Ella

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--Me han dicho que odias a las mujeres. Entonces, si yo fuera un chico. ¿Te gustaría?

No me podía creer las palabras de esta chica. Claramente me estaba coqueteando, pero no me molestó del todo. Raro en mi porque siempre bloqueo los avances de los demás. Aún así, no pude evitar molestarla.

--Tal vez... si fueras un perro.

Ella río en carcajadas, mientras yo seguí sin expresión.

--¡Que grosero! Pero, como no puedo volverme un perro, tendrás que enamorarte de mí así como soy, ¿de acuerdo?

No refute sus palabras. Y en parte sabía que era porque ella ya llevaba la delantera en esto. Simplemente porque ella es preciosa y sabía usar eso a su favor, entendía como despertar el interés de las personas. Además tomaba mis palabras con humor en vez de enojarse o golpearme. ¿De verdad podía yo seguir siendo renuente?

Es una compañera de patinaje. Pero somos los polos opuestos de la moneda. Ella es toda sonrisas e hiperactividad, mientras yo soy seriedad y templeza.

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--Ah, ella es preciosa-- escuché decir a un patinador kazajo a mis espaldas.

Apreté la mandíbula. Solo era un ensayo libre de las patinadoras, pero varios de mis compañeros estaban mirando al igual que yo, pero ellos estaban exteriorizando las palabras que me gustaría decir. Mientras yo me tragaba los celos en mi garganta al escucharlos y notar su mirada en ella.

No tenía ningún derecho sobre ella, pero aún así, me enojaba.

Pero el disgusto no duró tanto, ya que al terminar su rutina ella me miró y con una gran sonrisa se acercó a mí.

--Seung, ¿que tal? ¿Te gustó mi número?

--Falta mejorar tu postura en los últimos pasos.

--Estoy trabajando en ello. Pero pienso ganar mañana.

--Cuanta confianza.

--Si. Y cuando suba al podio, ¿Saldrías conmigo a una cita?

La mire sin cambiar expresión, con los brazos cruzados sobre mi pecho. Fruncí el seño. Los chicos a mi lado me miraron con envidia, sentía sus ojos atravesarme como cuchillas.

--Me lo pensaré.

Ella sonrió, para después irse patinando hasta la salida de la pista.

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No me importan los marcadores de las patinadoras femeninas, pero el día de la competencia estuve muy al pendiente.

Cuando ella hizo su presentación traía un traje verde con transparencias en la parte superior de espalda. Su apariencia me hacía recordar a una ninfa del bosque. Su cabello oscuro y su piel bronceada le daba un toque seductor también. Noté que estaba aguantando la respiración ante su belleza cuando suspire en busca de aire.

Ella no gano el oro, quedó en tercer lugar. Así que cuando bajo del podio se miraba un poco desanimada.

--¿Cuando iremos a nuestra cita?-- pregunté en cuanto nos encontramos.

--Yo... No gane el oro-- contestó con voz extrañamente baja.

--Dijiste que cuando subieras al podio iríamos a una cita. Nadie dijo sobre ganar el oro.

Ella abrió más esos increíbles ojos azúl platinado y pestañeo un par de veces. Pero después de unos segundos, ella me sonrió.

My Little LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora