Las semanas pasaron y gracias a Harry, Martha, Kinsley y la mudanza, pude instalarme con facilidad en el apartamento de Harry, casi después de llegar de los Ángeles. Guardamos los pocos muebles que tenía en su ático y me deshice de mi departamento y aunque al principio me costó adaptarme, poco a poco la rutina comenzó a volverse agradable para mí. Me inscribí a un gimnasio cerca del edificio, dónde tomaba clases de yoga, seguía con mis terapias y no había tenido ninguna recaída.
También comencé mi tratamiento con la ginecóloga, todo estaba en orden y podía utilizar el método anticonceptivo sin mayor problema, así que la cita sería mensual.
Harry y yo estábamos mejor que nunca, si bien a veces discutíamos por detalles insignificantes, nada era lo suficientemente grave, nos encantaba pasar tiempo juntos y aunque ahora que la gala se acerca pasa todo el tiempo ocupado, yo también me mantengo ocupada. Entre el periódico, el orfanato y las pláticas con el New York Times, apenas y me mantenía de pie para el final de la noche. Sin embargo, era feliz, me mantenía ocupada y por las noches Harry me esperaba o yo a él. Podíamos ver películas abrazados o platicar de mil cosas o simplemente leer juntos, en la cama, etcétera.
Por primera vez sentía que la vida era buena y que tenía todo lo que merecía para ser feliz. Jamás creí que pudiera enamorarme aún más de él, pero cada día mi corazón acuna este sentimiento que me hace feliz y estoy segura que él también lo es.
Pronto llegó aquel domingo al que le temía pero que no aceptaría en voz alta, hoy era el día en el que Harry tenía que llegar y salir de la cena con Kenny Rhodes y mañana, desfilar por la alfombra y volver a estar con ella. Es inevitable no sentir un poco de celos, por más segura que estuviera conmigo misma, es un poco incómodo, pero lo veía como lo que era, trabajo, todos tenemos trabajo y Harry parece simplemente no darle importancia, para él era como caminar a lado de cualquier otra celebridad, hombre mujer, perro o gato, al menos así me lo había dicho en alguna ocasión. Sin embargo, yo ya no le daba vueltas al asunto.
Me desperté feliz, de un humor excelente, hoy era domingo y Kinsley y Martha tenían el día libre, yo no sabía que eran pareja. Por lo que los fines de semana salían de casa para descansar los dos juntos.
Así que preparé el desayuno, café, fruta, yogurt, jugo de naranja y huevos con tocino.
-Huele delicioso amor...- sus manos me rodean por la cintura mientras yo estoy en la hornilla terminando de preparar todo.
Me giro para besarlo.
-Buenos días, amor- le digo mientras veo esos hermosos ojos hinchados.
-Buenos días, bebé- susurra pegando su frente a la mía.
Desayunamos como siempre, en paz y de buen humor.
-Podemos hacer algo el día de hoy- me dice- no tengo que estar ahí hasta las seis de la tarde y mi equipo llegará aquí hasta las cinco, así que tenemos un montón de tiempo. ¿Qué te gustaría hacer? - pregunta con una sonrisa enorme.
-Lo que sea, estaba pensando en que podríamos ir a comprar el libro que te platiqué, ¿recuerdas? -
-Claro, amor- me sonríe con ternura.
Mi teléfono suena. Lo tomo y miro la pantalla.
-Es Beth...- le digo a Harry.
Hablo con ella mínimo una vez por semana, la última vez que hablé con ella me platicó que Josh había estado un poco raro, bastante misterioso y distante, como si ocultara algo. Obviamente Beth piensa que le está siendo infiel, yo tengo mis sospechas. Pero honestamente Josh adora a Beth, no creo que sea capaz de hacer algo así, así que le dije que debe ser otra cosa y que estuviera tranquila. Aun así le contesto rápidamente esperando que no sean malas noticias.
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𝐿𝑜𝓃𝒹𝑜𝓃 𝐿𝑜𝓋𝑒 𝟤 //H.S// Terminada.
RomanceEsta es la segunda parte de London Love, si no la has leído aún, la puedes encontrar en mi perfil