, ¿Te veré mañana cierto?-

-Supongo que sí, si estoy bien para mañana, si-

-Ok... ¡Adiós!- Se despidió de una manera alegre.

Cuando colgué, ahora si me fije a quien llamaba y esta vez si era mi jefa.

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Estaba literalmente postrada en mi cama, no tenía ganas de hacer nada. Solo puse una serie de romance en internet y eso fue toda mi mañana.

Para mi mala -o buena- suerte- tocaron el timbre.

-¡Aaaghh! ¿Y ahora que quieren?-

Me pare como pude de mi cama y fui directo a la puerta. Cuando abrí, vi a mi tía entrar con bolsas llenas de algo.

-¿Tía? ¿Qué haces aquí?- Pregunte sorprendida.

Estoy segura de que si llame a la jefa y no a mí tía.

-Me informaron que estas enferma- Me dijo sacando las cosas de la bolsa. –Mírate- Se acercó y me toco el rostro. –Estas ardiendo en fiebre- Se escuchaba muy preocupada.

-No es para tanto- Dije quitando su mano.

-Te vez muy mal, claro que es para tanto- Me regaño.

Me cruce de brazos e hice un puchero con mis labios.

-Pareces una niña- Rió.

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