¿Quién eres?

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Despierto en mi habitación del hospital, mi madre está aún dormida y yo muero del dolor del cuerpo. La “aventura” que emprendí ayer en la búsqueda de la habitación de Kari me trajo repercusiones en mis heridas, noto que algunas sangran, pero no demora en llegar la enfermera a limpiar las heridas y cambiar las vendas; también cambia el suero y destapa las mangueras de él.

—¿Cómo te sientes? —me pregunta la enfermera.

—Con dolor —le respondo—. Me duele todo el cuerpo.

—Pues tu travesura de ayer no era la indicada en tu situación —susurra mientras revisa mis signos vitales—. ¿Quién es ella? ¿Es tu novia?

—No —tartamudeo—. Es mi amiga.

—Pues debe ser una amiga muy importante para que hayas dormido tomando su mano —me dice con una voz pícara —. Vamos, te gusta, ¿verdad?

Agacho la cabeza e intento no hacer notar el color rojo de mi rostro.

—Sí —le respondo—. Pero yo no le atraigo.

—¿Por qué lo dices? — me pregunta sorprendida—. Estaban en una cita, ¿no es así?

—Sí —le respondo sorprendido.

—Si no le gustaras, no hubiera aceptado salir contigo —me hace entrar en razón la enfermera—. Piénsalo. Más tarde vengo a cambiarte de nuevo las vendas.

—Gracias —le respondo y ella se va.

¿Será cierto lo que dice la enfermera?, si aceptó salir conmigo, es porque… ¿le gusto?, me paso pensando en sus palabras una media hora, acompañadas de los recuerdos de anoche. Se me partió el alma verla a Kari así: toda vendada, conectada a un pulsímetro, dos sueros y una pinta de sangre, enyesada. No podía creer cómo estaba y no soportaba retener las lágrimas. Es mi culpa, todo esto es mi culpa, si no la hubiera invitado a salir, nada de esto estuviera pasando. Ella no estaría en coma, sus padres no estarían tan preocupados, y yo no sentiría esta culpa. No soporto más y rompo en llanto una vez más. Mi madre se despierta.

—¿Zack? —me pregunta aún somnolienta—. Hijo, ¿qué te pasa?

—Si no la hubiera invitado a salir, nada de esto estuviera pasando —le respondo entre llantos.

—Zacky —intenta calmarme mi mamá—. No sabías que esto iba a pasar, solo son cosas que pasan.

—Me dolió mucho verla así, mamá. Conectada a tanta cosa.

Entonces mi mamá se despierta del todo y me regaña.

—¡Cierto Zack! —me exclama—. ¿Por qué te saliste anoche así?

—Tenía que verla —le respondo.

—Pero no en tu situación, Zack —me sigue regañando—. Podías empeorar.

—Entiende, tenía que verla.

Pasan las horas y mi madre tiene que irse, tiene que salir a trabajar, pero me dice que dentro de dos horas llegará mi padre para cubrir su turno de esta noche.

Cuando mi madre sale, espero unos 15 minutos para asegurarme de que se ha ido completamente, entonces me levanto y salgo de la habitación. Me dirijo a la de Kari. Cuando llego, alcanzo a ver por el filo de la puerta a los doctores, están evaluándola, así que decido quedarme fuera. No entiendo lo que dicen entre ellos, entonces salen, me miran y me preguntan qué hago fuera de la cama.

—Necesitaba salir a estirar las piernas —les respondo.

—Debes tener cuidado —me dicen—. No puedes hacer mucho esfuerzo, recuerda.

Entonces se van y entro a la habitación de Kari. Ella está ahí, aún inconsciente, veo que ya no tiene la pinta de sangre conectada a su vena y me siento algo más aliviado. Jalo de nuevo la silla en la que me senté anoche y coloco mi pedestal, que esta vez sí traje, al lado del suyo. Me siento.

—Hola hermosa —le digo sin obtener respuesta—. ¿Puedes oírme?

Ella solo continúa con los ojos cerrados.

—Ojalá pudieras escucharme —continúo—. Sé que ya te lo dije anoche, pero, en serio lo siento. Siento que todo esto te esté pasando, no sabes cuánto he llorado por verte así; a veces pienso que no despertarás, que me abandonarás. Por favor no lo hagas, Kari, no me abandones. Por favor, quédate conmigo.

Tomo su mano y comienzo a llorar desconsoladamente.

—Te amo, Kari —le digo llorando.

Entonces suelta un quejido y abre los ojos muy despacio.

—¡Kari! —exclamo y la abrazo. Mis lágrimas siguen brotando pero esta vez de emoción y alivio.

Entonces me dice:

—¿Quién eres?

Y entonces la miréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora