Lealtad efímera | Sterek |

Capítulo 1

Diecinueve.

Lo intentó. Salió con Lydia por poco más de tres meses, se divirtieron, la pasaban bien, se besaban en cada ocasión que se presentaba y tuvieron relaciones sexuales más veces de lo que llegó a contar con sus dedos, pero todo se volvió monótono, aburrido e incómodo.

Después de ser olvidado por todo el mundo, de haber pasado mucho tiempo en estado suspendido en un mundo paralelo y haber vuelto a un Beacon Hills infestado de jinetes fantasma que querían sacar al pueblo del mapa y que la manada volviera a solucionar todos los problemas, al fin se marchó con Lydia a Washington, a casi tres mil kilómetros de su hogar.

Aún recordaba cuando a principio de su último año de preparatoria estaba demasiado preocupado por hacer que sus mejores amigos fueran a la misma universidad, o al menos que todos estuvieran medianamente cerca. Después entendió que no importaba, porque ellos siempre hallaban la forma de encontrarse.

Finalmente su sueño se hizo realidad y se mudó en la misma ciudad con el amor de su vida, o con la que creía que lo era. Porque estaba muy agradecido de que el recuerdo de los buenos momentos que tuvieron juntos lo trajo de nuevo de la Cacería Salvaje, de que le besara de la manera con la que fantaseó por tantos años, y de que no se olvidara del todo de él.

Pero Stiles perdió tanto tiempo esperando a ser su tipo que cuando por fin lo fue, ya era demasiado tarde, ya no sentía lo mismo por ella. Con ella aprendió que no importaron las mil y un cosas que pasaron juntos; si no hay amor, nunca funcionaría. Y el amor que por ella sentía no era más que el de un buen amigo que estaría en las buenas y en las malas.

Pasó a ser uno de los chicos con quien Lydia se acostaba casualmente.

Entonces llegó Parrish. El oficial fue trasladado por el Sheriff a pedido de Scott. Con Lydia y Stiles completamente alejados de los suyos, e indefensos, un sabueso infernal era mucho más seguro, y sus padres en Beacon Hills estarían más tranquilos. Y por suerte para Jordan, en Columbia tenía mejores tareas como policía.

A falta de habilidades de autodefensa, además de comenzar a estudiar en el FBI, Stiles empezó a entrenar boxeo con el oficial ya que tenía entendido que las nuevas técnicas de Lydia eran gracias a él.

Se hicieron grandes amigos y solían compartir, los tres, los fines de semana; con salidas, almuerzos o discoteca y alcohol.

Con respecto a sus demás amigos, aún se comunicaban tanto en chat privado como en el grupo de WhatsApp. Scott aún estaba en California pero bastante alejado del pueblo, Malia fue a una universidad en Paris, tenía entendido que Kira aún seguía con las Skin Walkers y Liam, Mason, Hayden y Corey todavía tenían que terminar la preparatoria.

Lo que le disgustó fue enterarse que Liam había traído de nuevo a Theo, pero a pesar de desconfiar de él y de todo el desastre que causó en tan poco tiempo, resultó algo reconfortante saber que fue el único que no se olvidó de él, y que formó parte de los que salvaron al pueblo de una posible extinción. Lo último que supo de Raeken fue que se había marchado de Beacon Hills sin decirle nada a nadie, sin siquiera pedir algún tipo de recompensa o algo a cambio por haber ayudado. Le recordaba tanto a Peter Hale.

...

Empapado en sudor y con la respiración agitada, Stiles despertó y se levantó con brusquedad, mirando confuso y perdido a su alrededor. Cuando entendió que solo fue un sueño, logró recuperar el aire y pudo tranquilizarse.

- Maldita sea. - se quejó enojado y apartó las sabanas con rabia. Se pasó ambas manos por la cara y se desperezó estirando los brazos, oyendo sus huesos sonar y el entumecimiento disiparse lentamente. Después bajó los pies al suelo y se metió descalzo al baño, baño que era únicamente suyo porque hacía tres meses vivía solo en una pequeña casa que la madre de Lydia le consiguió, el cual tuvo que conseguir un trabajo de medio tiempo para poder pagar los servicios y mantenerse. Por fortuna no tenía que pagar renta ya que la residencia pertenecía a los Martin.