ACEPTO

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Dos semanas despues del accidente y hoy me daban de alta, mi miedo por lo que haré ahora, ver un mundo nuevo y lleno de libertades me emocionaba y aterraba a la vez.

El señor Aron que me a cuidado como si fuera mi padre, empujaba la silla de ruedas con la que me sacarian del hospital acompañada por la señora Helena que siendo sincera no entendia porque Aron no era como ella.

Llegamos a una lujosa camioneta negra con vidrio polarisados y subimos en ella tomando camino a un lugar desconocido para mi, no sabia como serian las cosas desde ahora, no tenia ropa ni dinero, mi hermano no sabia de mi, mi amiga tampoco y me sentia sola.

Hora y media duro el viaje a su casa, un bonito lugar con jardin grande y una fuente, se veia acogedor aunque fuera tan grande y lujosa, parecia un verdadero hogar.

-Pidenos lo que quieras, Stephany, estas en tu casa, solo disculpa a Emili, se volvera loca cuando te vea. - pronunció el señor Aron sonrriendo.

Cuando entramos a la gran casa, llego corriendo una niña de seis años hermosa y muy parecida a Amon, mi corazon palpito rapido por acordarme de el de su trato y sus caricias, Dios en que estoy pensando.

-Em, ella es Stephanny, es nuestra invitada por un tiempo, acaba de salir del hospital asi que ten cuidado con ella.- Dijo la señora Helena a la niña que estaba abrazada de sus piernas y me miraba con esos intensos ojos azules iguales a los de su hermano.

-Y le gustan las muñecas- dijo la pequeña aun mirandome.

Me agache a su altura - Claro que si y muero por jugar todo el día contigo. - su sonrrisa ilumino la habitación, cogio mi mano y me llevo a la sala donde habia veinte tipos de muñecas.

-Segura no quieres descansar primero. - pregunto la señora Helena.

-No se preocupe llevo dos semanas descansado. -

Con una sonrrisa avandono el lugar dandonos espacio para una secion de juego intenso.

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La pequeña Em, es demandante muy dulce y muy consentida, es todo un amor, jugamos hasta por 4 horas y en este momento su padre la llevaba a dormir.

-Espero no haya sido muy intesa Stephany-dijo el señor Aron, conduciendome por un pasillo al comedor, ahi se encontraba su esposa con la cena servida y esprandonos, solo pude sonrreirle y negar con la cabeza.

Se sentó, me senté y la cena transcurrio con un silencio un tanto incomodo.

-Aqui tienes todo lo que necesites cariño, nosotros te ayudaremos en el viaje y en tu vida, ayudaremos a que a ese niño no le falte nada. - me dijo la señora Helena con lagrimas en los ojos.

-aun no entiendo porque hacen esto. - mi tono de voz era tan bajo que no sabia si me habian escuchado.

-Porque nadie mas lo hará, porque mis sobrinos arruinaron tu vida y no se detendran, esto ya paso Stephany, el padre de Dem y yo eramos iguales a ellos, no teniamos control y eso costo la vida de mi hijo y de ella. No dejaré que vuelva a pasar no mereces que te pase eso, pudiste morir en ese accidente y si no hubiera llegado estarias presa con alguno de ellos dos, no digo que no te amen, porque creo que lo hacen pero no es un amor sano, tienes que alejarte por el bien de tu bebe y el tuyo. - sus ojos estaban cristalinos y por los de su esposa ya corrian unas lagrimas.

Yo ya no lloraba, ya no sentia tristeza ni dolor, solo habia ira en mi y miedo de no tomar buenas desiciones para mi hijo.

-Dejamos la desicion en tus manos hermosa, contaras conmigo para lo que necesites, el lugar a donde iras es secreto, por los primeros años no podras tener contacto con tu seres queridos, sera como si hubieras desaparecido pero seras libre. -

-Acepto. -

ME FUI A VIVIR CON UN DEMONIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora