Bebé

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Nuestro pequeño JeonJi es muy celoso y posesivo. Siempre que está Jean en casa no quiere apartarse de él, ni siquiera para dormir. Al principio nos preocupamos, porque aunque el no llora cuando los separamos, se mantiene sin comer ni dormir hasta que su padre regresa.

Con ese problema, fuimos al pediatra, y para nuestra sorpresa nos explicaron que era por culpa de las feromonas de Jean. Por ser un alfa muy dominante, el las produce en gran cantidad, y al parecer esas feromonas hacían sentir seguro a JeonJi. Eso me molesto un poco, a mi propio hijo le importaba más su padre alfa que su madre omega.

—Es solo una fase, se los aseguro— continuó explicando el pediatra. —Su bebé aún es pequeño para producir sus propias feromonas, así que se siente más seguro rodeado con feromonas de su mismo género.

Tanto Jean como yo abrimos los ojos de la impresión.

—¿Es un alfa?— pregunté solo para asegurarme.

—Todo apunta a que así es, su hijo es un caso raro, en el que expresa su género de forma muy temprana.

Toque mi cuello debido al alivio que sentí, inconscientemente deseaba que mi pequeño no pasara por lo mismo que yo, él ser un omega era aún muy difícil en esta sociedad.

—Junior, no importa que seas, yo te amo mucho, mucho—. Esa frase la había dicho Jean, mientras alzaba a nuestro hijo y besaba su frente. —No eres un encantador omega como mamá, pero sigues siendo hermoso.

Esas palabras me hicieron pensar, ¿Jean hubiera querido que JeonJi fuera omega? El mero pensamiento me asombró, y no pude evitar preguntarselo cuando salimos del consultorio del pediatra.

—Si lo pones de esa manera, supongo que si hubiera preferido que Junior fuera omega. Es que míralo, es hermoso. ¿Que le espera a un mundo con un alfa tan bello como él? Nuestro hijo podría ser un rompecorazones, tendremos que cuidar que tenga una vida recta y respete a los omegas.

Ni siquiera había pensado en la posibilidad de que Jean pensará en esa forma. Aunque es cierto que tengo un esposo demasiado recto, aún recuerdo que ni siquiera hicimos el amor hasta que nos casamos. Eso es fácil entre betas, pero cuando se trata de un alfa y un omega eso es un martirio, el deseo sexual es tan extenuante. Ni siquiera sé como lo logramos, aunque esa primera vez basto para quedarme embarazado.

—¿Estás diciendo que temes que deje a omegas embarazadados regados?— pregunte con una sonrisa apenas visible.

—¿Y tu no? Yo apenas y pude resistirme a tu belleza cariño, use todo mi autocontrol para no lanzarme sobre ti. Ahora imagínate que hubiera sido al revés, si tu hubieras sido alfa te hubiera regalado mi virginidad a la primera.

Reí por lo descabellado que se escuchaba eso. Pero solo nos quedaba esperar, y criar de buena forma a nuestro pequeño bebé.

My Little LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora