Capítulo 1.

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Narrador omnisciente

Muchísimos siglos atrás se encontraban grandes reinos gobernadas por fuertes Alfas, Betas y Omegas. No importaba su género secundario, solo que fueran lo suficientemente aptos para saber liderar a su gente.

Claro está que el que sean aptos no quiere decir que sean buenos. Habían algunos Reyes soberbios que desean controlar terrenos ajenos y crear ejércitos de Alfas imparables, y así crear un imperio donde un solo reino es la potencia de todo.

Por suerte, el congreso de los Reinos el cual es el centro de La Paz y el equilibrio de todo, fue establecido para evitar cualquier clase de dictadura que se quiera dar.

Los Omegas, Alfas y Betas cambia formas tenían estadísticas de población muy baja en comparación de los humanos, o es lo que se cree. En fin, los cambia formas solían ser más ariscos al tratar con las personas que con su misma especie, no se sentían seguros en un lugar donde debían aplicar las leyes de un Rey que no era un licántropo. Al final todos los cambia formas decidieron irse, su estilo de vida era más libre y salvaje.

Al ser pocos comenzaron con una pequeña manada en el fondo del bosque, los licántropos omegas de edad más avanzada llamaron a las Almas del bosque para impedir el paso de cualquier humano que quisiera invadir sus tierras, era simple, no deseaban convivir con los humanos. No tenía nada que ver con un sentimiento de superioridad o algo así, pero su agudo olfato podían oler sus sentimientos, y cada humano que olían a excepción de los niños, tenían un olor repugnante... uno muy agrio.

Cuando se esparció el rumor de que los cambia formas del reino "ONE" habían decidido marcharse, el resto de los licántropos de otros reinos decidieron copiar la acción y abandonaron el lugar para crear sus propias manadas.

Se esparcieron por el Sur, Norte, Este y Oeste. Su población con el tiempo aumento mucho más, pero sus estadísticas seguían por debajo de la población humana, aunque les ganarán en mayoría jamás en fuerza, tanto física como espiritual.

Cada seis meses de cada año, todas las manadas se reúnen alrededor del árbol más grande, los Omegas sabios, los que ya alcanzaron el clímax en su vida, rodean al Gran Árbol y posan sus manos sobre el, para dar su respeto y gracia, para que este les otorgue su bendición espiritual a los jóvenes lobos.

Cuando un Alfa, Beta y Omega tiene alrededor de quince a dieciséis años es hora de su avivar, para que su metamorfosis no sea tan dolorosa debe de estar rodeado por una aura limpia, el Gran Árbol por petición de los Omegas otorga eso, a cambio, todos los licántropos de las manadas deben de presentar a su lobo para que su espíritu entre en conexión con el.

Los cachorros y los jóvenes que aún no están cerca de su avivar, deben de quedarse junto con los Omegas gestantes, es un ritual lleno de emociones fuertes para sus delicados seres.

Ya en la actualidad, el Omega Izuku Midoriya, hijo de Inko Midoriya y de quien no debe ser mencionado estaba totalmente desnudo en el lago de la manada, podía sentir en su interior como fuertemente un aullido impaciente golpeaba en su pecho, debía controlarlo. Actualmente tiene dieciséis años, su despertar se atrasó por la ansiedad del día y cayó desmayado, cuando despertó la manada estaba regresando del lugar con sus amigos ya en su forma lobuna, tenían que convivir con su lobo por una semana, necesitaban amarse.

Después de esperar otro largo año Izuku comenzó a dar señales de crisis, de inmediato el líder Yagi Toshinori lo envió a sumergirse en el lago hasta nuevo aviso, pronto las manadas tendrían que partir al punto de encuentro, pero antes se deben pintar los cuerpos de los Alfas, Betas y Omegas, cada madre hace ese deber quienes no tiene una son pintados por el Alfa de la manada. Esto se hace solo por tradición.

-Esto es horrible- Dice Izuku a Denki Kaminari, un amigo Omega que está sentado en una roca vigilando que nada le ocurra, esto es por voluntad propia. Sabe cuánto anhela el Omega con encontrarse con su lobo.

-¿Qué es horrible? ¡El lago es genial! No siempre podemos entrar, eres afortunado.-

-La verdad no creo que esto sea ser afortunado, Kaminari-kun-

-¡Claro que sí! Hace un calor horrible, y solo tú tienes permiso de entrar. Es injusto.-

-Desearia estar en tu lugar, ¡prefiero estar cálido y sudando que tiritando de frío! En la manada del Sur dicen que hay un volcán cerca, y eso afecta algunos lagos pequeños y son muy
calientes.-

-¿La manada de los Bakugou?

‐Sí, ¿No quisieras ir?

-Me encantaría ir y estar rodeado por los brazos de Ejiro, ¡Que excitante es! Tal vez no sea un lobo o tenga segundo género pero siento que me enloquece, es un total Casanova rompe...-

-¡Kaminari-kun! Por favor, estamos cerca del bosque de las almas- Dice el Omega con los ojos abiertos y un gran rubor ya sabiendo que complementaba la frase.-

-Las almas han de comprender mi deseo, Izuku. Son las más sabias, mi corazón revolotea en pensar en su gran perfil.-

-Intento comprenderte Kaminari-Kun, pero Kirishima-San es una bestia de los Bakugou, ¿No le tienes ni un poco de miedo?

-Oh, izu. Ejiro es un terrón de azúcar con un cuerpo duro, a quien deberías temerle es al primogénito de los Bakugou.-

-¿Katsuki-san? El Alfa Toshinori dice que es un buen líder.-

-Ser un buen líder no le te quita lo patán, izuku.-

-Oh, probablemente tienes razón, Kaminari-Kun.-

-¿Qué dices? ¡Porsupuesto que la tengo! Oh, oye. ¿Olvidaste tu crisis?-

-Lo había hecho...- Dio un suspiro y sumergió la mitad de su cabeza, hablar con Denki había hecho esfumar sus preocupaciones, estaba claro que su ansiedad y su lobo impaciente eran señales normales. Durante el año que tuvo que esperar lo encontraban retorciéndose de dolor y una metamorfosis a mitad de camino, por su salud los Alfas usaban sus feromonas en el para dejarlo inconsciente, no era sano que su avivar saliera a la luz sin las manadas unidas. Eso era mal presagio.

-¿Qué te altera tanto?-

-Temo que mi lobo no me ame cuando nos presentemos, ¿Que haré si eso sucede?- Comenta mientras nada hacía la orilla del lago, el sol se estaba ocultando, pronto sería pintado y tomarían rumbo al Gran Árbol.

-Ehm, ¡El te amará!- Izuku lo miro con una ceja arriba, se veía claramente que no estaba muy convencido al respecto, dio un suspiro y se colocó solo un pantalón que le llegaba a las rodillas, claramente, si iba a ser pintado camisa no a de llevar.

-¡Tienes muchos puntos en tu espalda!

-El Alfa toshinori dice que se llaman pecas. ¡Vamos yendo Kaminari-Kun!

-¿Eh? Pero dijieron que nos mandarían a llamar

-No confío mucho en Mineta-Kun-

-Ah, es cierto. Tienes razón, ¡Andando!- Dice acercándose a Izuku mientras "sutilmente" lo rodeaba por los hombros para caminar.






Esta es mi primera historia sobre el Omegaverse y katsudeku, he sido lectora de esta pareja y me han cautivado tantas historias y doujinshis. Quisiera saber que tal me iría creando una "historia" al respecto, independiente del resultado, borrare la historia si resulta no ser de mi agrado.

¡Agradezco a quienes lo lean!
uwu



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