Rival

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Mi novio tiene muchos amigos, pero de entre ellos, uno es el que podría llamar "su mejor amigo".

Lo malo: No nos llevamos bien.

Jean sale seguido con él por su trabajo conjunto, y aunque somos una pareja y vivimos juntos, parece que pasa más tiempo con ese tipo que conmigo. Empezaba a molestarme que los últimos días me la pasaba durmiendo solo. Sabía que era trabajo, pero el asunto es que no me dejaba en paz la idea de que su amigo también estaría ahí.

En fin, el verdadero problema fue un día cuando a Jean le tocaba arreglar unos papeles del departamento. Como no le había avisado a nadie más que a mi, su mejor amigo llegó a verlo. Lo invite a pasar muy a pesar de mis deseos.

No hablamos, me puse a cocinar el arroz, trabajando en la encimera que conecta con la sala. Su amigo estaba ahí sentado revisando el móvil mientras fumaba.

Cuando Otabek apago su cigarrillo, sabía que algo no andaba bien. Volteo a mirarme y pasó el brazo por el respaldo del sofá.

--¿Sucede algo malo?-- pregunté de mala gana.

--No exactamente. Solo quiero hablarte de algo.

--¿Y? ¿Qué es?

--Sabes, seré sincero contigo. No planeaba decírtelo, pero no quiero ocultarte cosas--. Hizo una pausa y se paso la mano por el cabello. --Aunque ahora solo somos amigos, JJ y yo fuimos amantes. Él seguramente no te lo ha dicho para no preocuparte.

--¿Ah sí? Y entonces, ¿por qué me lo dices tú?

--Para advertirte, que no me interpondré entre ustedes; a menos que me des motivos.

-Ja. ¿Y eso a mi qué me...?-- Me interrumpió.

--¿Entendiste? ¿Si o no?

Chasquee la lengua y me cruce de brazos.

--Entendí.

--Bien.

--Pero Jean es mi novio ahora. Y supongo que por algo te termino.

--Si. Y estoy mirando ese "algo".

La respuesta estaba implícita, de que Jean lo dejó por mi. Suspire e hice una mueca.

--¿Y se supone que debo sentirme mal por eso, o algo así?

--No.-- Miró su reloj de pulsera. --A decir verdad, creo que físicamente tu te amoldas más al "tipo" de JJ. Así que tienes la ventaja, y realmente no es como que planee quitártelo.

--Estas siendo muy molesto.

Otabek sonrió.

No dijimos más porque en esos momentos llegó Jean, y rememorando las palabras de su amigo casi rechine los dientes. Jean trabajaba con su "ex", ¿supongo que debería molestarme? Pero en vez de eso, en cuanto mi novio dejo los papeles en la mesa de la sala, se acercó a mi y posicionándose entre su amigo y yo, como protegiendome, exclamó:

--¡Ni se te ocurra Otabek! Seung es solo mío.

--Agh... Que denso eres--. Su amigo dijo en medio de un suspiro y palmeo su frente. --No gracias. Yo paso.

--Menos mal. Pero no me gusta que estén ustedes solos.

--¿Por qué?-- pregunté mirándolo con una ceja levantada.

--Me dan celos.

Tuve que reír por lo absurdo que se escuchaba aquello, porque Otabek era ni rival.

My Little LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora