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Luego de dos días de recuperación de sus heridas así como también una pequeña visita del psicólogo clínico el menor fue dado de alta la tercera noche, era comprensible, necesitaban las habitaciones y el menor no tenía nada grave, al menos no al punto para retenerlo por más tiempo que el necesario.

El camino de regreso fue silencioso, el mayor lo observaba de reojo, no sabía cómo actuar con Jimin que se veía ido y triste. Observando por la ventana del vehículo, llegaron frente al edificio donde vive Yoongi y este descendió abriéndole la puerta con la mayor calma que pudo.

No lo quería asustar después de todo.

Jimin refutó la propuesta de quedarse en el apartamento del joven, él deseaba ir a vivir con Taehyung, pero Yoongi utilizó como argumento que deseaba cuidarlo y que Taemin podría encontrarlo fácilmente en casa de su amigo, por ello no tuvo opción más que aceptar la oferta preso del pánico.

— ¿Qué deseas cenar príncipe? - preguntó el pelinegro intentando entablar conversación, una vez dentro de su apartamento.

— No tengo hambre - susurró Jimin, dejándose caer desganado en el sofá.

— Entonces qué quieres hacer; dormir, bañarte, salir, solo dime que necesitas y te lo daré, no te quiero ver triste - pidió arrodillándose frente al más bajo.

— Haz hecho demasiado por mí - aseguró - solo estoy cansado, quiero dormir - susurró.

— Duerme en mi cama - ordenó el pálido. El rubio se quedó estático por un momento y él suspiró frustrado. - ¿En verdad crees que te lastimaría? - preguntó en un susurro y el menor negó con la cabeza. - Entonces ve a dormir - susurró y Jimin asintió.

— ¿Tú dónde dormirás? - preguntó y él le sonrió, acarició tiernamente la mejilla regordeta de su menor.

— No te preocupes por mi, Jimin-ah, solo descansa. Ha sido un día muy malo ‒ comentó ‒ para los dos ‒ agregó en un susurro. ‒ Yo sé esperar y dormiré aquí en el sofá hasta que tú me digas que puedo volver a dormir a tu lado ‒ susurró tiernamente.

— Yo...no se, s-si tu quieres..‒ tartamudeó.

— Ya lo dije Jimin, vete a dormir ‒ ordenó, parándose y apuntando a la dirección de donde estaba su habitación, Jimin se levantó del sofá y lo miró a los ojos.

— Gracias Yoongi‒ susurró antes de depositar un tierno beso en la mejilla del más alto.

— Que descanses, Minnie ‒ deseó viéndolo dirigirse a su habitación.

𝐸𝑙 𝐴𝑚𝑎𝑛𝑡𝑒 𝑃𝑒𝑟𝑓𝑒𝑐𝑡𝑜 'ʸᵐDonde viven las historias. Descúbrelo ahora