Capítulo II

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–Hola señorita Devon —dijo con una sonrisa burlona

–¿Qué quieres Keller?—dije molesta

–Pues solo vine a saludar a mi hermanita—dijo riéndose

–No te equivoques Keller yo jamás seré tu hermana

–Bueno, en realidad no vine a saludarte, sino a recogerte, así que vamonos Devon

–No pienso ir a ningún lado contigo, además Callie también puede llevarme

–Mi padre me dijo que pasara a recogerte para ir a cenar, así que te vienes conmigo o por las buenas o por las malas

–Ya te dije que no

–Tu lo has querido Devon
-dijo cargandome en su hombro como si fuera un saco de patatas-

–Oye ¿¡que haces!? ¡sueltame! ¡idiota! ¡sueltame! —dije gritando y dándole golpes en la espalda

–Oye ¡suelta a mi amiga! ¿¡es que no la oíste!?—dijo Callie enfadada

–Le dije a tu amiga que se vendría conmigo por las buenas o por las malas y ella decidió por las malas así que, adiós Callie —dijo saliendo de allí

–¡Eres un idiota!¡te odio Keller! —dije enfadada

–Yo también te quiero hermanita —dijo con un signo de burla y soltandome dentro del coche

Jake me metió en el coche y puso el seguro para que no pudiera abrir la puerta desde dentro.
Por este tipo de cosas y por muchas más, le odiaba. Jake arrancó el coche y salimos de allí. Yo no hablé en todo el trayecto hasta que Jake paró el coche en casa de Roland.

–Bueno nos vemos bro—dijo Roland abriendo la puerta y bajando del coche

–Adiós bro, nos vemos

Roland entró en su casa y Jake miró hacia dónde yo estaba.

–Oye Devon ponte aquí delante conmigo

–¿Para que?—dije algo borde

–Venga, enterremos el hacha de guerra por un momento —dijo con una sonrisa burlona

–Agh, está bien Keller —dije pasandome al asiento del copiloto

Cuando ya estaba sentada en el asiento y me había puesto el cinturón, él puso en marcha el coche. Estuve todo el trayecto escuchandole cantar las canciones de la radio. Cuando finalmente llegamos a mi casa y detuvo el coche, no me había percatado de que sus ojos verdes estaban clavados en mi, hasta que hice ademán de quitarme el cinturón. Aquella mirada me dejó absorta por un momento, y fue entonces que Jake habló cuando volví a la realidad.

–Oye Kath ¿no te dijeron nunca lo hermosa que eres cuando te enfadas?

¿Qué acababa de decir? ¿Jake Keller me acababa de decir hermosa? ¿Y me había llamado Kath? No podía creerlo, me quedé sin palabras por un momento hasta que logré encontrar las adecuadas.

–¿Me acabas de llamar hermosa y acabas de decir mi nombre? ¿Estás bien?¿Tienes fiebre o algo? ¿Desde cuando me haces cumplidos y me llamas así?

Jake sonrió

–¿No puedo decirte algo bonito ni llamarte por tu nombre por una vez? —dijo con esa sonrisa burlona

¿Qué era lo que estaba pasando? No lograba entender nada ¿Cómo es que pasó de comportarse como un completo idiota allí en la cafetería, a eso?
No entendí nada de lo que estaba pasando.

–Bueno mejor bajemos del coche, que nuestros padres nos están esperando—dije quitandome el cinturón y abriendo la puerta

–Está bien señorita Devon—dijo otra vez con esa sonrisa burlona y volviendo a ser el idiota de siempre

Me bajé del coche dando un portazo y sacando las llaves del bolso para entrar en casa. Jake me siguió hasta la puerta. Abrí la puerta y cuando ambos entramos nos quedamos mirando hacia la mesa del comedor, donde estaban mi madre y John sentados hablando.
–Habéis llegado justo a tiempo —dijo mi madre al vernos

–Venid a sentaros —dijo John invitandonos a acomodarnos con ellos en la mesa

Jake y yo nos sentamos, y todos empezamos a comer.
Al terminar de cenar Jake y su padre se fueron y nosotras nos fuimos a dormir.

El domingo pasé todo el día en casa repasando para el examen de Francés que tenía el Lunes, ya que el Sábado no pude repasar nada.

Llegó el Lunes y cuando volvía a casa después del insti, vi salir el camión de mudanzas, y eso quería decir que ya oficialmente Jake iba a vivir bajo el mismo techo que yo. Después de almorzar Jake y yo nos quedamos solos en casa, ya que nuestros padres tenían que ir a trabajar. Yo estaba en mi habitación terminando de hacer la tarea del insti. Poco después de terminar la tarea, salí de mi habitación para ir al baño a darme una ducha, cuando hice ademán de abrir la puerta se abrió sola y salió Jake mojado y con una toalla. Me quedé absorta mirando como miles de gotitas recorrían su piel, llegando así a sus abdominales, hasta que sus ojos verdes se encontraron con los míos y entonces bajé la mirada al suelo.

–B-Bueno si has terminado, voy a entrar—dije algo nerviosa y sonrojada

–Okey, todo tuyo—dijo él sonriendo y abriendome paso

Después de eso entré rápidamente en el baño y cerré la puerta. ¡Dios! Jamás me había dado cuenta de lo bueno que está, No no no, Katherine él no te puede gustar recuerda que le odias y que es tu hermanastro, repetía mientras me duchaba, pero no podía sacarme de la cabeza lo que acababa de pasar hace un momento. Después de ducharme salí del baño con mi pelo hacia un lado, con unos Shorts negros que me quedaban muy ajustados y una camiseta corta blanca. Fui a la cocina, y me dirigí hasta la nevera a coger algo para picar, cuando noté la respiración de alguien en la nuca y noté unas manos en mi cintura. Era él, era Jake, no se por que hizo eso.

–Katherine, se que tu me odias —empezó a susurrar—pero Katherine yo te amo

Al oír esas palabras, me di la vuelta cerrando la nevera y ahí estaba él parado frente a mi. De repente él me dejó acorralada poniendo sus manos a ambos lados de mi cabeza. No sabía que hacer, ni que decir, mi cuerpo se quedó inmóvil y su cara estaba muy cerca de la mía.

Del odio al amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora