Capítulo 30

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Candy fue dada de alta dos días después; visitó a la tía abuela Albert le explicó que había sufrido un desmayo y la abuela Marta y Giselle estaban con ella mientras estaban en el hospital.

Mientras ellas estaban en el hospital los duques, George los abuelos de Candy, los señores Cornwell; Britter y O'Bryen se encontraban  en la mansión junto con el embajador de España quien era el tío abuelo de Candy.
Estaban en la biblioteca de la mansión. En la noche los secuestradores fueron trasladados a la estación de policía ahí fueron interrogados.
Al principio no querían confesar, pero en cuanto se les dijo que iban ser deportados a España y serían fusilados ambos confesaron quienes los habían contratado.

Decidieron ponerles una trampa. Como esperaban los Leagan  llegaron donde esperaban a los secuestradores. En cuanto entraron los tres Leagan fueron arrestados. Eliza se retorcía y gritaba cuando sintió un manotazo.

Albert la miró e inmediatamente dejó de gritar y moverse.
Palideció al observarlo, Sara y Neall temblaban de medio los ojos del patriarca eran dos bloques de hielo.
-Nunca... mas quiero verlos...
A partir de este momento quedan expulsados del clan y desheredados.
Los tres quedaron sin palabras en cuanto vieron aparecer al señor Raymond Leagan.
Sara temblaba al ver a su esposo su mirada era dura y fría.
-Sarah a partir de este momento tramito el divorcio. Lo que les pases a ustedes tres no me interesa.
Deben enfrentar las consecuencias de sus actos.
El día que adopté a Candy pensaba que tú y nuestros hijos cambiarían su forma de tratar a las demás personas. Es algo que me arrepiento, el abuso que sufrió Candy en nuestra familia, si eso se le podía llamar así.
Sara lloraba en silencio las palabras de su esposo la habían herido.

Se disculpó el señor Leagan con Albert y con los familiares de Candy. Albert le pidió que fuera a la mansión en dos días.

El señor Leagan le confirmó su visita.

Mientras tanto los Leagan enfrentaban cargos muy graves fueron deportados a España ahí fueron condenados a 25 años de cárcel por intento de secuestro y asesinato contra un miembro de la corona española.

Eliza se mofaba que Candy había sido expulsada de la familia Ardley. Lo cual uno de los jueces le aclaró que la señorita Candice White Ardley y Candance Marie Leroux eran la misma persona. Al escuchar al juez los Leagan palidecieron. Eliza temblaba del miedo. Así los Leagan pasaron sus años en la cárcel.

En Chicago....

En la mansión Ardley se preparaban para una cena de gala solo los familiares cercanos de los Ardley.
Candy escogió un hermoso vestido que resaltaba sus curvas y su piel blanca.

Candy escogió un hermoso vestido que resaltaba sus curvas y su piel blanca

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Y unas hermosas joyas que eran de la colección de los Ardley


Y unas hermosas joyas que eran de la colección de los Ardley

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Y el broche de oro blanco de los Ardley.  La tía Elroy la vió y lloraba.
¡Candy es la dama Adrley!

-¡Oh Candy! Estás hermosísima.
Perdóname Candy... he sido injusta contigo... no te acogí cuando los chicos me lo pidieron... ni te defendí cuando te acusaron de ladrona....

Candy abrazó a la tía y le besó la mejilla y con cariño le dijo que todo estaba perdonado y que ahora ella la necesitaba más.
La tía no comprendía las palabras de Candy.
-Tía... estoy embarazada.
Albert y yo lo diremos en la cena.
La tía estaba feliz un heredero Ardley. Candy le pidió que le guardara el secreto.
La anciana asintió y se retiró para recibir a los invitados.

Albert y Candy esperaban en la planta alta mientras que la tía abuela anunciaba al patriarca. Archie les dio la señal de bajar y los invitados estaban cautivados por la dama que acompañaba a Albert en cuanto llegaron el patriarca presentó a la nueva matriarca del clan Candance Marie Leroux marquesa de Alba.
Los presentes aplaudieron dando la bienvenida. Cuando terminaron de aplaudir anunció el embarazo de su esposa.
Todos aplaudían y fueron a iniciar el baile.
Ambos estaban felices con la noticia.
Continuaron con la cena.
La actividad terminó cerca de la medianoche. Ambos rubios estaban en su habitación abrazados.
Se fundieron en un beso apasionado donde manifestaba el amor que sentían uno para el otro.

Fin...

La Dama ArdleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora