⁷'

1.2K 140 14
                                    

_




¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.




Yoongi lo miró incrédulo, no podía creer que Jimin estaba pensando la posibilidad de perdonarlo y dejarle "complacerlo", se alejó unos pasos, agarró su camiseta que se encontraba en el suelo, ante la atenta mirada del joven que se sentó en la mesa.

- ¿Qué pasa Yoongi? ‒ preguntó Jimin triste.

- Debo irme, además ya tienes quien me reemplace ‒ musitó molesto.

- Y-yo te quiero a ti ‒ musitó el rubio, acercándose.

- Príncipe vendré otro día, ahora alguien me espera ‒ se excusó y Jimin sintió algo revolverse en el estómago al escuchar esa frase.

- Está bien Yoongi, ve y goza con tu cita, ya nos veremos el viernes ‒ aseguró ¿celoso?, el pelinegro se colocó la camiseta rápidamente y lo miró una última vez antes de abrir la puerta. Observó extrañado el exterior, pues ya no estaba ese hombre tan insistente, bajó rápidamente las escaleras, tampoco se encontraba en la recepción; el sarnoso, como ya lo había bautizado.

/ ¿Qué me pasa, porqué me molesta tanto pensar que otro hombre pueda tomar ese delicioso cuerpo? / pensó al llegar a su auto y recostar su cabeza por el volante.

Jimin quedó triste, se acostó en su cama mirando el techo.

- ¿Cómo será la persona que disfrutará de tenerte esta noche?, ‒ murmuró.

/ Dios por qué me duele tanto saber que alguien más lo tendrá / pensó agarrando su almohada y se la colocó en la cara

- Arriba perezoso, tienes mucho qué hacer ‒ se alentó a sí mismo dejando la almohada a un lado y levantándose para caminar hasta su escritorio.

La puerta se abrió lentamente, Jimin estaba muy concentrado con sus estudios que no se percató de la presencia extraña en su habitación por lo que continuó escribiendo, ya pasaba de la media noche, estaba cansado, aún así contento ya había adelantado bastante de su trabajo.

- ¿A él si le permites que te haga suyo? ‒ se escuchó una voz sádica a sus espaldas lo que erizó todos los pelos del rubio. ‒ ¡Contéstame perra! ‒ gritó por lo que el menor se encogió en su silla.

- No ‒ contestó de puro terror encogiéndose aún más en su silla y él soltó una risa cínica que logró en Jimin un estado de pánico.

- Está claro que no me lo dirás "príncipe" ‒ murmuró sarcásticamente, imitando las palabras de Yoongi - Pero yo te veo, siempre lo hago, toda tu habitación tiene cámaras; debo cuidar de mi chico ‒ aseguró sonriendo de forma macabra. Jimin desvió la mirada conectando con la del encargado que lo miraba con una sonrisa que él no podía entender.

𝐸𝑙 𝐴𝑚𝑎𝑛𝑡𝑒 𝑃𝑒𝑟𝑓𝑒𝑐𝑡𝑜 'ʸᵐDonde viven las historias. Descúbrelo ahora