Ni Steve ni Tony se sorprendieron cuando Gamora les dijo lo que Peter había hecho. En realidad, Tony ya se lo esperaba y Steve, bueno, él esperaba ver pronto al par de enamorados por la ciudad o la próxima vez que los visitara. La vida en la ciudad podía a ser bastante difícil al comienzo y Steve lo sabía muy bien. Scott experimentaría esos cambios pronto en lo que sea que planeara con Peter, pero, de cualquier forma, les deseaba lo mejor a ambos.
- ¿A qué crees que se dedique Scott? – Le preguntó Tony una mañana.
Steve, quien seguía recostado y abrazando al moreno, lo pensó por un momento.
- Quizás también a la medicina, todas las sirenas y tritones del reino tenían dotes curativos. – Explicó. – Los de la realeza podemos manejar ciertas algas para ello y es más eficiente, mientras que el resto puede proveerse del agua del mar.
- Es un poco injusto considerando que viven en el mar. –
- Está la diferencia del cuanto tarda en funcionar. – Comentó Steve, restándole importancia. – Cuando Natasha sea coronada junto con Bucky, ella tendrá los dos tipos, y sus hijos también tal vez...
Tony sintió la tristeza en su voz. Lo abrazó más fuerte, aún después de años y de mantener comunicación con los amigos de Steve, sabía que podía seguir siendo un poco duro para este. Aún así, lo apoyaría con lo que sea que necesitara como siempre lo había hecho.
- ¿No has logrado comunicarte con ellos? –
- En realidad, sí. La coronación será pronto, Stephen está que aumenta los guardias por si vuelve a pasar el incidente de hace años y parece que están por hacer una alianza con un nuevo reino por algo que hizo su hermano. – Rio.
- ¿No te gustaría estar ahí con ellos? – Steve lo miró a los ojos, sonrió y negó. – Steve...
- Tal vez sí, pero créeme. – Lo besó en la frente, luego en la nariz y finalmente en sus labios. – Estoy mucho mejor aquí y ahora.
Era miércoles, la alarma de Tony sonaba para que este fuera a clases, pero él prefirió silenciar su teléfono, dejarlo en la mesa de noche y volver a los brazos de su rubio. Junto al teléfono reposaba una pequeña pulsera hecha de juncos y una foto de ambos luego del primer año humano de Steve.
~*~
Scott había descubierto una vocación que no creía conocer.
Luego de horas viendo diferentes videos en la computadora de Peter, decidió intentar algo y ahora veía sus últimos resultados. Meredith evaluaba sus movimientos y todo lo que estuviera haciendo en la cocina, más por el temor de un incidente años atrás cuando Peter casi quemaba su olla. Sin embargo, estuvo tan sorprendida como Scott para el final de la tarde.
Ahí en la mesa había diferentes platillos hechos a base de carnes y mariscos, ingrediente que fue bastante raro utilizar, pero efectivo. No solo eso, a un costado una diversidad de postres que tendría que ofrecer a las personas que vivían alrededor si no querían que se desperdiciara.
- No sabía que te gustara la cocina. –
- No sabía que me gustara cocinar. – Comentó. – En mi antiguo hogar era bastante difícil al solo tener geiser de vapor y no fuego como tal.
Meredith, quien una tarde se sentó a conversar con ambos jóvenes, asintió sonriendo. Aún seguía pensando que todo aquello era una broma de los chicos, pero Scott hablaba tan seriamente de cómo era su vida en el mar, que ya incluso llegaba a creerlo. Eso y que pudo presenciar como el de ojos verdes se quedaba como dos horas bajo el agua sin ningún problema.
Su hijo sí que estaba rodeado de sorpresas.
- Peter se emocionará mucho una vez que vea esto. – Dijo Scott.
- Ni que lo digas, tiene un amor por lo dulce que no sé bien de quién lo heredó. – Sonrió Meredith. – Te ha quedado bastante bien Scott, bien hecho.
Scott se sonrojó por el cumplido y agradeció. Ya llevaba un tiempo desde que decidió quedarse en el mundo humano y, aunque Loki había encontrado la forma de que pudieran seguir en contacto, se le hacía extraño.
Había mañanas que despertaba y la sensación de que no estaba rodeado por el agua lo ahogaba. Era diferente y poco a poco se iba acostumbrando a experimentar los diferentes cambios y ambientes que el mundo humano tenía. Ahora mucho más que estaban pronto al invierno.
Peter, quien volvía de sus clases, por su parte tenía el temor de un día despertar y que Scott hubiera decidido volver al mar. Lo habían conversado y sabía que las posibilidades eran nulas, pero era un temor que inconscientemente estaba ahí. El hecho de que Scott decidiera quedarse con él seguía siendo preciado para Peter. Y siempre tenía en su cuello, aquella caracola con lo que todo comenzó.
Estaba emocionado, tenía planeado llevar a Scott con los demás para las vacaciones de invierno. Si este se sorprendió cuando notó como cambiaban las hojas en otoño, quería ver su reacción ante su primera nevada. Sería fantástico.
Llegó hasta su hogar y lo primero que notó fue aquel increíble aroma por todo el lugar. Era maravilloso y atrayente, supuso que su madre había decidido cocinar en casa por esa vez. Cual fue su sorpresa entrar a la cocina y encontrar todo el lugar repleto de diferentes platillos y postres.
- Oh, llegaste temprano hoy. – Dijo Scott con una manga pastelera entre sus manos. - ¿Te gusta? ¡Estuve practicando!
- ¿Hiciste esto... ¡Solo!? – Exclamó Peter.
- Tu madre me ayudó un poco, aún sigo viendo en cómo puedo ayudar por aquí. –
- ¡Scott esto es increíble! – Peter se acercó a abrazarlo y besarlo. Sabía dulce. – Eres increíble.
Scott volvió a sonrojarse. Ese tipo de cariño era tan nuevo y le encantaba vivirlo todos los días.
- Meredith que podía emocionarte demasiado por esto. – Rio. – Así que ni te ilusiones porque vamos a ofrecerlos en el restaurante y a algunos chicos en la playa.
- ¡Pero Scott! –
- Pero nada, Peter. –
Scott, quien se había dado la vuelta para terminar lo que estaba haciendo, no sintió cuando Peter se colocó detrás de él y lo había acorralado contra uno de los reposteros de la cocina. Si bien la diferencia de altura no era mucha, la contextura de Peter era un poco más ancha y Scott siempre se sentía acorralado de esa forma. Para esto se había volteado otra vez y cerró los ojos esperando el beso de Peter, pero cuando sintió que tardó demasiado, notó que Peter ya no estaba ni la tarta de fresa que había estado en la mesa.
Luego escuchó un ruido en la sala y una maldición.
- ¡Peter! ¡Regresa aquí! – Scott estaba rojo del coraje y la vergüenza. Peter solo se reía aún con la tarta en manos.
- ¡Atrápame si puedes! –
Meredith los escuchó y también rio. Eran tal para cual.
✧✧✧✧✧
Y Fin.
Una disculpa por el retraso de este final. La universidad me retuvo por varios días con una serie de trabajos. Debo mencionar que me siento feliz de este fic, es una pareja que realmente amo y me ha gustado mucho escribir de ellos.
Quería unirme al fictober pero ya por donde estoy es el día 6, así que no creo. Lo otro es que tengo un par de ideas de one-shots, me gustaría terminarlos uno de estos días.
Aunque también estoy volviendo a mis antiguos fandoms como PJO o Haikyuu jaja.
En fin, muchas gracias a todos por leerme hasta aquí.
Ciao~
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¡Verdes como el mar!
FanfictionHay secretos que el mar resguarda, pero hay vidas que merecen ser encontradas. Peter tiene una fascinación increible por el mar y un día un par de ojos hacen que su interés incremente mucho más. Scott solo quería ser bueno, pero Clint muchas veces l...