Sirena

162 20 0
                                    

Siempre había tenido aversión hacia los humanos, en especial odiaba a las hembras de su especie, eran tan ruidosas, se ponían muchas cosas encima para destacar de una manera muy artificial. Era casi un odio enfermizo, en especial cuando las vi corretear muy alegres alrededor de aquel hombre; era un humano tan "deslumbrante", casi como si fuera el dorado de su corona, no podía despegar mi mirada de aquel ser. Todas esas ruidosas hembras le llamaban Rey, así que supuse que seria el monarca de aquel lugar.

Mientras acosaban al Rey con su presencia, ellas le llamaban "tomar el té" en la terraza de aquel palacio, la que daba al océano, mi hogar. Es lo único que agradecí, porque ellas seguían disgustandome conforme pasaba el tiempo. Ellas podían sonreirle, tocarlo, hablarle... estar cerca de él. Cada día cuando ya casi era el atardecer hacían ese ritual, y yo le miraba a la distancia quedándome ahí hasta que anochecía.

-Otra vez esas encimosas- masculle. Aunque ahora que lo pienso, ¿como seria yo al lado de ese hombre? Aunque me gustara mucho no creo que de verdad fuera a comportarme de forma tan pesada.

Seguía en mis pensamientos hasta que las estrellas se miraban en el horizonte. Pero esta vez, después de que esas hembras se marchasen, el Rey seguía en el balcón, y para mi sorpresa, volteo a mirarme.

-Que criatura tan encantadora, ¿te gusta ver a las señoritas que me acompañan? Aunque algo me dice que en realidad vienes a visitarme a mi.

Por un segundo me asuste, él estaba hablándome, mirándome, y aunque estábamos lo suficientemente lejos, mi cuerpo me llevo inconscientemente hasta quedar a la distancia donde podríamos tocarnos si nos estirábamos lo suficiente. Su voz era tan encantadora y persuasiva como para obligarme a acercarme, dude de quien era la sirena en esta situación.

Él sonrió. -Eres precioso, ¿sabias? Creo que valió la pena esperar hasta este momento, donde la marea es más alta para saludarte.

Ni siquiera había notado aquello hasta que él lo menciono, pero realmente no estaba escuchando sus palabras, solo estaba limitándome a escuchar su voz. Creo que el hecho de no contestar a su intento de conversación lo hizo dudar de que entendiera su lenguaje, lo note en cuanto se quito su corona y la dejo a un lado; así como esas fundas de sus extremidades inferiores. Para cuando comprendí lo que sucedía, él ya se encontraba a mi lado. Quería huir, mi corazón se acelero y el se encontraba a escasos centímetros. ¿Estaba loco? ¿por que se había arrojado al agua?

-No sé si me entiendes pero... llevo mirándote bastante tiempo-. Eso lo dijo cuando acerco su mano con cautela hasta mi rostro, acción que correspondí acercando mi mejilla para que me tocara. -Creo que me he enamorado a primera vista.

Ah, esas palabras bien podría haberlas dicho yo.

-Yo también- dije apenas en un susurro.

My Little LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora