Capitulo 23.

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(Dos horas después)

Escucho a lo lejos una voz que dice señor, abro los ojos y miro a sangre.

—Señor llegamos ya las maletas están adentro del jet. —Dice Sangre.

Me quedo callado y salgo me subo al jet me siento,miro a Sangre que se sienta al frente mío.

NARRA SANGRE

Después de hablar con él, deje que todo lo procesara, y bien que había un desorden en su cabeza, decido bloquearme un poco para no escuchar y me concentro en conducir, siento su mirado pero no lo vuelvo a ver, sé que está intentando dormir porque su corazón y respiración se intentan relajar.

Pero no lo logra decido usar un método para que descanse, siento que me va a mirar y lo miro a los ojos a los pocos segundos queda dormido. Acelero para llegar a nuestro destino.

Llegamos después de dos horas, estacione cerca del jet, se acerca un señor y lo miro al bajarme.

— ¿Su nombre es Sangre verdad? —Dice acercándose al maletero.

—Si soy yo. —Le digo abriendo el maletero.

—Estoy en su disposición en un tiempo limitado, usted me dirá el destino a donde ira y cuando se quiera ir de el lugar se ira conmigo al siguiente sitio pero no podrá salir conmigo de ese lugar seria sospechoso. —Dice bajando las maletas.

—Lo entiendo, me parece perfecto. —Le digo tomando mi bolso y la maleta.

El señor asiente y me lleva para dejar las maletas, dejo mi maleta pero no el bolso, se encarga de subir las maletas de Alex. Voy hacia el auto y comienzo a llamar a Alex, abre los ojos.

—Señor llegamos, ya las maletas están dentro del jet —Él no dice nada se baja y comenzamos a caminar al jet.

Entramos, él se sienta yo me siento enfrente de él, me mira atento. No digo nada y miro por la ventana, pero la voz del piloto avisando que ya vamos a despegar y que debemos ponernos  los cinturones.

Los dos hacemos casos, el jet despeja yo miro por la ventana, observo como todo se está haciendo pequeño.

—Sangre. —Dice Alex, lo miro directo a los ojos.

—Dígame señor. —Le digo.

—Puedes explicarme más cosas a cerca de la información que te dio mi padre. —Lo dice desabrochando el cinturón.

— ¿Por dónde quiere que comience señor? —Le digo, no dice nada. —Señor su padre me pidió que lo cuidara por amenazas pero me entrego un sobre, contenía imagines, mejor dicho fotografías de las amenazas.

Me suelto el cinturón y tomo el bolso, saco el primer sobre y se lo extiendo, él lo toma y me mira.

— ¿Son cosas fuertes? —Pregunta mirándome.

—Señor siempre he sido sincera y ahora lo seré, hay varias fotos que seguro vio pero otras no. —Le digo seria. —Después de ese sobre, sentí que había alguien en el bosque , claro que lo tuve vigilado señor era mi deber, el primer día en la mañana una de las sirvientas llego a decirme que había un gato en la entrada de la casa, les pedí que no le contaran nada. —Le digo.

—¿Fue cuando yo me intentaba escapar? —Dice tirando el sobre en la mesita que nos separa.

—sí señor. —le digo seria.

—¡Ay Sangre soy un imbécil! —Dice tomándose la cabeza con ambas manos.

—Señor da igual lo que sea, lo importante es que ahora sabe que realmente hay peligro y que debes saber qué es lo que pasa, tiempo después su padre me dio una laptop con la información la cual pase a esta libreta. —Le digo sacando la libreta y se la doy.

—¿Es lo que me dijiste en la madrugada?—Dice abriendo la libreta.

—Sí señor. —Le digo.

— ¿Has traducido algo? — pregunta mirando que es una gran información.

—Dos palabras señor. —Le digo sacando otra libreta.

— ¿Que dice ? —Me mira.

—Señor es mejor que no lo sepa, hay que buscar que significa lo demás. —Le digo.

—Sangre dímelo. —Dice mirándome serio.

—Creo que lo sabe señor, comienza con ¨Mi esposa¨ es lo único que he podido traducir es un lenguaje bastante difícil y traducirlo por Internet es más difícil, porque hay que evitar cualquier rastreo. —Le digo sacando varios libros.

—Hay que hacerlo a la antigua entonces sangre. —Lo dice tomando uno de los libros.

—Señor si usted quiere lo hago solo yo. —Le digo tomando otro libro.

—Sangre sea lo que sea va a tener relación con esos malditos chupa sangres y ¿Quiero saber?Porque estoy harto de vivir sin saber ¿Quiénes o quien está atrás de mí y el por qué? —Dice comenzando a leer.

No digo nada y comienzo a leer, se me hacía difícil algunas palabras pero entendía la mayoría. Al rato llega la azafata, le dice el menú a Alex; él pide por los dos y yo lo miro.

—Debes comer Sangre no creas que no me di cuenta que no comiste mucho. —Dice mirándome.

—Señor yo no como mucho. —Le digo bajando el libro para verlo.

Me mira y suelta un suspiro.

—Sangre confió en ti pero aún no descubro que seas, puedes matar a esos asquerosos monstruos, pero es porque realmente eres especial, claro que tengo mis sospechas pero estoy esperando algo más. —Dice mirándome con duda.

—Señor de mi boca no saldrá nada, menos que soy, yo se lo dije y lo repito le diré si cuando diga que soy, de menos siga descubriendo que soy. —Le digo cerrando el libro me levanto y lo miro. —Señor desfrute la comida yo iré al otro lado a descansar.

Comienzo a caminar y me siento lejos de él, cierro los ojos intentando dormir aunque no soñare por que serán recuerdos que he vivido. Dejo de escuchar el latido de Alex ahí es cuando sé que estoy dormida.

¨Una brisa cálida toca mis mejillas, el olor que hay es el bosque donde jugaba de niña, abro los ojos y estoy recostada contra un árbol. Sonrió al escuchar a mis padres llamarme a lo lejos, uso mi velocidad y me abalanzo a los brazos de mi padre cierro los ojos al sentir un poco los brazos.

Susurra en mi oído, no logro entenderle y abro los ojos ahora estoy en un bosque seco, no me es familiar comienzo a caminar y miro a Scott, está hablando con Máximo. Cierro los ojos no son mis recuerdos este es de Scott ¨

Trato de salir pero es difícil ciento como me tocan la mejilla y abro los ojos pero no hay nadie enfrente de mí. No me muevo me quedo quieta relajo todos mis sentidos y me levanto, voy donde Alex para ver si está despierto o dormido.

Llego donde está el y lo miro, me siento y reviso lo que el busco, la azafata llega y me mira.

—Señorita faltan 5 horas para llegar. —Dice mirando a Alex.

—Muchas gracias, me puedes traer algo para cuando despierte mi jefe ya sea un té o algo. —Le digo.

Ella asiente y se va, llevamos la mitad del viaje falta demasiado, leo lo que Alex encontró, no hay nada que ayude. Me a recuesto en el asiento y cierro los ojos, ojala el tiempo pase rápido. 

SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora