Creciendo Juntos [2] ➵ [Terminado]

Capítulo 18

No bajar la guardia.

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—No creo que sea una buena idea —Murmuró RiHan nerviosa, mientras miraba a los niños del salón 'A – 2' y sus compañeros de aula, divirtiéndose metros más allá, quienes se reían de las payasadas de Byun y Do.

Las dos niñas estaban cantando a dúo una canción de un grupo que no reconocía; la cual no reconocía muy bien ya que no era de escuchar esos grupos. Pero RiHan, pese a todo aquello, no podía negar que ambas tenían un buen timbre de voz pese a que desafinaran de vez en cuando, ya que cataban riendo.

—... siljogi ollatdaga ttorojyotda geuron ttedo itji, ojjomyon gwenchana swio ganeun gotdo joa modeun gosi tte tte tte tte ttega inneun gonikka...

—Mientras sigan distraídas... —Siseó SunHee, trayendo de vuelta la atención de RiHan, mientras arrastraba la manguera un poco agachada para que nadie se percatara de su presencia.

Era jueves dos de mayo, día en que les tocaba educación física a horas tan tempranas, y por motivos desconocidos —para SunHee — aquel dúo se encontraba con las energías al máximo; cantando y jugando de un lado a otro, desde el día anterior.

A SunHee le había enfurecido que Byun y sus amigos, se habían salido librados de aquella broma que les hicieron con las malditas plumas. La mayoría de los alumnos, incluyendo ellas, guardaban sus libros más gruesos en los casilleros por lo que cuando abrieron los casilleros un líquido las había roseado con abundancia y de inmediato un resorte había salido de la parte superior de los casilleros de donde cayeron plumas como si de un aguacero se tratara.

Le llevó una hora, en los baños del colegio, terminar de limpiarse correctamente porque aun podía sentir las plumas rosándole la piel. Y lo que le daba más rabia es que el profesor ChanHo la castigara con una semana de ayuda a la profesora JiWon, a quién tampoco toleraba, en un papeleo y a organizar su casillero.

Pero entre SanMi y RiHan, aunque esta última seguía diciendo que era mala idea, iban a devolverle el 'favor' en un día de esos, cuando bajaran la guardia.

Y el día, había llegado.

—Ve a decirle a SanMi, que abra la llave, RiHan —Ordenó SunHee en un susurro.

—Pero... —Murmuró RiHan insegura, viendo a los lados. No le gustaba aquella idea, si las descubrían se iban a meter en graves problemas. El profesor ChanHo ya les había advertido.