Que recompensa

1.4K 63 3
                                    

Olía a lirios, era un aroma esquisito, la luz molestaba mis ojos y mi cuerpo se sentía demasiado pesado, una mano acaricio demasiado tierno mi mejilla mientras mis ojos se abrían lentamente observando un hombre un poco mayor de ojos azules sonreírme.

-Como ha hecho una chica tan pequeña para que mis hijos se quieran matar por ella- dijo mientras seguía acariciando mi mejilla. – tienes que prepárate pequeña, ese loco con el que vivías no se quedara de brazos cruzados, vendrá por ti y este con el que estas ahora no es tan inocente como todos creemos.-  con gracia y elegancia abandono la cama donde estaba sentado, se dirigió con paso firme a la puerta donde volteo a verme sonriendo de la forma más siniestra y morbosa que haya visto.- que recompensa se llevara el que gane.- con esto último abandono la habitación.

Era el papa de Dem yo si lo conocía pero no creo que se acordara de mí, un ser tan siniestro como su propio hijo y podría decir que hasta más, había sentido en su voz la amenaza, pero no entendía nada, mire a todas partes y no sabía dónde estaba, trate de levantarme con sumo cuidado y me dirigí a un espejo con detalles dorados, se veía muy costoso, en mi rostro ya eran normal los morados, esa chica hermosa que se arreglaba y estaba llena de vida ya no estaba y todo por el hombre que estaba en mi corazón.

Note que estaba en una camisa blanca de hombre con un olor a perfume embriagante y delicioso, con cautela abrí la puerta y mire a todas partes inspeccionado donde estaba, Salí al pasillo y me encamine a buscar la salida, solo quiero ver a mi hermano y a mi mejor amiga sentirme en casa, al doblar la esquina del pasillo me encontré con esos ojos azules que tanto me han causado problemas, aun se le notaban los moretones en su cara pero se veía tan bien como siempre, traía una charola con comida y una sonrisa cálida en su rostro.

-tienes que descansar, apenas lo hagas te llevare a ver a tu amiga.- con parsimonia nos devolvimos al cuarto, no había podido decirle nada solo lo seguí, puso la charola en la cama y acerco una silla mientras me veía comer con cuidado de no lastimarme.
Al tomarme el jugo una gota resbalo por mis labios y el oji azul con la delicadeza de su pulgar la removió cuando me di cuenta sus manos estaban a cada lado de mis mejillas y me besaba desesperadamente.- Ahora que te tengo no te iras de mi lado-.

ME FUI A VIVIR CON UN DEMONIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora