R U M O R [Minjoong]

O7

" Lazos predestinados "

Había pocas cosas que llegaría a hacer en su vida. Y entre ellas, estaba esto, lo que estaba a punto de hacer.

Si había algo que odiase, era despertarse temprano para ir a la escuela. Pero esta vez, ahí estaba, en el autobús.

Llegó una hora antes del inicio de clases usal.

Y si existiera un lugar al que nunca iría es la biblioteca. No porque lo odiará, simplemente no le llamaba la atención.

Pero debido a su falta de sueño MinGi se volvía mucho más gruñón.

Entró arrastrando sus pies y con un vaso de café que hace poco compró, fue a directo a las estanterías. Sus ojos vagaron en cada rincón hasta encontrar lo que tanto buscaba.

Lazos predestinados

Miró a ambos lados, cuidando que nadie estuviera pendiente de él. De una forma un tanto patética. La biblioteca estaba vacía.

Pero ¡Hey! Debía de ser cuidadoso...

A pasos rápidos fue a sentarse, muy, muy alejado de las mesas que según él, se ocupaban fácilmente, y simplemente se puso a leer.

¿Ya dijo que no le gusta leer? ¿No?

Pues él creía lo mismo, hasta ese momento.

Tal vez la razón de su interés era que el  tema le llamaba la atención. Así que ni siquiera se percató cuando empezaron a entrar personas.

No lo hizo hasta que levantó su mirada y se encontró con varios pares de ojos un tanto confundidos por parte de los chicos raros y antisociales que siempre iban ahí.

Maldijo para sí mismo y fingió estar aburrido y fastidiado. No podía llamar mucho la atención.

Recogió todas sus cosas y se levantó, dispuesto a dejar los libros en su lugar y huir sin ser visto por nadie.

Ese era su plan, ser discreto.

Tomó los libros y entrecerro sus ojos, se sintió en una película de acción, ya se podía ver a si mismo como un espía intentando robar una reliquia.

Se ocultó entre las estanterías, e hizo de sus manos una pistola.

— ¿MinGi?— El nombrado regresó a la realidad, frunció su ceño y cerró sus ojos ¡Había sido descubierto!

— HongJoong.— Miró al rubio quién le sonreía en grande. Y a pesar de tener una debilidad y cierto cariño por Kim, la verdad es que justo ahora era la última persona que quería ver.

¡Pero no todo estaba perdido! Podía salvar la misión.

Así que intentó esconder los libros tras su espalda.— No sabía que te gustaba leer. Déjame ver-