HARRY
¡Lo detesto! Sólo acaba de pasar una semana desde el primer día de clases y ya tengo la cara llena de moretones echos por él, y me duele la costilla derecha por las patadas que me ha dado ayer. No puedo creer que él piense que yo soy un maldito saco de boxeo. No soporto pasar por esta situación una y otra vez cuando estoy llegando tarde a clases, o cuando salgo del colegio para volver a casa.
Ahora me encuentro en el baño del colegio, fuera de clases, limpiando la sangre que corre por mi labio inferior, y no puedo evitar tirarme en el suelo soltando unas cuantas lágrimas. No estoy llorando por el dolor que siento a causa de los golpes, sino por la tristeza que me da que sea él el que me golpea. ¿No se supone que existen códigos? Él era mi mejor amigo y ahora me trata como si fuese mierda. Antes nos queríamos tanto y ahora él me odia como a nadie más. Yo lo sigo queriendo, y es tan duro recibir sus golpes, porque él era mi todo.. él estuvo cuando nadie más estaba para mí. Y ahora estoy completamente solo. Él me dejó solo.
-Hey, Harry... ¿Por qué lloras? -pregunta Niall entrando en el baño y arrodillándose a mi lado. Él limpia mis lágrimas con sus pulgares, pero no dejan de caer por mis mejillas. Me duelen los golpes, pero me duele más saber que nunca fui importante para él, y que nuestra amistad fue sólo un juego.
-Déjame solo, quiero estar solo. -dije empujando sus manos lejos de mí. Niall era mi hermanastro, ya que por alguna razón mi madre engañó a mi padre con el suyo, y ahora están felizmente casados. Yo lo quiero mucho y apuesto que él a mí también. Él es un año más grande que yo; yo tengo dieciséis y el diecisiete, este es su último año en la escuela.
-Sabes que no te voy a dejar solo por mucho que me lo pidas.. -dijo acercándose más a mí y rodeándome lentamente con sus brazos. Yo acepté el abrazo el doble de fuerte que él, lo necesitaba tanto. Me sentía tan solo, tan imbécil, tan inútil para la sociedad.
-Niall.. ya no lo soporto, ¡No puedo soportarlo! -le dije comenzando a sollozar en su hombro- No soporto sus golpes, sus insultos. Extraño tanto al Louis que creía conocer..
-Harry, sabes que ese Louis ya no existe.. -susurró abrazándome más fuerte mientras acariciaba mi espalda con suavidad para tratar de tranquilizarme.
-Lo sé.. pero todavía quiero creer que muy en el fondo sigue existiendo. -dije cerrando los ojos. Las lágrimas seguían cayendo, aunque ahora estaba un poco más calmado gracias a Niall.
-Ve a clases, Harry. -dijo apartándome un poco para poder verme bien a los ojos y hablarme con un semblante serio pero con voz tranquila- Quiero que dejes de llorar por alguien que no vale la pena, ¿Me entiendes?
-Lo voy a intentar.. -dije bajando la cabeza un poco- Gracias..
-No me agradezcas nada. Te quiero mucho, lo sabes ¿Verdad? -me sonrió enormemente con sus blanquísimos dientes, haciéndome sonreír también. Siempre que estaba Niall era inevitable sonreír, su sonrisa "le daba luz a un día gris", al menos eso decía mi mamá.. y tenía toda la razón.
-Sí, lo sé. Yo también..-nos dimos un fuerte abrazo para después levantarnos del suelo. Caminamos por el pasillo que daba a todos los salones. Él se metió en el suyo, y yo seguí caminando hasta llegar al mío. Siempre me quedaba frente a esa puerta color verde oscuro unos cuantos segundos pensando que iba a pasar cuando entrara. Para una persona como yo no era nada agradable entrar al salón, y menos tarde. Toqué ligeramente la puerta abriéndola un poco. Todos giraron a verme, incluyendo a la profesora, que se levantó de su asiento para dirigirse hacia mí.
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Sexual Game » larry *EDITANDO*
Roman d'amourHarry, 16 años. Louis, 18 años. Los intereses de Harry eran bastante reducidos, su vida actualmente se basaba solamente en estudiar, no tenía amigos y no hablaba con nadie más que con su familia. Además de eso su vestimenta no era para nada aceptada...