Al salir de la casa de doña Matilda cada uno se fue por su lado no sin antes Kai hablarle por última vez a la anciana.
-¿Aún usted da clases?
-Si aún sigo dando, los miércoles, viernes y domingos doy clase por si quieres apuntarte.
-No gracias solo para visitarla, usted es la única que puede hablarme más de mi padre más a fondo.
-¿Azula te lo prohíbe verdad?-asintió- No va a cambiar nunca, espero no meterme en problemas por esto. Se que no soy la indicada para decirlo pero has tenido muy mala suerte al ser l unión de Máximo y Azula, eso si no te hacen daño mi niña-le acaricio su cabellera anaranjada- Tienes el pelo hecho un desastre, ven- le puso una pinza de pelo para acomodar su flequillo-listo ahora se ven esos preciosos orbes esmeralda.
Al llegar a casa vio a su madre en la cocina con un plato recién comido y una copa de vino casi vacía. Su cara estaba apoyada en la mesa pero se veía cansada. Camino despacio para no alertarla pero le descubrió. Si madre le miro detenidamente y se fijo en el adorno del pelo.
-¿Quien te dio eso?
-Esto, me lo dio la Dakota ¡si! Me lo dio Dakota-le miro con inseguridad para luego fijarse que el adorno era una flor de Jacinto y eso saco a Azula de su estado somnoliento.
-Eso se parece a uno que yo tenía, pero no puede ser me habían dicho que se fue. Como sea vete a dormir, estoy demasiado agotada para discutir-Dio gracias al cansancio de su madre y subió corriendo a su habitación. Abrió en cofre que tenía el la otra parte de la habitación y de esta saco una caja de música que no funcionaba. Ahí había un mini cajón donde guardo el adorno del pelo. Sería su prefijado tesoro después de los que vendrían.
Tres semanas después.
Otro nuevo día en la escuela él esperaba a nuestro querido Kai y al verse feliz esto asustó a muchos, pero alegro a otros. La razón, era 9 de octubre y solo él sabía lo que le hacía tan feliz ese día. Vio que todos rodeaban a Guillermo, algunos con preguntas y otras con obsequios. Al momento en que Guillermo le noto se dirigió hacia él para darle una caja de mocaorà, Kai agradeció el obsequio mientras los demás se quedaban impactados. En los pasillos los dos adolescentes hablaban sobre él porque de tanta felicidad.
-Haber se que estamos en un día festivo pero tenemos que ir igual al cole, no es mucho motivo para animarte.
-Solo son una horas de explicación sobre el 9 de octubre y otra más para un teatro echo por los de primaria. Sin olvidar el homenaje con una estatua echa de madera hecha por los del departamento de dibujo y diseño.
-Mira que te gusta la colaboración eh. Aunque los que estamos aquí es por voluntad.
-Anda si es el combo de súper amigos-apareció la tutora de estos por detrás¿no notáis que el centro está muy vacío? Y para variar somos diez en la clase.
-¿Solo diez?- se sorprendió Kai-Si el año pasado solo éramos cuatro.
-¿En serio? Vaya como cambian las cosas cuando uno es nuevo.
-Si, eres nuestro amuleto de la suerte Guille. Pero de igual forma ¿a que me vais a ayudar a los de primaria?-los chicos se lo pensaron dos veces y aceptaron no pasaría nada malo, solo son niños.
Al ya terminar la charla sobre el 9 de octubre Kai y Guillermo se dirigieron a la parte de los de primaria. Al llegar vieron que les tocaba ayudar a los de sexto y eso no era bueno para Kai. Todos miraron feo a los dos mientras que la tutora les ayudaba con el escenario y la ropa ellos solo se encargaban de las sillas y de más, pero igual se sentían súper incómodos por las miradas inquietas de los de sexto.
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Ojalá los sueños se hagan realidad
RomanceKai vive en un feliz pueblo lleno de alegría y amabilidad. Pocos robos, asesinatos ni hay y siempre que hay una huelga se soluciona enseguida. Todos se ayudan codo con codo, ningún compañero es dejado atrás. En un pueblo donde el amanecer te acarici...