" La tía Eme e ignorando a la sabiduría"

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La diosa miró mal a su nieta.

— Ups.

Ambos hijos de Atenea la miraron mal.

— Cassidy...

La pelinegra se encogió en su asiento.

Después de la épica aventura con Aragot y sus hermosas arañas, los chicos y yo caminamos a la sala común de Humplepuff, es decir a las cocinas.

Adeline se rió a carcajadas, su hija era igual a ella. Poseidón sonrió y se acercó a ella.

El siempre quería a sus amantes, pero Adeline había sido distinta.

— Hola.

Ella se sonrojo y le sonrió al Dios del mar.

Atenea gruño.

— ¿Siempre comes así?

Alcé una ceja y Albus rio.

Deberías verla, es un barril son fondo.

Bufé.

— Tú cállate, también eres Weasley, que no se te olvide Potter— acuse y comencé a engullir el delicioso Pan de melaza color azul.

Percy tomo a su hermana y la llevo con los hijos de los tres grandes. Saco galletas y se negó a darles a todos.

— Percy, dame una.

— No.

Cassidy hizo una expresión suplicante, sus ojos resaltaron e hizo un mohín con sus labios.

— Ten — musitó rendido.

Todos la miraron con sorpresa. Percy no daba sus galletas, solo a Anabeth.

Desde pequeña yo tenía una fijación por la comida azul, a pesar de que mi color favorito fuese verde. Luego conocía a Percy y me pregunte si era algo de Poseidón.

Poseidón sonrió y negó.

— No sé, por que sera— dijo con una mueca.

Los dos chocaron los puños.

Danna miraba a Albus y cuando el le devolvía la mirada ella la apartaba. Afrodita sonrió con tristeza, ese amor era fuerte pero... Aún no era tiempo.

— Entonces...

Matt dejo la frase al aire y me encogí de hombros, no lo sabía, pero tenía que averiguarlo, en una de las cartas de mamá decía que los océanos estaban sin olas, o al menos en Estados Unidos.

Poseidón miró a su hija con preocupación.

Cassidy cerró los ojos y se recargo en el respaldo, Hestia miró a la semidiosa y le apareció unas deliciosas fresas con crema. La chica se levantó, se acercó a ella y la abrazo.

— Gracias Tía.

Se volvió a sentar y comió una fresa.

Ya estaba afectando.

Me sentí mal. Yo tenía la culpa, la tormenta la cause yo, ¿Cómo? No sé.

Pero aún así, yo fui la que la causó. Mire mi anillo y suspiré.

— Iré a caminar— informe distraída.

— Cass...

— Matt, por favor, tengo que despejarme... Ustedes hablen con los fantasmas; espero que ayuden. Solo déjenme a la Dama Gris.

Cassidy Riddle y el tridente perdido (Pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora