Esto... Es humillante.
Terriblemente humillante.
Hace menos de veinticuatro horas yo era Daniel, un chico mas o menos atractivo, aficionado de las motos, con un boletín escolar decente y a menos de tres meses de entrar a la universidad...
Y ahora...
Ahora...
Despues de aceptar la petición de Victoria de cuidar a Melissa, Guille decidió unilateralmente que el iría en la moto y yo iría en el 4x4 de Victoria de regreso a la casa de la madre soltera, lo cual en un primer momento yo no habia aceptado pero lastimosamente, Guille tenia un buen punto, yo era incapaz de conducir la moto.
Victoria, Melissa y yo caminamos hasta el Parking subterraneo del centro comercial, justo cuando montabamos en coche recibí un mensaje de Guille, diciendome que tenia que ir a casa antes de ir donde Victoria, que le esperasé allí, con un suspiro me resigné y observé a Melissa, ya habia cuidado de ella antes ¿Que tan dificil podia ser cuidar de ella solo? Ademas, supongo que ser una chica me brindaría mas facilidades ¿No?
...
No.
Aún no ha llegado Guille y Victoria se ha marchado de casa hace mas o menos diez minutos, y esta niña es malditamente genial haciendome sentir mal para que la consienta en todo, como por ejemplo, que ahora ambas estemos vistiendo disfraces de princesas Disney.
En un primer momento me ha sorprendido que tuviesen uno que me valiese, supongo que debe pertenecer a la canguro ususal de Melissa, aún así, no puedo evitar mirarme y verme ridiculo, disfrazado con el vestido azul de cenicienta.
-¡Dani!¡Dani!- Melissa me ataca por detras abrazandome con fuerza, ella lleva un disfraz que imita a la perfección el vestido de Tiana de la pelicula "La Princesa y sapo" incluso, con dificultad y a petición de la pequeña he tratado de peinarla lo mas parecida a la princesa Disney, esta de mas decir que el resultado no ha sido muy fidedicno.
-¡Es hora de tomar el té con Lady Catty-
-¿La... Lady Catty?-
Melissa me arrastra hasta el Salón, que esta conectado a la entrada de la casa por dos amplias puertas blancas que siempre permanecen abiertas, el piso de Victoria es bastante espacioso, denotando que es Vicedirectora de su oficina, ademas de temer un buen gusto en decoración, simple y efectiva, resaltando blancos y grises en los muebles, exceptuando por la pequeña mesa celeste con tres pequeñas sillas y un juego de té de plastico.
-¿Esta es... Lady Catty?-
Un enorme peluche casí de mi tamaño esta tirado en el suelo ya que ni en mil años cabria en las diminutas sillas de plastico, el enorme peluche de cierta forma me recuerda a Karin, de Dragon Ball, pero con un pelaje gris y una cara un tanto perturbadora.
-Mama lo ganó para mí el año pasado en la Feria de la ciudad- dice la niña con una sonrisa sincera-¿A que es guapa?
-Mucho... Mucho...-
Asiento y observo a Lady Catty de reojo, veo como su rostro parece mirarme y siento un escalofrio.
-Iré a preparar el té- dice Melissa tomando su tetera y corriendo mientras ríe hacia el baño.
Suspiro y me levanto una vez ha salido del salón y me miro en el pequeño espejo que hay sobre uno de los muebles, hago una mueca y suspiro, aún que el vestido no me queda realmente mal se nota que no ha sido hecho para mí, dado que mi pecho no lo llena suficiente, y por extraño que parezca, eso me molesta.
Me rasco detras de la nuca y me pregunto si vendra finalmente Guille, ahora que estoy vestido así no quiero que venga, la verdad, cuando recuperé mi aspecto normal no dejará de recordarmelo.
Unos minutos despues, llega Melissa con su tetera llena de agua del grifo y se sienta risueña, sonrió levemente, quizas no sea tan malo jugar a las princesas, solo por esta vez, claro.
-Yo serviré el té- dice Melissa comenzando a hechar el agua en una de las tacitas-¿Cuantos azucarillos quiere Lady Catty?¿Tres? Esta bién.
Melissa le sirve los tres azucarillos a Lady Catty.
-¿Y tu Princesa Dani?¿Cuantos quieres?-
¿Princesa... Dani?
Gracias a Dios que Guille no esta aquí o me lo recordaría hasta el día de mi muerte.
-Uno esta bién- digo totalmente avergonzado.
Melissa sonríe.
-Un azucarillo para la princesa Dani-
Melissa deja caer el azucarillo y el agua salpica ligeramente, observo a Melissa y la sonrisa que se dibuja en su rostro, puede que para mí esto sea vergonzoso, pero mientras ella se divierta esta bién.
-¿Y tu cuantos azucarillos quieres princesa Melissa?- pregunto siguiendole el juego a la niña.
-A mi me gusta el té solo-
-¿Ah?¿Si?-
-Sipi, soy toda una adulta-
No puedo evitar reir ante sus palabras y asiento.
-Ya lo veo-
El rostro de Melissa se ilumina.
-¿Verdad?-
-Aún que aún te queda para ser una adulta como tu madre-
-¿Y tú?- me pregunta inocentemente.
-¿Yo?-
-Si ¿Cuando vas a ser una adulta?-
No me gusta por donde va esto.
-Yo ya lo soy...-
-Pero mamá y mi profesora son mas mayores- dice señalando mi pecho.
Me quedo unos segundo en silencio.
-¿Eh?-
-¿Eh?-
-Bu... bueno, las personas crecen a ritmos distintos...- Realmente no quiero admitirlo, pero me ha dolido su comentario mas de lo que me gustaria.
-¡Entonces espero crecer rapido como mama!-
Suspiro suavemente y fuerzo una sonrisa.
-En la vida no solo es importante el tama... Digo... el crecimiento-
Noto mi rostro ardiendo por la verguenza a la vez que me siento como un hipócrita, ya que como hombre siempre me habian gustado los pechos mas bien grandes.
De pronto un fuerte ruido proveniente de la puerta detiene la bochornosa charla.
-Oh- dice Melissa- Debe ser Guille, dile que la puerta se atasca.
Asiento, levantandome y caminando hacia la puerta, cuando trato de desbloquearla, la puerta se abre golpeandome y tirandome al suelo.
Puedo ver a Guille al otro lado observandome sorprendido.
-Dani...-
-¿¡Eres idiota!?¿¡Que habria pasado si le hubieses dado a la niña!?
-Dani-
-¡De verdad que eres un maldito irresponsable!-
-Dani-
-¡Nunca piensas en lo que haces!-
-¡Dani!-
-¡¿Que?!-
-La... La falda del vestido...-
Observo lo que dice cuando me doy cuenta que al caer la falda del vestido se habia plegado sobre si misma, mostrando al desnudo desde mi cintura para abajo, mostrando mis bragas celestes.
...
...
...
-¡No mires idiota!-
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La novia de mi mejor amigo
Teen FictionDaniel Fernandez es un chico ordinario de preparatoria, asiste con regularidad a clase, juega videojuegos y ve anime, no es nadie especial, no hasta que su mejor amigo, Gillermo, encuentra un meteorito en mitad de la noche. Esa misma noche, Daniel e...