capitulo 40

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Ella salió del ascensor y miró a todas partes, frunció el ceño.

Saludo a unas cuantas personas y aunque no quiso, por educación saludo a la secretaria, a Melisa. Desde que ella se había separado de Joel hace unas semanas y también ver cómo lo besaba, hizo que algo dentro de ella cambiará y sacará su lado malo, un lado que no salía hace mucho tiempo.

Se había acostumbrado a no ser agresiva o a no odiar a la gente gracias a él, pero había vuelto a relucir ese lado de ella, y ya no iba a cambiar.

Entro a la oficina de él.

Lo observo viendo en su dirección, la mirada fría que le lanzaba solo la hacían sentir más nerviosa. Sí, sabía que se enojó de más y también que exagero al irse del apartamento por una semana. En sí, no se fue, simplemente se tomó unas vacaciones en Madrid, visitó a su madre.

A él se lo había dicho, Joel dijo que iría, pero al final se fue sola, pues, se encontró con la misma chica varias veces y se dio cuenta que es amiga de la prima de Joel. Eso significa que la quieren separar de él.

También por eso volvió.

—Recordaste que tienes novio —Dijo él mientras jugaba con el lapicero, ella se mordió el labio inferior. Él giro en la silla y se quedó viendo la ventana, no quería verla. Estaba molesto. Muy molesto con ella.

Ella se acercó a él y se puso enfrente, él no quería verla, pero sentía su presencia tan cerca que le estaba costando no tomarla de la cintura, ponerla sobre él y besarla, además de hacérselo en la oficina en donde cualquiera puede entrar y encontrarlos.

Eso se le hacía tentador.

—Siempre lo recuerdo, aunque creo que tú no —Dijo ella mientras se cruzaba de brazos, él la miró de reojo y observó de pies a cabeza su vestimenta, fácil de tomar y desgarrar.

—¿Por qué demonios dices eso? —La miró, ella agarró su celular y le enseño una foto, él comenzó a reír —. No hubiera pasado si hubieras estado aquí.

—¿Es en serio? Fuiste a un evento con esa perra —Joel sonrió para sus adentros. Esa boca sucia quería que la usará en otro lado.

—Modera tu vocabulario, cariño, no querrán ver a la futura señora de Pimentel con ese vocabulario —Dijo él.

—¿Quién te dijo que seré tu esposa? —Levanto una ceja, Joel la miró con el ceño fruncido —. En un tiempo me dejaras por la amiga de tu prima —Estaba enojada, y aunque él no le dijera, amaba verla en ese estado —. Ya que fuiste al evento con ella.

—Trabaja para mí —Le recordó él, ella grito de frustración.

—¡Pues métela en tu cama también, ya que tu prima eso quiere! —Grito, y dio media vuelta para dirigirse a la salida, pero Joel fue más rápido y la sentó en su regazo.

—¿Para que quiero a alguien más si te tengo a ti? —Susurro en su oído, ella jadeo al sentir como la pegaba más a su cuerpo, él sonrió en su oído y comenzó a repartir besos por su cuello y su clavícula, ella soltó un gemido y se removió incómoda.

—Dejame —Dijo ella, pero no logro soltarse, ella jadeo, él sonrió de nuevo —. Maldito idiota, hijo de...

No supo a qué hora fue, pero se levantó con ella y la volteó para besarla con fuerza.

Sentía adrenalina al saber que podían ser descubiertos por su secretaria o por el tío de ella. Tiró las cosas y la puso sobre el escritorio, ella lo alejó y lo abofeteó molesta. Joel frunció el ceño.

—¡¿Por qué demonios me pegas?! —Joel estaba poniéndose molesto, ella frunció el ceño.

—¡Porqué no me dejas enojarme tranquila! —Dijo alto, él frunció el ceño.

—No te entiendo —Dijo con sinceridad, ella bajo la mirada, él levantó su cabeza y se acercó más a ella —. ¿Crees que quiero a alguien más? Eres una chica necia, terca, enojona, enana, y demasiado celosa, no quiero a alguien más, contigo me basta, a ti te sé manejar aunque me golpees cada vez que te besó y estás enojada. Ella no me interesa, ella solo es alguien que trabaja para mí, y que por ley tenía que llevar a esa cena, sino te hubieras enojado e ido a Madrid dejándome solo aquí, te aseguro que te llevaba ahí, y había visto un baño en donde podía hacerte mía si quería, pero la diversión se fue al tu irte. Te extrañe, loca bipolar, en serio lo hice.

Ella hizo un puchero y él la besó de nuevo. La tomo de la cintura y se metió entre sus piernas, ella soltó un gemido y lo pego más a su cuerpo.

—Joe... —Ella se separó asustada de Joel, quién miro a un hombre adulto, quién estaba pálido en su mismo sitio.

—Señor Larsson —Susurro él, ella se bajó del escritorio y miró al hombre de cabellera negra.

—Tío —Dijo ella poniéndose roja. Su tío se repuso y tosió un poco.

—La próxima cierren por favor —Dijo —. Qué bueno que todavía tienen ropa.

Joel miró de reojo a su novia y quería comenzar a reírse y besarle las mejillas, las cuales estaban más rojas que un tomate.

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