Profesor

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No estaba muy interesado en el romance. Ni siquiera cuando iba a la universidad me importaba. Pero ridículamente, ahora parece atormentarme día a día.

Soy profesor en la universidad. Y tengo un alumno que me atrae demasiado. Lo peor: Es el chico popular del lugar.

Mientras estoy en mi cubículo planeando mis clases, alcanzo a verlo de vez en cuando paseando por el campus. Esa atmósfera deslumbrante como si fuera el rey del lugar no pasa desapercibida. Popular, guapo y con dinero, ¿quien le diría que no a un chico así? Aunque tampoco es perfecto, el es en definitiva un idiota. No quiero confundir, él tiene unas calificaciones excelentes, pero dicho de otra forma, no sabe discernir las intenciones de los demás. Es un ingenuo. Y las personas se aprovechan de eso. Se acercan mucho, lo tocan, le piden favores. Y yo solo puedo maldecirlos mentalmente, porque tampoco es como que le hagan bullying.

Recargo el mentón sobre mi mano, aún mirando por la ventana. Cuando él gira la cabeza y nuestras miradas se cruzan, además de que levanta su mano para después agitarla en saludo.

--Profesor Lee, ¡buenos días!-- dice esas palabras con una sonrisa.

La gente a su alrededor se ríe.

--JJ, ¿por qué saludas así al profesor Lee? No va a regresarte el saludo.

--Pero el profesor Lee me agrada. Además, tengo unas dudas sobre la clase.

Cuando se despidió de sus amigos me hizo una seña de que se dirigía hacia dónde yo estaba. Entrar al edificio y llegar a mi cubículo tardaba tres minutos por mucho. Entre en pánico. Pero casi al tiempo que estaba haciendo la cuenta mental del tiempo restante se escucharon unos golpecitos en la puerta.

--Ad... ¡Adelante!-- Diablos, tartamude.

Por supuesto que era él, con esa sonrisa en su rostro.

Esa maldita sonrisa.

--Profesor, necesito que me ayude con el ejercicio que hicimos en clase. ¿Podría, por favor volver a explicármelo?

Di un bufido como si eso me fastidiara. Tengo una reputación de profesor estricto la cual conservar, así que actúe mi desagrado.

--Bien. Muéstrame tu apunte y dime tus dudas.

Saco una carpeta y me mostró el ejercicio. Joder, hasta bonita letra tiene el maldito.

--Aquí. Usted dijo que se tiene que usar esta fórmula para calcular la tasa de crecimiento, pero ¿los datos que debo usar son los que tengo en consecutivo? Entonces...

Me perdí en su boca, hasta que me di cuenta que él estaba callado y me miraba fijamente. Para colmo, el suspiro.

--Profesor...

--Ah si... La tasa de crecimiento. ¿Decías?

--No me lo está poniendo fácil sabe. Se supone que iba a venir casualmente a preguntar y en medio de la explicación... Bien, solo digamos que hecho a perder mi plan.

Cuando no entendí a que se refería, él se inclino y me besó; mientras yo correpondí. Nos besamos bastante rato hasta que recordé en algún momento que soy su profesor, demasiado tarde para ser sincero. Y simplemente por eso... Salgo con mi estudiante.



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