Epílogo.

1.3K 120 20
                                    


Richard Camacho soltó un largo suspiro contemplando fijamente el cunero en el que descansaba la pequeña Atalía. Su corazón no dejaba de latir tan descontroladamente y se sentía completamente pleno y feliz.

—Eres completamente hermosa, Atalía...—susurró para sí mismo.—Eres tan pequeña y tan hermosa que si te vieras a ti misma te enamorarías de ti de la misma manera en la que yo lo estoy...—anunció en voz baja.

—¿Y cómo te vas a enamorar de ella si es la viva imagen de Celina?—cuestionó Gonzalo mirando a la niña. Richard rio en voz baja y luego se apartó del cristal un momento.

—Es por eso que es completamente hermosa...—respondió en medio de un largo suspiro.—Voy con Celi, de acuerdo...

—No te preocupes que nada malo va a pasarle al bebé, Richard...—inquirió el muchacho.

—Deberías ir a casa para que descanses. Mañana tienes que ir a la universidad y Atalía no se sentirá orgullosa de ti si desapruebas ese examen...—bromeó haciéndolo reír.

—Me quedaré un rato viendo a mi sobrina y después iré...—anunció Gonzalo encogiéndose de hombros.—Es que en verdad no puedo dejar de verla...es tan pequeñita y tan hermosa que me parece algo un tanto imposible...—susurró. Richard rio en voz baja.

—De acuerdo, cualquier cosa que necesites llama...

—De acuerdo...llamaré...—inquirió en voz baja.—Pero recuerda...eres el padre de Atalía, no el mío así que deja de sobreprotegerme...

—Muy gracioso...

(...)

—Hola...—saludó el rubio asomando su cabeza por la puerta. Celina lo miró un momento y le ofreció una pequeña sonrisa.—Pensé que estabas dormida o algo parecido...

—No puedo dormir...—respondió.

—¿Por qué no puedes dormir?—musitó acercándose a la camilla. Celina dejó escapar un largo suspiro mientras Richard tomaba su mano y la llevaba a sus labios para depositar en ella un pequeño beso.

—Es que no puedo dejar de pensar en Atalía...—anunció.—No puedo creer que después de tanto tiempo por fin la tenemos con nosotros...—hizo una pausa.—Gracias por dejar que nuestra hija dejase que llevara el nombre de mi mamá...—Richard negó.

—No tienes nada que agradecerme.—respondió volviendo a besar sum mano.—Atalía es un nombre completamente hermoso y sé que para ti significa mucho así que no tienes nada de que darme las gracias, mi amor. Yo sólo quiero que tú seas feliz porque nuestra hija y tú son lo más importante que tengo en la vida...

—Te amo...—murmuró la pelirroja. Richard le sonrió y luego se acercó a ella para dejar un casto sobre sus labios.

—Y yo también te amo, muchísimo más de lo que te puedes imaginar...

—Creo que ya deberías de descansar, Celi...tienes que reponerte para que mañana estés completamente recuperada para recibir a todas las visitas que esperan ansiosamente por conocer a Atalía...—susurró dejando un beso pequeño sobre su frente.—Intenta dormir...

—Es que no puedo terminarme de creer que de verdad por fin tenemos a nuestra hija con nosotros...además es tan pequeñita que me da un poco de miedo cargarla, siento que puedo llegar a ser demasiado brusca y sin proponérmelo podría lastimarla...

Richard negó.—Vas a ser la mejor mamá el mundo. Y nunca en la vida serías capaz de dañarla, amor...entiendo que al principio pueda ser un poco complicado adaptarnos a este cambio de tener a una personita dependiendo de nosotros pero vamos a hacerlo increíble...—ella sonrió.

SE BUSCA ESPOSA ¡URGENTE! (SSB #5)|RICHARD CAMACHO|Completa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora