Sangre

Capitulo 21.

—Señor usted no se movió de el lugar eso demuestra que confía en mí y es lo que necesito para hacer lo que quiero. —Le digo acercándome a otra puerta. —No se mueve de aquí, a menos que aparezcan esas cosas , váyase con ellos.

Abro la puerta y salgo el olor a sangre llega a mi nariz, pienso por qué hago esto claro debo matar a uno de los dos, si mis recuerdos son correctos a Alex se lo llevaran por la otra puerta y lo subirán al primer o segundo piso.

Camino a pasa lento, hasta que escucho un quejido fuerte me pongo correr paso por un pasillo con grandes ventanales la luz de la luna pasa por ellas dando un poco de luz por donde camino.

Llego a una puerta, pongo todas mis navajas en una sola mano y abro la puerta con la otra, la cierro al estar dentro, un olor a sangre llega a mi nariz es muy poco, un corazón se escucha, late rápido. Camino hacia donde escucho los latidos, su olor es particular no es humano pero late su corazón como si lo fuera, su olor es de un vampiro.

Arrugo la nariz por que no logro de cifrar que es, de repente su corazón se detiene, y yo me detengo, tomo una navaja con la mano derecha, comienzo a caminar.

— ¡SANGRE! —El grito de Alex me hace rodar los ojos.

Esquivo la lanza agachándome, el corazón de Alex llega a mis oídos, me levanto y miro al que lanzo la lanza.

—Llévense al chico los demás maten la, es una orden. —Dice uno de los tipos presentes.

Miro que sale va a salir por una puerta y se llevan a Alex de arrastra.

—Preciosa a mí es al que me debes ver. —Dice el tipo de la lanza.

Lo miro y corro hacia él,le corto el cuello con la navaja de la mano derecha un chorro de sangre sale salpicándome un poco.

—Lo siento a las bestias como tú no les prestó atención. —Cae en el piso.

— ¡MATENLA! —Dice otra vez el tipo.

Se acerca uno con rapidez no le doy ni tiempo de tocarme, clavo la estaca en su pecho y la saco. El olor a sangre humana llega a mi nariz pero eso no me va hacer perder mi precisión, me agacho al sentirá uno atrás, me doy vuelta en mi eje y me levanto de golpe y le clavo la navaja en el ojo un grito de dolor sale de su boca.

No me detengo mato a cada uno del salón, miro al último que queda y este me mira.

—Eres como el jefe, nadie te ve llegar solo sentimos el fuerte dolor y caemos. —Dice el tipo sacando una navaja.

—No lo sé, tal vez si, lo que me sorprende es que ustedes son comunes, que los hizo trabajar para alguien como su jefe. —Le digo mirándolo.

No dice nada y uso mi velocidad y lo mato rápido, miro a mi alrededor y la ansiedad llega a mi salgo de ahí rápido y me concentro en escuchar el corazón de Alex lo encuentro rápido y uso velocidad llego y miro a Max atado con cadenas y miro como ve a Alex que también está atado a las cadenas varios vampiros están alrededor.

—Pero miren quien llego. —todos me vuelven a ver. —Eres bastante hábil, pero dime a quien vas a salvar.

—Solo es uno es una lástima yo me iba a pelear con todos para salvar a los dos. —Digo sacándome los tacones.

—Somos más preciosa. —Dice enseñándome los colmillos.

—Lo noto no estoy ciega, por eso digo que puedo salvar a los dos. —Digo mirándolo.

—Eres una mocosa estúpida, te di la oportunidad para salvar a uno y quieres matarnos. —Dice levantándose.

—Ya saben a quién voy a salvar se su pone que los vampiros no son estúpidos. —Digo caminando hasta él.

—El jefe me ha dicho que te tenga cuidado pero eres una simple humana. —Dice acercándose a mí.

—Señor cuidado, su cuidador es. —Dice otro tipo.

—Cállate lo que haya dicho ese asqueroso no nos incumbo bien pudo mentir. —Dice mirándome de nuevo.

—Tal vez deberías hacerle caso a tu compañero no crees. —Le digo seria.

No dice nada se acerca con rapidez y no me muevo, miro sus ojos rojos y yo sonrió este me mira mal, intenta clavarme un cuchillo en el pecho pero lo esquivo.

—Eres rápida pero no tanto como yo. —Dice mirándome.

—Señor confía en mí cierto. —Lo miro a los ojos y asiente. —Cierre los ojos y no los abra hasta que yo se lo diga, por más grito que escuche por más salpicaduras de sangre le caigan no los abra pronto nos iremos. —Le digo mirándolo el cierra los ojos.

—Que conmovedor si aquí nadie va a salir o tal vez si solo sus cadáveres en bolsas. —Dice el tipo sonriendo.

—Gracias por todo. —Digo en el aire ante los demás pero en la mente termino lo que digo.

*Máximo*

—Sangre. —Dice Alex.

—No los abra señor pase lo que pase. —Digo mirando al tipo.

—Muere maldita humana. —Dice acercándose con velocidad.

Esquivo su ataque usando mi velocidad y lo empujo contra la pared un fuerte sonido se escucha.

—Como hiciste eso. —Dice el tipo mirándome.

Sonrió enseñando mis colmillos afuera, no le doy tiempo de decir nada más me acerco rápido a él y esquiva mi ataque. Utilizo la otra mano y clavo mi estaca en su estómago, me mira con los ojos salidos.

—Le tienes miedo a la muerte. —Le pregunto alejándome de él.

Trata de responderme pero no me detengo me acerco y le doy un golpe en el estomaga donde está la navaja, es tanta mi fuerza que la navaja sale del otro lado no hay grito pero si me mira con asombro, miro directo a sus ojos y abre la boca al verlos rojos.

Sonrió y lo empujo otra vez pero frena y no choca con nada, tomo la navaja y lo miro.

—Cómo es que tú. —Dice poniéndose en posición de ataque.

—Tu jefe te lo dijo, ten cuidado. —Le digo poniéndome en posición.

Usa su velocidad para tomarme del cuello pero yo soy más rápida lo esquivo y saco mis garras, con las garras de la mano izquierda las clavo con fuerza en su pecho. Un grito sale de su boca, pero a mí no me importa tomo su corazón y lo saco.

—Eres una maldita. —Dice cayendo de rodillas. —Qué me hiciste.

Su cuerpo se comienza a poner gris todos los presentes no se mueven, me acerco a él y susurro en su oído.

—Es una lástima que mueras o tal vez no veamos qué tan bueno es tu jefe y te cura de mi veneno. —Le digo.

—Él te matara, yo soy su favorito. —Dice mirándome con odio.

—Si lo fueras no te mandaría a esta misión sabes. —Le digo. —Pero eso no importa.

Me mira sin entender pero yo le sonrió y corto su cuello.